Las elecciones del 23 de octubre han producido cambios en el escenario político nacional. Han sido un gran esfuerzo para muchos compañeros, amigos y aliados, con los que se avanzó en el reagrupamiento de fuerzas.
Las elecciones del 23 de octubre han producido cambios en el escenario político nacional. Han sido un gran esfuerzo para muchos compañeros, amigos y aliados, con los que se avanzó en el reagrupamiento de fuerzas.
El resultado de estas elecciones deja mucho para investigar: las razones del voto a la presidenta y a otras fuerza en las masas obreras y populares, el voto importante en algunos frentes en los que participan el PTP y el PCR, y en otros no, etc. Escuchar a las masas creará condiciones para hacer balances, sacando enseñanzas tanto de los aciertos como de los errores, para seguir avanzando con la política de reagrupamiento de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas.
1. Amplio triunfo de Cristina K
Cristina Kirchner logró un triunfo contundente, amplio, en las elecciones del domingo pasado. Tuvo el voto de una gran masa de asalariados, de los sectores más pobres, y de capas medias. También la votó un sector del proletariado industrial. Y logró un avance importante en sectores de la juventud.
¿Por qué votaron esas masas a Cristina K? Un peso importante tiene el factor económico: vientos a favor de la economía mundial crearon condiciones para un crecimiento importante durante la mayor parte de su gobierno (con la excepción del año 2009), vientos que ahora han comenzado a soplar en sentido contrario.
Esa situación le permitió al gobierno hacer concesiones económicas que influyeron mucho en las masas para sentir que estaban mejor: más de 1.600.000 jubilados con la moratoria sin aportes previos, muchísimas pensiones, la asignación por hijo, las cooperativas Argentina Trabaja, aumentos salariales en las paritarias, distribución de computadoras a estudiantes, etc.
Además, el gobierno pudo llegar a las elecciones negociando con patronales para frenar medidas (suspensiones, despidos, etc.), en ramas afectadas por la crisis. Cada vez que abrían la boca los candidatos de la derecha opositora pidiendo “ajuste”, devaluación y “mano dura”, que recuerdan a las masas los sufrimientos de las crisis pasadas, empujaban a sectores populares hacia el gobierno K.
También pesaron hechos en el terreno democrático, como el cambio de la Corte Suprema, la anulación de las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, los juicios a los genocidas, el matrimonio igualitario, la ley contra la violencia a la mujer, etc. Hubo medidas que mejoraron en la situación de sectores de artistas, intelectuales e investigadores.
En el terreno nacional, el gobierno fue modificando algunas de sus posiciones, como se vio en la celebración del Bicentenario de la Independencia, en su discurso sobre Malvinas, en la estatización de las AFJP y Aerolíneas Argentinas, en sus críticas al FMI y sus cruces con los yanquis: la captura del avión “espía”, la apertura del diálogo con Irán y el reclamo de acabar con los asientos permanentes y el poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una herencia de la Segunda Guerra Mundial que no se corresponde con el mundo actual.
En cada una de las cuestiones señaladas se pueden señalar sus limitaciones, o que en muchos casos fueron producto de años de lucha de las masas. Sin embargo, aún con esas limitaciones, fueron constituyendo un amplio trabajo político, cultural, ideológico y propagandístico, que no siempre comprendimos a tiempo o en toda su significación, y que llevaron a que el kirchnerismo ganara a un sector de las masas.
Es necesario investigar y diferenciar en las masas: qué sectores ganó el kirchnerismo, cuáles lo apoyan porque consideran que están mejor y que con esta política pueden seguir avanzando porque hace lo posible de hacer hoy, los que sienten que están mejor y quieren y necesitan avanzar más, los que votaron a Cristina K como el mal menor y piensan que luchando le pueden arrancar concesiones, y los que consideran que lo que se le arrancó fue con la lucha y hay que ir por más?
2. Otros resultados
Entre los cambios producidos dentro del kirchnerismo, está la proyección de La Cámpora, que ahora tendrá una expresión importante en el Congreso nacional y otros cargos. La presidenta, en la Plaza de Mayo, llamó a los jóvenes que la apoyaban, a trabajar en las organizaciones sociales y el estudiantado (donde aspiran a ganar la FUA). En la provincia de Buenos Aires, el triunfo de Scioli lo dejó bien parado en la interna K. También al bonaerense Massa, que ganó en Tigre, y candidatos amigos suyos ganaron en San Fernando, San Martín y San Miguel.
