Rafael fue un referente de varias generaciones, “un juglar, cantor nacional” como se denominaba él, que nos dejó melodías de la canción popular como No me llames extranjero, Corazón libre, Olor a goma quemada, La madre de mayo, Yo seré tu compañero, entre muchas otras.
Rafael era un artista revolucionario porque se fundía con el pueblo en sus sufrimientos y en sus alegrías. Cantaba desde el dolor y la denuncia.
Participó en varios Picnics de nuestro Partido, donde miles de camaradas sentimos la fuerza de su poesía desde el escenario y lo vimos confraternizando y disfrutando.
En una entrevista que le hicimos en nuestro semanario en diciembre de 2013, Rafael nos decía: “Yo siempre digo que canto desde mi clase. No puedo cantar desde los terratenientes. Yo no conozco otra manera de ser, no la podría cambiar. No me sentiría bien conmigo mismo. Nunca lo probé”.
En relación a su Olor a goma quemada decía: “Con esta canción me propuse cantar lo más crudamente posible, al estilo payadoresco. Más que poesía, me propuse que fuera como un puño. Y la cantó el país. La canté una noche en Cosquín, cuando estaba el Chaqueño Palavecino, y toda esa gente la cantaba conmigo, entera. Me quedé asombradísimo. Son canciones, como No me llames extranjero, o Corazón libre, que han trascendido la frontera del negocio.”
Su inmensa poesía y la pertenencia orgullosa a su clase son parte del camino revolucionario por el que seguiremos ¡Hasta la victoria siempre, querido Rafael!
Hoy Nº 1944 21/12/2022