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30 de septiembre de 2021

¡Que viva el Default!

Una oposición enardecida, sus portavoces mediáticos, el sacrosanto Mercado hacen un alto en la crítica. Los sectores del Poder celebran el desembolso de los U$S 1.800 millones al FMI. Toda una definición.

Clarín considera “razonable” el sesgo ajustador del nuevo Proyecto de Presupuesto. Del enemigo solo podemos esperar halagos envenenados. El costo de estas concesiones será doble. Porque, además del mal negocio, producirá desesperanza en el campo popular.

Trascendidos de prensa cuentan que, durante la crisis política, el Fondo se mantuvo “neutral”. Pero con una salvedad. La continuidad de Martín Guzmán era premisa innegociable.

 Amplios sectores del Frente de Todos estamos persuadidos de que la Deuda es tema lo suficientemente grave como para dejarla en las exclusivas manos de los funcionarios. Urge democratizar el debate. Y que sus conclusiones sean vinculantes.

 

Nube de señuelos

Anzuelos con suculentas carnadas. Total, los sectores dominantes nunca pagan. Que aceptemos sus espejitos de colores y veamos la realidad según los supuestos que nos imponen.

Del arcón de los sofismas:

  • “la Deuda existe porque tenemos déficit. Tenemos déficit porque gastamos más de lo que producimos”. Falso. Creamos mucho más de lo que nos adjudican. La cuestión es quién se lo queda.
  • “Deudores aprovechados esquilmando a los pobres acreedores”. Exactamente al revés.
  • “El default, antesala del Infierno”. Tan solo con repasar la Historia…
  • “Contra el FMI o el Club de París NO SE PUEDE”. Como veremos, ¡¡¡hay un camino!!!
  • “La inflación es consecuencia de expandir el Mercado Interno”.

 

Una Argentina rica, primarizada y desangrada

Nuestra Argentina jamás ha sido un país pobre. Es una vaca lechera exhausta por la angurria de oligarcas e imperialismos. Situación que perdura, salvo honrosos intervalos, desde hace muchos, muchos años.

ELLOS hacen sus negocios. Lo demás poco importa. Condenan al Hambre a millones de hermanos, mientras exportan commodities como para alimentar a 10 Argentinas. Un suculento botín que engorda los bolsillos de terratenientes, monopolios exportadores, Puertos privados, dragadoras, y barcos de cualquier bandera, menos la nuestra. Un aquelarre agravado por el descontrol, el contrabando y demás lindezas.

No siempre fue así. Hubo un tiempo, en que imperó el monopolio estatal sobre el Comercio exterior. Impulsada por  Perón, la Constitución del 49, así lo consagraba. Mal que les pesara a las parasitarias cerealeras (Bunge, Cargill, Dreyfus), el IAPI compraba a precio justo la producción y la vendía al Mercado Interno y la exportación. La renta, que antes “emprendía el camino de los mares”, pasó a quedarse entre nosotros. Nadie pensaba en la necesidad de inversiones extranjeras. Porque pasamos a contar con capacidad nacional para fondear grandes proyectos.

ELLOS se curan en salud naturalizando una falacia  “Antes se podía. Ahora no”. Algunos amigos posibilistas quizá la suscriban. Pero, ¿cómo aceptar que no se deba (y pueda) pelear por lo imprescindible?

 

La Soberanía, ¿una insolencia fuera de tiempo?

Si aceptáramos que los sectores dominantes nos impongan sus deseos, estaríamos vencidos antes de empezar. Nuestra Independencia jamás fue una merced graciosa. La debimos conquistar a sangre y fuego. Y, como nos viene demostrando nuestra propia Historia, se trata de una batalla que deberemos volver a ganar repetidas veces.

En este siglo XXI, pleno de oportunidades, la oscuridad de la Dependencia lo tiñe todo. Un puñado de potencias impone su yugo a la inmensa mayoría de las Naciones y al conjunto de la Humanidad.

Uno de sus principales instrumentos de dominación es la Deuda.

 

A mover plata se ha dicho…

La Deuda, una pandemia ensañada sobre Naciones y Pueblos. La deuda pública afecta a todos los países del planeta. Pero, un puñado de potencias (EEUU, China, Alemania, Inglaterra, Japón, Corea del Sur), son además acreedores netos.

Para los emprestados la Deuda es una maldición. Para los prestamistas, el más productivo de los negocios.

La “ética” de las corporaciones financieras: ¡¡¡transformar las adversidades de las inmensas mayorías en ganancias para la más mínima de las minorías!!! ¿Para qué invertir en una manufactura y sentarse a esperar los lentos frutos si con una mesa y varios teléfonos se consiguen mayores tasas de retorno en plazos más cortos?

Bancos de inversión, la tenebrosa “banca en las sombras”, los fondos (“palomos” y buitres) ¡¡¡a hacer negocios con la plata de los demás!!!

 Los flujos de capitales (plata multiplicando plata) son demenciales. En una semana se intercambian más divisas que en todas las exportaciones globales a los largo de un año entero. La masa de fondos buscando negocios es 3,5 veces el PBI global.

No existe mejor negocio que prestar plata. Y volver a prestar sobre lo prestado. La plata en el bolsillo del usurero no le vale nada. Deudores endeudados para siempre. La Deuda eterna rinde 2 veces. Como deuda (intereses y capital). Y, principalmente, por las condiciones que siempre acompañan a préstamos y reestructuraciones.