El Frente Amplio Progresista tuvo un crecimiento grande, un millón de votos en relación con las primarias del 14/8. Una parte de ese aumento fue por el buen desempeño del FAP en Buenos Aires. El FAP recogió el voto de sectores opositores a la política del gobierno K. Un tema abierto es el de algunas declaraciones de su candidato a presidente, Hermes Binner, contrapuestas al programa acordando en el FAP.
El radicalismo llegó a las elecciones con su frente con De Narváez roto, y con candidatos llamando al corte de boleta (eliminando el voto a Alfonsín). Perdió más de 100.000 votos respecto del 14/8, lo que agravará la crisis de la UCR.
Duhalde perdió la mitad de los votos que había obtenido en las primarias abiertas. “Chiche” Duhalde perdió la senaduría por Buenos Aires. Cariglino (el intendente que renovó en Malvinas Argentinas, Buenos Aires), y otros candidatos tomaron distancias antes del 23/8.
Alberto Rodríguez Saá mantuvo los votos del 14/8, y San Luis volvió a ser la única provincia que no ganó Cristina K.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores hizo una muy buena campaña electoral, con posiciones de izquierda, y tuvo un buen resultado en varias provincias.
El Movimiento Proyecto Sur, con un programa muy bueno, no logró reponerse de la bajada de la candidatura presidencial de Pino Solanas, y de la proscripción de sus candidatos presidenciales al no cumplir con el 1,5% de la legislación K inconstitucional, golpes que no le posibilitaron plasmar una fuerza electoral significativa.
Hay que tener en cuenta la gran volatilidad del voto: es muy cambiante. Néstor Kirchner perdió las elecciones en Buenos Aires con 2.325.000 votos, hace dos años, y el kirchnerismo las ganó ahora con 4.460.000. Carrió fue segunda, con 4.400.000 votos, en las presidenciales del 2007, y ahora tuvo apenas 396.000.
3. “No seas mala onda”
Una cosa es el escenario político, económico y social hasta el 23/10, y otra desde el 24/10, o el 10 de diciembre, cuando se instale el gobierno reelecto, con cambios en el gabinete, con mayoría en las dos cámaras del Congreso, y con un amplio peso político territorial.
No queremos tener “mala onda”, como dicen los jóvenes cuando hablamos de la crisis. Hablamos, con sinceridad, dónde estamos parados, y damos respuestas concretas a problemas concretos que van trayendo los “malos vientos” de la crisis.
El gobierno oculta que se acabó el superávit fiscal. Pesan los subsidios a la energía que crecieron a 20.000 millones de dólares.
El superávit del comercio exterior cae. La devaluación de la moneda brasileña agrava el balance negativo del comercio con Brasil, adónde van 65 de cada 100 autos que exporta Argentina: van 75 meses seguidos favorables a Brasil en el intercambio comercial entre los dos países.
La fuga de capitales no para. El mes pasado “se fueron” 3.000 millones de dólares, en gran medida por remesas de los monopolios a sus casas centrales imperialistas.
El gobierno paga deudas con reservas del Banco Central y manoteando fondos del Anses y el PAMI.
La inflación sigue castigando a los más pobres. Crece nuevamente el hambre en los de más abajo. El presupuesto presentado por el gobierno es trucho. Está hecho para manejar, sin control, gran parte de los dineros que recaude.
4. Atados a las alianzas estratégicas K
Algunas patronales ya han tomado medidas de “ajuste”. Despidos (sobre todo de contratados o tercerizados) en autopartistas y acero (Acindar), en textiles suspensiones (Alpargatas) y cierres de fábricas (Lacar), cierres en lácteos (20 empresas), y 100 frigoríficos bajaron la cortina. Fiat y Renault habían anunciado suspensiones, las postergaron. El capo de Fiat, Ratazzi, declaró: “Si se cae Brasil nos caemos a pedazos”. Cayó el empleo en el tercer trimestre de este año en relación al 2010.
El gobierno viene teniendo enfrentamientos con los yanquis, que pasaron a operar contra la Argentina en la negociación de créditos del Banco Mundial y el BIRD. Al mismo tiempo, profundiza su “alianza estratégica” con el imperialismo chino. Este ha comprado millones de hectáreas en Africa. Aquí, en Río Negro, un monopolio chino gigantesco negocia la entrega de 320.000 hectáreas con riego. China ya es el principal inversor en la Argentina. La política K de “alianza estratégica” con China nos va atando a un imperialismo que está en una agresiva expansión, con aspiraciones a convertirse en una gran potencia que reemplace al imperialismo yanqui, en decadencia.
