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28 de enero de 2015

El Sr. Randazzo, ministro del Interior y Transportes declaró en una entrevista al diario El Litoral de Santa Fe (3/9/2014) algunas cosas increíbles. 

Randazzo “relata” la entrega ferroviaria

La mentira al servicio del “modelo”

Sobre rieles ferroviarios: “No se fabricaron nunca en el país. Hay pocos países en el mundo que lo hacen; Brasil no lo hace”.
Sobre coches de pasajeros y vagones: “La Argentina no fabricó trenes de pasajeros. Nosotros debemos redireccionar la industria local para vagones de carga”.

Sobre rieles ferroviarios: “No se fabricaron nunca en el país. Hay pocos países en el mundo que lo hacen; Brasil no lo hace”.
Sobre coches de pasajeros y vagones: “La Argentina no fabricó trenes de pasajeros. Nosotros debemos redireccionar la industria local para vagones de carga”.
Estas dos afirmaciones no tienen ningún rigor histórico. Por ejemplo, los mayores recordamos, y existen los testimonios impresos, de las grandes locomotoras diesel-eléctricas (Fadel) diseñadas y fabricadas en nuestro país en 1952, con motores suizos todavía pero con tecnología totalmente nacional. Su creador fue el ingeniero Saccagio en el marco del Primer Plan Quinquenal impulsado por el gobierno del Gral. Perón.
Cumplieron un excelente servicio (Buenos Aires-Mar del Plata en 4 horas) hasta que el revanchismo gorila de los golpistas de 1955 las condujo a su desguace y achatarramiento.
También existen los testimonios de cualquier ramal ferroviario de 15 o 20 años atrás, en cuyos rieles podía leerse Somisa y las características del mismo.
Hay mucho más para desnudar las mentiras de este funcionario kirchnerista partidario acérrimo de los negociados con el imperialismo chino.
En los numerosos talleres ferroviarios existentes en todo el país, arrumbados lastimosamente, se ven todavía restos de equipos ferroviarios fabricados en el país ya sea por los mismos talleres de los ferrocarriles (como los de Tafí Viejo –“reinaugurado” varias veces por los Kirchner–, Pérez, en Rosario, Remedios de Escalada, Liniers, etc., etc.) como por algunas empresas privadas hoy inexistentes.
Esos equipos no solo sirvieron por décadas en Argentina. Fueron exportados también a varios países vecinos como Uruguay y Bolivia. En los ferrocarriles bolivianos y uruguayos todavía circulan coches de pasajeros argentinos vendidos en los años 1960 y 1970. Eso lo puede comprobar cualquier viajero que aborde un tren, por ejemplo en Villazón, Bolivia. Todos estos productos fueron orgullo de la industria argentina y muestra de la inmensa capacidad de nuestros ingenieros, técnicos y obreros argentinos.
Todo esto es ignorado –por supuesto que deliberadamente– por el Sr. Randazzo y el gobierno kirchnerista. Especula con una supuesta falta de memoria de las nuevas generaciones de argentinos para hacer pasar su entreguismo antinacional. Parte esto de la política de reprimarización de la economía argentina cuya ecuación es, en grueso, materias primas (soja, minerales, pesca) por equipos industriales o productos de la industria china (y/o rusa, en otros casos).
Reproduce así, en otras condiciones, el esquema carnes-cereales por productos industriales que implantó la oligarquía argentina entre 1880 y 1940, en un marco de dependencia con el imperialismo inglés y europeo en general.
Pero, por suerte para las causas populares y para desgracia de estos cipayos, la memoria del pueblo argentino no se puede borrar como un archivo de computadora. Subsiste en nuestras almas y corazones y viaja de generación en generación.
La lucha hoy de los obreros de Emfer-Tatsa, por ejemplo, es muestra de que la clase obrera de nuestro tiempo es fiel continuadora de aquellos que lograron, en su momento, aflojar los lazos que nos oprimían y, con su accionar, conquistaron mejores condiciones de vida para los sectores populares.
De eso se trata. De tomar el destino en nuestras manos y lograr la segunda y definitiva independencia. Entonces pediremos cuentas a los señores como Randazzo y a todo el equipo que hoy se dedica a vaciar a la Argentina.