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03 de noviembre de 2010


Que viva la pepa

Hoy 1342 > Breves de la historia argentina

Cuando se produce nuestra gloriosa insurrección del 25 de Mayo de 1810, España estaba invadida por Napoleón y sus ejércitos. Napoleón había designado rey de España a su hermano José. Este rey José, afecto de sobremanera a la bebida, fue rápidamente bautizado por la resistencia española como Pepe Botella.

Cuando se produce nuestra gloriosa insurrección del 25 de Mayo de 1810, España estaba invadida por Napoleón y sus ejércitos. Napoleón había designado rey de España a su hermano José. Este rey José, afecto de sobremanera a la bebida, fue rápidamente bautizado por la resistencia española como Pepe Botella.
Los invasores franceses tenían claro la famosa frase de Napoleón “Las espadas sirven para muchas cosas, menos para sentarse sobre ellas”. De esta manera combinaron una represión brutal y feroz sobre el pueblo español, que fue el aspecto principal de su política, con el dictado de una Constitución que trasladaba algunas conquistas democráticas de la Revolución Francesa a la España absolutista.
Esta Constitución otorgaba algunos derechos y garantías en la vida cotidiana, y fue rápidamente bautizada por el pueblo español como “La Pepa”, en clara referencia a Pepe Botella, que la dictó.
Durante algunos pocos años, los desordenes domésticos y locales, las peleas y las borracheras, no podían ser reprimidos sin un proceso legal que garantizara los derechos individuales, que estaban amparados por “La Pepa”, la nueva constitución del rey José.
En el pueblo español se generó así la expresión “Viva la Pepa” como recibimiento a los derechos individuales. También se extendió a la definición de un desorden, imposible de encauzar con la autoridad, calificándose a los tumultos, o a las situaciones caóticas como un “viva la Pepa”.
Esta oxigenación de la burguesía democrática francesa se realizaban sin destruir el baldío español y las bases materiales del absolutismo, razón por la cual, cuando la guerra con Inglaterra termina en 1815, y se produce la restauración de Fernando VII en el trono de España, un sector muy grande de las masas populares apoyó el absolutismo. El “viva la pepa” devino en un cascaron sin contenido.
Carlos Marx, que estudió la Revolución Española con detenimiento, señala algunos aspectos de este fenómeno político.
Por otra parte, el rey José tenía hacia América, en marzo de 1810, una línea activa que básicamente planteaba a los patriotas americanos someterse a la España gobernada por los franceses o independizarse totalmente. En este sentido produjo la “Proclama del rey José a los americanos españoles” del 22 de marzo de 1810.
Francia estaba en guerra contra Inglaterra, razón por la cual la proclama contiene alertas sobre las intenciones de los ingleses en América. No había nacido la patria y ya se la disputaban las metrópolis europeas. Toda una enseñanza.