El plan del gobierno K de producir 160 millones de toneladas de granos, no se apoya en más pequeños y medianos productores, sino en más tierras para pooles y terratenientes. Va unido a una ley que legitima las 17 millones de hectáreas ya extranjerizadas y permite ampliarlas enormemente. No hay ninguna respuesta a la suba de arrendamientos y del precio de los insumos. El resultado será el creciendo la migración de masas agrarias del campo a las ciudades (de las provincias y de las naciones limítrofes), agravando el déficit de tierras para vivienda y para trabajo, un drama que, junto con el crecimiento del hambre, es explosivo.
La crisis está sacudiendo al mundo. La Argentina no está “blindada” ni “encapsulada”. Está atada a lo que suceda en los países con los que la política K hizo “alianzas estratégicas”, en particular, Brasil y China. Irá golpeando a los eslabones débiles, sobre todo al sector industrial, como ocurre ahora con autopartistas, automotrices, acero, textiles, etc.
Monopolios, pooles y terratenientes se han llenado de plata en los años de bonanza (se lo ha dicho la presidenta a los empresarios), pero como se vio en la reunión empresarial de IDEA en Mar del Plata, preparan ajustes que descarguen la crisis sobre los trabajadores. Este es el gran tema: ¿quién va a pagar la crisis?
5. ¿Quién paga la crisis?
¿Quién paga la crisis? es hoy un debate mundial. Es el trasfondo de la oleada de descontento político y social que sacude al mundo.
La “primavera árabe” volteó a los gobiernos de Túnez y Egipto (y en una situación compleja por la agresión imperialista de la OTAN, cayó el de Libia). Avanza la lucha en Siria y en Yemen, y se movilizan grandes masas en Israel.
En Grecia se han realizado 5 paros generales combativos, hubo grandes luchas en Inglaterra y otros países industriales europeos. Los indignados de España se extendieron a toda Europa. Surgió el movimiento Ocupen Wall Street en Estados Unidos. Esos movimientos se han ido radicalizando, como se vio en la movilización en 985 ciudades de 82 países.
La discriminación con los migrantes y los bajos salarios provocó 182.000 protestas en China en el año 2010, conquistando aumentos salariales que han colocado la mano de obra china cerca de la mexicana.
Las masas atacan a los bancos, que son salvados por sus gobiernos mientras la crisis provoca un brutal aumento de la desocupación sin salida a la vista. Pese a los billones de euros que han gastado para el salvataje de los bancos, la situación en Europa sigue siendo incierta, entre otras razones por la situación de los bancos franceses, muy metidos en la especulación con la deuda griega.
El problema de fondo de la crisis es, como analizó el PCR en su inicio, la gigantesca masa de ganancias que acumularon monopolios y bancos con la incorporación de cientos de miles de trabajadores con salarios muy bajos, producto de la restauración del capitalismo en China, y la unificación del mercado capitalista mundial luego del derrumbe de la ex URSS. Esas ganancias fabulosas no podían reinvertirse en la producción, y se volcaron a la especulación. Por eso se dijo, en aquella oportunidad, que esta crisis iba a ser igual o peor que la del 30.
6. ¿Qué hará el gobierno y qué hay que hacer?
Las clases dominantes de la Argentina, ante la crisis, acuerdan en que se tomen medidas para que las paguen los trabajadores y el pueblo. A partir de ese acuerdo, cada grupo económico tira para su “boliche”, y en esto se dan cornadas.
El amplio triunfo del gobierno le ha dado un gran poder para actuar ante la crisis. La presidenta, en su discurso, llamó a “la unidad nacional”. De acuerdo, pero ¿unidad nacional para qué política? Se habla mucho de que el gobierno estaría negociando con la UIA y otros sectores un “pacto social” que pondría un techo salarial del 18% en las próximas paritarias, y “ajustes graduales” en las tarifas, entre otras medidas. Son rumores… Pero, frente a la crisis, el problema es qué medidas tomar, porque es posible que el pueblo no pague la crisis, y que la Argentina no sea bamboleada por ella.
¿Qué respuesta va a dar el gobierno K, ahora que ya pasaron las elecciones, ante los despidos y suspensiones, en monopolios que ganaron parvas de dinero durante años, como las automotrices? ¿Les exigirá que gasten algo de lo que ganaron antes sin despidos ni suspensiones?
¿Se puede lograr la eliminación del trabajo en negro? Lo hizo Perón en su primer gobierno…
¿Por qué aumentar las tarifas al pueblo, si la crisis energética la provocan los monopolios que han sacado el petróleo y el gas y no han explorado nuevos pozos? Que paguen las petroleras por el incumplimiento de los contratos, y se recupere la energía como propiedad estatal con control de los trabajadores.
¿Qué respuesta va a dar el gobierno a los reclamos del gran 26 Encuentro Nacional de Mujeres?
