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02 de octubre de 2010

Tras la renuncia de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, ante la tremenda crisis y colapso sanitario de la salud, la presidenta designó como ministro de salud al vice gobernador de la provincia de Tucumán, Juan Luis Manzur.

¿Quién es Manzur?

Hoy 1274 Un manipulador de las estadisticas de la salud pública

Manzur fue el ministro de salud de la provincia de Tucumán durante la primera gobernación de José Alperovich. En este período el gobernador le encomendó como tarea principal tapar o disminuir el impacto político de la desnutrición y la mortalidad infantil en la provincia, hechos que tuvieron repercusión nacional e internacional. Manzur es un médico cuya especialidad es la medicina laboral. Durante la gestión del anterior ministro de Salud de la Nación Ginés González García, formaba parte de su equipo trabajando en San Luis y en La Matanza. Por recomendación de Ginés Gonzalez García, Alperovich lo nombró ministro de Salud de Tucumán.
La gestión de Manzur en Tucumán fue propagandizada como “modelo sanitario” del norte argentino, porque logró bajar la tasa de desnutrición y mortalidad infantil. En realidad en ese período lo que mejoró fue la atención a las madres durante el embarazo. Pero lo que se ocultó fue que hubo una gran manipulación de datos estadísticos. No contabilizaban como mortalidad infantil a los nacidos con menos de 500 gramos; por las “pocas posibilidades de sobrevivir” eran considerados como “defunciones fetales” o “egresos por aborto”. Sólo se contabilizaba como mortalidad infantil a los que nacían con más de 500 gramos.
Con este criterio el gobierno de Alperovich propagandizó la baja de la mortalidad infantil. Al mismo tiempo los médicos eran presionados para que no registren ni denuncien los casos de desnutrición en los hospitales, y para ello cambiaron en las planillas de registro la denominación de niños “desnutridos” a niños de “bajo peso”.
Durante su gestión se consolidó el autoritarismo y la persecución a los profesionales y trabajadores de la salud. Con designaciones de directores de hospitales y CAPS (Centro de Atención Primaria de la Salud) a dedo. Profundizó una política de salud de “llenar planillas”, dejando de lado un abordaje estratégico en la prevención y tratamiento de las principales enfermedades, fruto de las condiciones de pobreza en que vive la población.
Con la gestión de Manzur se instalaron las precarias condiciones de trabajo de profesionales y trabajadores de la salud, que hoy persisten. El 95% de los jóvenes profesionales están con contratos basura y con inestabilidad laboral. Los nombramientos son escasos y los concursos para cargos prácticamente no existen. Hoy el sueldo básico de un médico en Tucumán, que recién se inicia, es de 1.025 pesos, y de bolsillo $ 1.500. Para un profesional de 25 años de antigüedad y con máxima categoría, el sueldo de bolsillo es de  $ 2.100. Una enfermera tiene un sueldo básico de $ 580, de bolsillo $ 1.100.
Manzur fue un fiel ejecutor de las indicaciones del gobernador Alperovich, en el plano de políticas de salud, priorizó la gestión de obras y refacciones en hospitales con financiamientos de la contaminante Minera Alumbrera y organismos internacionales de crédito.
Todas las obras realizadas fueron propagandizadas como mejoramiento de la salud pública en Tucumán, pero rápidamente se convirtieron en cáscaras vacías porque no se nombró el personal necesario para la atención. Como con el Plan Remediar (quizá aprovechando la buena relación con el Ministro Ginés González García) que permitió la provisión de medicamentos truchos sin controles, donde no figuran responsables técnicos y en donde aún hoy no se sabe con certeza de donde provienen esos medicamentos.

Un obsecuente de Alperovich y los K
Por todas estas acciones el gobernador Alperovich lo premió llevándolo como candidato a vicegobernador en su reelección. Durante su gestión, tanto como ministro o como vicegobernador cumplió al pie de la letra todas las indicaciones de Alperovich. Jamás hizo públicas opiniones propias sobre temas políticos, sólo cumplió su rol de ejecutor. Manzur construyó su carrera política en base a la obsecuencia y el rastrerismo, quizá por esto es que los K pusieron sus ojos en él para tener una persona que cumpla al pie de la letra sus directivas, sin cuestionar ni objetar ninguna medida. Ejemplo de esto es, como en un día tuvo que rectificar las cifras que dio sobre la cantidad de casos de gripe A que no habían caído bien a Cristina K. Si algo define a Manzur es la obsecuencia.