El temporal de viento y lluvia que azotó en las quintas de la Plata y alrededores fue el más grande que, aún los más viejos recuerden. No sólo por los daños de más del 90% en las instalaciones y sembrados que produjo la fuerza del viento, sino por la extensión: afectó a todo el cinturón florihortícola.
El temporal de viento y lluvia que azotó en las quintas de la Plata y alrededores fue el más grande que, aún los más viejos recuerden. No sólo por los daños de más del 90% en las instalaciones y sembrados que produjo la fuerza del viento, sino por la extensión: afectó a todo el cinturón florihortícola.
La caída de árboles y el viento destruyó viviendas, transformadores y postes de electricidad. La mayor parte de la zona quedó a oscuras y sin agua.
Contaba un productor: “La cosecha del verano, en especial el tomate, que es la esperanza de todos los años, vino con muy bajo precio, no compensó el aumento desmesurado de los insumos y los alquileres, ya veníamos denunciando y exigiendo ayuda porque estábamos muy mal. Pero como hay que seguir me endeudé para poder sembrar un poco de morrón tardío. Todavía estaba chico cuando vino la tormenta; ahora estoy escarbando debajo de los palos y el nylon para ver si puedo salvar algo.
Esto le pasa a cientos de familias, ¿Cómo vamos a pagar las deudas de usureros que nos piden intereses de hasta el 100%?, ¿Cómo pagamos el alquiler y volvemos a sembrar?”.
Es muy triste, nunca vimos, como ahora, familias enteras mirando con impotencia y desesperación el desastre de sus instalaciones y sembrados. Sin saber qué hacer, cómo seguir.
Algunos originarios de Bolivia piensan en irse. El que tiene algo allá puede ser, pero no está fácil empezar en Bolivia. Ya se han ido antes algunas familias y han vuelto.
Los compañeros de Asoma decían: “No podemos bajar los brazos, no podemos darnos por vencidos y abandonar todo, ya no nos quedan lágrimas, ahora hay que luchar, hay que salir a las rutas y exigir que el gobierno, que acaba de lanzar el proyecto Horticultura 2020 cumpla con los pequeños productores, de nada sirven los proyectos si no quedan quinteros”.
El lunes 6, más de 500 compañeros convocados por distintas organizaciones agrarias se concentraron en la Ruta 2 a la altura de El Peligro. Con la ruta cortada, se realizó una reunión en el lugar con funcionarios de Agroindustria de la provincia, de la municipalidad de La Plata y Berazategui, de Desarrollo Social, Agricultura Familiar, entre otros.
Según los cálculos realizados por los productores, solamente para reparar invernáculos, de quien trabaja media hectárea se necesitan $100.000. Eso es lo que se les exigió a las autoridades nacionales, provinciales y municipales, además de la restitución urgente de la electricidad para no perder más por falta de agua.
Escucharon, ofrecieron muy poco o casi nada, y quedaron en estudiar las propuestas de las organizaciones agrarias y volver el 9/02 a traer una respuesta.
El jueves éramos más de 1.500 en el mismo lugar. Los funcionarios no vinieron, citaron a una delegación en otro lugar, no querían verle la cara a los productores que dicen defender.
Decidimos cortar la totalidad de la Ruta 2 y, mostrando la voluntad de dialogar, enviamos la delegación con representantes de las organizaciones agrarias presentes, a pesar de que ellos no cumplieron con el compromiso asumido.
No mejoraron en nada la oferta inicial. Algunos nylon, maderas, una probable línea de créditos para los medianos y grandes productores, inaccesibles para los chicos. En total ofrecen 22 millones de pesos. Según el registro de probables damnificados esto sería menos de $5.000 por productor, que no alcanza ni para un rollo de nylon. Son necesarios entre 400 y 500 millones de pesos.
No se les pidió gran cosa, solo lo necesario para poder seguir trabajando, para recuperar el invernáculo, para los sembrados a campo, electricidad, agua para regar.
“Poca cosa exigimos, nada de lujos, solo para seguir agachando el lomo de sol a sol, para tratar de sobrevivir a una crisis que arrastramos desde hace mucho y esta tormenta es para muchos el machetazo final”, decía un compañero de Asoma.
Han subsidiado de una forma u otra a las petroleras, a las cerealeras y mineras con más de 300.000 millones. Le “perdonan” 70.000 millones al padre de Macri y a nosotros nos niegan 400 millones de pesos.
Una compañera indignada dice: “¿Nos están tomando el pelo? Es una burla lo que ofrecen. ¿Cómo pueden ser tan insensibles? ¿Quieren realmente ayudar o sólo quieren sacarnos de las rutas pensando en su futuro electoral?”
Ante la mentira y la falta de respuesta, en la asamblea de la ruta se decide una gran movilización a la Gobernación para la semana siguiente, previa reunión de la multisectorial agraria.
Las organizaciones de productores (Mesa de pequeños productores regionales, Asoma, MTE, MPP, MCI, Coop. Moto Mendez) se reúnen y deciden convocar para el miércoles 15 a un tractorazo a la Gobernación, pasando por la Municipalidad y el Ministerio de agroindustria.
Marcharemos con herramientas y verdura. Les llevaremos los restos de nylon y madera. Queremos que nos escuche la gobernadora Vidal.
Se convoca a acompañar a las organizaciones sociales, barriales, gremiales, que han realizado cortes en distintos calles porque también padecen las consecuencias de la tormenta y la indiferencia del gobierno.