¿El gobierno va a tener una política de hambre cero? ¿Es posible producir dar un salto en la creación de puestos de trabajo? Si, tomando medidas como la nacionalización de Argentina Trabaja, y esas cooperativas lleven adelante un plan de 1.000.000 de viviendas sociales. Y con la propuesta de FAA de 1.000.000 de nuevas chacras. ¿Y con qué plata hacer eso? Hay plata.
Ante la situación financiera, el gobierno conservador inglés le prohibió al Banco Santander remesar dinero a su central en España. Por la fuga de dólares aquí, ¿el gobierno va a trabajar para que ni un dólar de los bancos y monopolios salga de la Argentina?
Si el gobierno imperialista de Obama estatizó bancos y empresas por la crisis, ¿el gobierno K va a estatizar el comercio exterior de granos (una medida que hizo Perón en su momento)?
Gobiernos europeos y el de Estados Unidos, han aumentado impuestos “a los ricos”. ¿El gobierno K va a hacerle pagar impuestos a los que no pagan, como el juego y la especulación financiera, o pagan casi nada como la minería?
¿Qué respuesta va a dar el gobierno al reclamo de los originarios que se movilizaron el 18, con la FNC y FAA, la CCC y la CTA, y otras organizaciones, por la tierra?
7. Seguir reagrupando fuerzas
La situación que se abre no es fácil para la clase obrera y el pueblo. Para avanzar, hay que unir la lucha económica a la lucha política y trabajar por un gran reagrupamiento de fuerzas.
De ahí la importancia del trabajo del PTP y el PCR para el avance de reagrupamientos de fuerzas en diversas provincias. El resultado electoral logrado ha sido diverso.
Los frentes en los que participamos del Movimiento Proyecto Sur, a diputados nacionales, en la Capital Federal obtuvo el 1,77%, en Chubut el 2,56%, en Entre Ríos el 0,56% a gobernador, y faltan datos de otras provincias.
En la provincia de Buenos Aires, integrando el FAP, la votación fue 11,68% a gobernador. En Formosa el frente encabezado por el cura Nazar tuvo el 23%. En Río Negro, Confluencia por la Emancipación alcanzó el 11,52%. En Corrientes, el FAP sacó el 5,55%. En Salta, también el FAP, obtuvo el 4,69%. En San Juan, el Frente Opositor tuvo el 2,63%, y en la localidad de Albardón se obtuvieron dos concejales. También hay que tener en cuenta los votos en blanco o programáticos, a presidente y vice, por los que se trabajó y nacionalmente.
Las elecciones han vuelto a demostrar que es necesaria la unidad entre la lucha económica y la lucha política para el avance del movimiento de masas y para la perspectiva de grandes tormentas sociales y políticas. Subestimar la lucha política le deja el campo libre, en lo fundamental, hoy, al kirchnerismo. De ahí la importancia de seguir avanzando en el reagrupamiento de fuerzas obreras y populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas.
Avanzar en el reagrupamiento de fuerzas sociales, para la lucha, como en la CTA, y en el movimiento por tierra para vivir y trabajar, para las luchas de ahora, con la perspectiva de tormentas sociales.
El gobierno fracasó con el encarcelamiento del dirigente ferroviario “Pollo” Sobrero, pero mostró que, frente a la crisis, quiere barrer a las direcciones combativas y clasistas del movimiento obrero. Por eso reactivaron juicios, con embargo de salarios a María del Rosario, Ramón Bogado, Jorge Penayo, al igual que a Vilma Ripoll. Se crean nuevas policías. Crece la Gendarmería volcada al trabajo policial. Fue muy importante la movilización unitaria por Mariano Ferreyra, y contra la tercerización.
Y es necesario avanzar en el reagrupamiento político, para fortalecer la lucha de hoy, y para no estar desguarnecidos frente a posibles tormentas políticas en perspectiva.
Una parte de la política de reagrupamiento de fuerzas sigue siendo la campaña por la personería del PTP, con los acuerdos políticos realizados para las elecciones, a los que hay que ampliar, por la creciente represión y criminalización de las luchas, y para la acumulación de fuerzas, en particular en las grandes fábricas.
Se abre un nuevo escenario. Ese nuevo escenario verá confluir las luchas sociales y políticas en la Argentina con la oleada de protestas que sacude al mundo. La pulseada ante la crisis va a ser dura y prolongada. Si ayudamos a las masas obreras y populares a prepararse, y nos preparamos, vamos a ver grandes cosas en la lucha por la segunda independencia y la liberación de nuestra patria y nuestro pueblo.