¿Cómo se gestó semejante salto en calidad del sistema financiero? La concentración de la actividad en todos los órdenes fue generando crecientes excedentes. Grandes fábricas donde decenas de miles de explotados generaban niveles de utilidad exuberantes. Esta nueva situación entrecruzó los caminos de la gran producción y los Bancos. Y cuando finalmente el panorama decantó el financista se había quedado con la última palabra.

 

Que jamás dejemos de deberles

La deuda externa argentina ronda actualmente los U$S 270.000 millones. Otros U$S 70.000 millones corresponden a Deuda contraída con organismos público locales (Banco Central, ANSES). En conjunto, un PBI entero.

De los U$S 100.000 millones de incremento de deuda del período 2015-2019 Macri y sus amigos fugaron al menos U$S 86.000 millones. Una fiesta desenfrenada a costa de nuestro futuro. La complicidad del FMI está comprobada. Violaron sus propios Estatutos. ¿Podemos entonces consentir que se desentiendan de las barrabasadas cometidas?

 

Hipocresía y diplomacia

Cualquiera sea el tiempo de gracia acordado Ellos y Nosotros saben/sabemos que, cuando haya que pagar se pondrá en marcha una nueva negociación. Porque ahora, mañana, o cuando sea, la deuda es impagable. El negocio de los usureros es tenernos agarrados de por vida.

La vida del mensú. Más trabajaba, más debía. Tal cual nos ocurre a los países dependientes. La deuda eterna no se paga. Se refinancia. Para que la bocha siga creciendo. Y por si acaso se te ocurriese dejar de pagar ¡te amenazan con las 10 plagas de Egipto!

 

El default 

Dicho hasta el cansancio. “Si defaulteas te salís del Mundo”. Que los sectores dominantes tienen capacidad de daño… Ninguna duda. Pero las Naciones y Pueblos no somos corderos indefensos.

En distintos momentos más de un centenar de países recurrieron al default. Los propios yanquis. En 1933 Franklin Roosvelt lanzó su Plan para dejar atrás la Gran Depresión. El mismo requería defaultear bonos y títulos de todo tipo. El conflicto escaló hasta la Corte Suprema. Uno de sus jueces falló: “Vergüenza y humillación nos aguardan. Es enteramente previsible que habrá caos moral y financiero”. Nada de ello ocurrió. La Corte falló a favor del default basada en el superior principio de la necesidad pública.

En su corta presidencia Adolfo Rodríguez Saá, tras la dura crisis de 2001, decreta la cesación de pagos de la Deuda argentina. La misma se prolongó por varios años. Nuestra economía, lejos de colapsar, comenzó una lenta recuperación. Ya en 2002 vivimos el veranito económico y luego una franca reactivación. Ninguna duda de la justeza y los virtuosos resultados de ese default.

 

San Martín y la deuda

En octubre de 1821 (hace justo 200 años) San Martín proclama en Lima el Estatuto Provisorio. Uno de sus artículos: “Animado el Gobierno de un sentimiento de justicia y equidad, reconoce todas las deudas del Gobierno Español que no hayan sido contraídas para mantener la esclavitud del Perú, y hostilizar a los demás pueblos independientes de América”. Jorge Cholvis señala este texto como el antecedente más lejano de repudio a lo que hoy conocemos como deuda odiosa.

En cuestiones de Deuda no cuentan solo los números. Tanto o más importante, es investigar qué destino tuvo el crédito. Que hospital se inauguró, que represa se construyó, que carguero se botó. O si huele a estafa, vehículo para la fuga o vulgar especulación. ¿Y qué de las tasas usurarias? ¿O de los préstamos atados para que compremos al propio prestamista a precios desmesurados?

La Deuda entraña asimetrías. Los Poderes globales imponen las condiciones.  Cuando te das cuenta, economía y política girarán alrededor de la Deuda. Y la matriz productiva se acondicionará a los fines de conseguir divisas a como dé lugar. Deuda y dependencia, las dos caras de la moneda.

 

Negociando con el Diablo

Es imposible ganar a las cartas mostrando tu juego. ¿Cómo negociar con fulleros profesionales si renuncias pública y anticipadamente a tu mejor recurso? Sobre la base del abrazo del oso los sectores dominantes lograron que el Gobierno descarte el default como alternativa negociadora. Tanto con los Fondos buitres, como con el FMI. A partir de ello solo nos deja en pié un regateo menor. Inevitablemente perdidoso.

Iniciamos este texto con un ¡Que viva el Default! No porque lo creamos la única opción válida. Sino porque entendemos suicida descartarla alegremente. Por lo tanto y por default… ¡mejor el Default!

 

Mal de muchos… una oportunidad para todos

Hemos llegado al 2.000. ¿Cómo qué nos vería Perón? ¿Unidos o dominados? Las potencias imperialistas se reparten un Mundo injusto e irracional condenando al grueso de la Naciones a la dependencia. A falta de unidad está prevaleciendo la dominación.

Pero el enemigo lo sabe, los Poderes globales y sus asociados en cada país lo saben… La resistencia popular les va marcando el paso. Nuestra América bulle en una fresca oleada de luchas. Chile, Bolivia Perú, Colombia pisan fuerte. Las mujeres dicen Basta. El movimiento ambiental se hace presente. Las batallas por la soberanía.

¿Porqué entonces negociar la Deuda de a uno si el endeudamiento es una desgracia generalizada? ¿Cómo no hacer causa común y mostrar solidaridad con los más expuestos?

 

Un párrafo sobre la inflación

Si no ponemos en caja al complejo exportador, los Laboratorios, las petroleras, los Bancos,  las Concesionarias de Servicios Públicos, no será posible resolver el drama inflacionario.

 

Escribe Sebastián Ramírez