Cuando a fines de 2008 la empresa Paraná Metal (ex Metcon) se presentó en concurso de acreedores, la firma Oil M&S del empresario kirchnerista Cristóbal López desembarcó como nuevo inversor con opción a compra, operación que legalmente se produce en enero pasado. La fábrica funciona desde entonces con suspensiones rotativas permanentes de la mitad de los obreros, los que cobran, durante el tiempo de suspensión, la mitad del salario. A la vez el número de trabajadores de planta y tercerizados se redujo a las dos terceras partes.
Sin embargo, en estas condiciones, al recuperar a Ford como cliente de la producción de blocks de motores, las ventas de la empresa se equilibraron a niveles casi normales. A fines de julio, la Ford vuelve a dejar de comprar. Se hace trascender que el motivo es la irregularidad en las entregas debido a medidas de lucha de los obreros por falta de cumplimiento en el pago sueldos y del “repro” por parte de PM. Se llega así al momento en que Oil M&S debe presentar un plan de negocios para seguir gerenciando la fábrica.
Después de dos años de lucha y sacrificio por mantener la fuente de trabajo, por parte de los trabajadores, el empresario K, de quien no se conoce inversión efectiva alguna, decidió desestimar la presentación del plan de negocios y retirarse de Paraná Metal. Nuevamente los trabajadores reclaman la aplicación de un plan de salvataje hasta lograr nuevamente la puesta en marcha de la fábrica y evitar la quiebra.
La situación de los novecientos trabajadores y sus familias ha impactado una vez más a la población de Villa Constitución y se espera la concreción de un paro metalúrgico de la zona en apoyo a la lucha que los obreros de Paraná Metal vienen librando desde hace más de dos años, única garantía de la supervivencia de la fábrica, más allá de los negociados por subsidios y vaciamientos que caracterizan al grupo K, en este caso en la persona del “zar del juego” Cristóbal López.
02 de octubre de 2010