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02 de octubre de 2010

Otro lunes negro golpeó a la economía mundial. Cristina Kirchner prepara otro pago a los usureros, mientras en el país crecen el hambre, las suspensiones y despidos, el ajuste y la inflación. Por un paro nacional activo que una la lucha por aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales con los reclamos de los chacareros, estudiantes y el resto del pueblo.

¿Quién va a pagar la crisis?

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1. El tsunami de la crisis

Otro lunes negro de la economía mundial. Bush no logró hacer aprobar el "salvataje" de 700.000 millones de dólares, lo que provocó el desplome de las bolsas de Estados Unidos y el mundo; fue muy fuerte la caída en Brasil y la Argentina.

La crisis económica mundial sigue volteando a bancos gigantescos. Los Estados imperialistas inyectan fortunas para salvar a sus sistemas financieros, y cargan con las deudas de esos bancos, que descargarán sobre sus contribuyentes y, especialmente, sobre los países dependientes como el nuestro. No hay crédito. Los monopolios despiden trabajadores en sus casas centrales y sus sucursales. Bajan las ventas, allá y acá.

El tsunami recién comienza y nadie ve el final de la ola: no se sabe cuántos billones de dólares hay en las burbujas especulativas que han comenzado a estallar. Menos aún imaginan las consecuencias en un mundo con billones de papeles pintados de verde llamados "dólares", y Bonos del Tesoro yanqui que pagan un interés del 0,02%.

La burguesía monopolista yanqui –Bush, McCain y Obama– discute el reparto de los dólares del salvataje y qué guerras les convienen más a sus monopolios. Putin ordenó a los "nuevos ricos" rusos la repatriación de capitales, su ahijado y presidente, Medvedev, anunció que "una guerra puede ser declarada en cualquier momento y ser real" (Perfil, 28/9). Los rusos aceleran la renovación de su armamento aéreo, naval, de tierra y atómico, y anuncian "un fortalecimiento de las relaciones comerciales y armamentísticas con países de América Latina" (La Nación, 27/9). Sarkozi anunció un gigantesco acuerdo atómico de Francia con la India. Crecieron los fascistas en las elecciones de Austria.

La crisis mundial va tiñendo el mundo. Las burguesías imperialistas tienen su receta: desocupación, hambre, fascismo y guerras. Los trabajadores, los pueblos y las naciones oprimidas, también tienen la suya: hacerle pagar la crisis a los de arriba, enfrentando sus padecimientos con grandes tormentas liberadoras.

2. El "modelo K" es entreguista

Los Kirchner redoblaron su doble discurso en la semana que pasaron en Estados Unidos. CK habló contra "el capitalismo de especulación" y dijo que "el modelo productivo" argentino estaba "fuerte", mientras confirmaba el pago de la deuda externa con el Club de París y anunciaba el pago a los bonistas que no entraron en el canje del 2005, a cambio de una reprogramación de los vencimientos del 2009. Los usureros le contestaron que, además, tenía que arreglar las cuentas del IndeK.

Mientras los Estados imperialistas invierten sus fondos para tratar de frenar las consecuencias de la crisis sobre sus economías, CK usó en las Naciones Unidas un discurso anti Bush; pero tapó que se dispone a usar los pocos recursos reales que tiene la Argentina para pagarle a los usureros.

La política kirchnerista ha provocado el agravamiento de la dependencia, la extensión y extranjerización del latifundio y la "sojización" del país, debilitando a la Argentina frente a la crisis mundial en curso.

Con el estallido de la crisis se aceleró la caída de la producción industrial. Al bajón en la construcción, ahora se le suman los despidos en las terminales automotrices por la caída de las ventas aquí y de las exportaciones a Brasil y España (dos países golpeados). El descenso de las compras golpea a más ramas del consumo.

La situación de la producción agraria, que fue el principal "motor" del crecimiento de estos años, es gravísima. Cayeron los precios de los granos, aumentaron el 100% los insumos (después de la derrota del gobierno), y se está viviendo la peor sequía en más de un siglo. Cae a pique la producción ganadera y se liquidan los tambos. Nadie sabe si la cosecha de trigo va a alcanzar para el consumo interno (el año pasado fue más del triple); solo lluvias muy abundantes pueden salvar, en parte, la de maíz y girasol. Por lo que solo "el yuyito de CK", la soja, si llueve, podría mejorar este panorama negro.

Metidos en los negocios de petroleros, los Kirchner, pese a que el petróleo bajó de 157 dólares el barril a alrededor de 90 en el mercado mundial, están aplicando tarifazos en la energía, que golpean sobre los bolsillos populares.

Tampoco tocan la fabulosa renta de los monopolios mineros, en la que están "mezclados", al igual que en la pesca, donde los monopolios españoles o chinos depredan a su antojo.

3. Pagan afuera, hambre adentro

Pagar la deuda, después que la investigación de Alejandro Olmos y el fallo del juez Ballestero demostraron que era fraudulenta, ilícita y usuraria; es una estafa a la Nación. Es inconstitucional porque la deuda es un atributo del Congreso. Y es suicida hacerlo en medio de semejante crisis mundial.

No nos vamos a "caer del mundo" por no pagar esa deuda, que viene de la dictadura, y de las estafas de Menem, De la Rúa y Cavallo. La de la Argentina es "un poroto" al lado de los billones de dólares en cesación de pagos (default) que se están produciendo en las finanzas mundiales.

Desde el 2001 al 2005 el país vivió en default y "no nos caímos del mapa". Al contrario, esa decisión, impuesta por el Argentinazo de diciembre del 2001, fue una de las condiciones fundamentales para el crecimiento de la economía y la salida de la crisis. Estuvimos en "default" con el Club de París y los "bonistas" desde el 2001 hasta ahora. Ahora Néstor Kirchner dijo que con el pago al Club de París, más "la oferta de los holdouts (bonistas) y de los préstamos garantizados, el financiamiento [del 2009] está asegurado" (La Nación, 26/9). Es decir, "la caja K" ya no alcanzaba para pagar los vencimientos del 2009, y para que le renegociaran una porción de ellos, el gobierno tuvo que "hocicar" pagando una parte y refinanciando otra de la deuda en default.

Se le va a pagar, con reservas del Banco Central, al Club de París, y el resto son "reprogramaciones", es decir, un "megacanje", cambiando bonos vencidos por otros a más largo plazo, como el que hizo Cavallo antes de que se derrumbara la economía argentina en el 2001.

Un presupuesto entreguista

¿Cuál es la urgencia de ese pago y esa reprogramación? Rusia y otros países estuvieron en cesación de pagos recientemente, y les reciclaron la deuda. Los yanquis repudiaron la deuda de Irak cuando ocuparon ese país.

Lo dice Néstor Kirchner: "Lo del default [del 2001] fue un gran error. (…) Yo pensé ‘perdimos todo’. Porque si algo debe hacer un país es pagar sus deudas" (La Nación, 26/9. En esa nota, Kirchner habla de los ministros de Economía: Peirano y Lavagna "son dos modelos", "Machinea [el de Alfonsín] también fue bueno", "el que entendía todo era Colombo" (jefe de Gabinete con De la Rúa), y a "Mingo [Cavallo] le tengo aprecio".

Lejos de su doble discurso sobre "la distribución de la riqueza" y el "modelo productivo", Kirchner se sincera: "Cuando era gobernador, no me interesaba otra cosa que la caja. Pero la verdad, es lo más importante". ¡"La caja" es lo más importante para Kirchner!

Eso es lo que se expresa en el proyecto de presupuesto para el año 2009. No hay salarios dignos para los estatales y docentes, al contrario, ordenó a los gobernadores "no aflojarle" aumentos a los docentes y estatales. Nada de mejorar las jubilaciones con los ingresos del Anses: una ley hambreadora de "movilidad previsional" y la plata de los jubilados la usan para pagar la deuda pública. CK dijo que "el tren bala" no iba a costar "uno solo peso al Estado nacional", y en el presupuesto, escondidos entre los anexos, aparecen $ 11.600 millones para esa estafa absurda. Néstor Kirchner habla de aumentar la coparticipación a Buenos Aires, pero el presupuesto fija la coparticipación federal en el 24,8% (el porcentaje más bajo de los últimos 50 años), pese a que la ley antifederal vigente establece un piso del 34%.

El proyecto del presupuesto kirchnerista es un mamarracho hambreador, antifederal, entreguista, y una estafa.

 

3. Paro nacional activo

Los trabajadores de Terrabusi están en lucha por la reapertura de las paritarias, y el gobierno montó una provocación represiva contra Ramón Bogado, coordinador de la Comisión Interna. También se realizó un nuevo ataque represivo contra el movimiento Chicos del Pueblo, que dirige Alberto Morlascheti. Sigue la lucha salarial de los docentes en Buenos Aires, Entre Ríos, Capital Federal, Jujuy y Chubut, y de los estatales en numerosas provincias y municipios.

Ya son más de 40 gremios los que reclaman la reapertura de las paritarias, pese a la "orden" de CK de mantenerlas cerradas. Impulsan la reapertura los gremios de la CGT Azul y Blanca. El SMATA reclama un aumento del 65% para los trabajadores de concesionarias, y se dice que Moyano habla de "la traición" de Néstor Kirchner, por ser blando para afuera y duro para adentro (Ambito Financiero,29/9).

Una gran movilización en la Capital Federal unió a los estudiantes y los docentes universitarios, reclamando por presupuesto y salarios.

La bronca entre los chacareros está empujando el reinicio de la lucha agraria. Así se vio en la unanimidad combativa del Congreso de Federación Agraria, que mostró un importante crecimiento casi triplicando sus fuerzas. Todo indica que se marcha a un paro de comercialización de granos, con asambleas en las rutas y movilizaciones.

Es muy difícil que el kirchnerismo logre la aprobación del presupuesto tal como lo presentó. Más aún cuando el Congreso debe tratar, también, el vencimiento del impuesto al cheque, y hay una fuerte corriente para modificarlo en beneficio de la coparticipación federal.

El corte de ruta de la Multisectorial de la Matanza ha sido un paso en la unidad de los reclamos populares con el presupuesto. La lucha por el presupuesto, como enseñó la rebelión agraria, exige multiplicar los afluentes del combate en las calles y rutas, y crear las condiciones para la confluencia de esos afluentes a lo largo y lo ancho del país. De esa manera se crearán condiciones para un paro nacional activo, obrero, campesino, estudiantil y popular, que unifique el conjunto de los reclamos, y le tuerza el brazo al gobierno kirchnerista y al Congreso.