El compañero Alejandro Cabrera nos decía: “Ha finalizado la primera etapa del conflicto. Los cesanteados que no optaron por el retiro voluntario, fueron reincorporados bajo las mismas condiciones en las que habían sido echados.
“Es difícil explicar la cantidad de emociones encontradas, bronca que se va, alegría… incluso tristeza por los más de 600 compañeros que optaron por el ‘retiro voluntario’ y que hoy están sin laburo en un ambiente cada vez más difícil para el desocupado.
“Hoy es un triunfo, porque se demuestra que la fortaleza de una parte de los trabajadores puede hacer retroceder, aunque sea un poco, a este gigante que viene a pisarnos y esclavizarnos.
“Ahora viene la parte que se salteó durante mucho tiempo, la de convencer al compañero de que no está fuera del alcance del ajuste, que puede ser él, su hermano o su amigo el próximo. Eso sí, ahora sabemos que hay una manera de aguantar, la calle, la gente. ‘La unidad de los trabajadores’ ¿cuantas veces se nombró? Y es cada vez más cierta la frase. Hoy festejamos por eso, porque se unieron trabajadores que piensan, que viven, que tienen ideologías políticas o religiosas diferentes, pero hay una cosa que los hermana: el trabajo, el saber que así sea con el que peor me llevo en el laburo, su familia puede pasar hambre, y eso no lo tenemos que permitir. No podemos llegar al punto de jodernos nosotros mismos, en que no importe mientras no me toque. Porque esa es la clave del patrón para convertirte en su lacayo y hacer con vos lo que él quiere, convencerte de que tenés que vivir para trabajar, y no trabajar para vivir.
“Los mineros, los empleados de talleres centrales, de planta depuradora, de la administración, del ferrocarril, y del puerto, mostraron unidad, los de la usina, saliendo a la calle y marchando, cuidando la carpa o ‘los ranchos’, pasando frío, discutiendo las medidas a tomar, reuniéndose para organizar, tomando medidas de fuerza, tratando de molestar lo menos posible al que aún trabaja, así fue que hubo en los cortes intermitentes de ruta gente que se bajaba de los autos, que compartía un mate y escuchaba, preguntaba, y reflexionaba en base a lo que había visto en algunos medios.
“También hubo intentos de utilizarnos políticamente, como cuando nos convocaron a la Cámara de Diputados a que pasemos a contar nuestros pesares, pero sin dejar entrar a los jubilados que reclaman el pago de su sueldo. A esas cosas no nos vamos a prestar, ese día nos fuimos y ganamos un apoyo más necesario que el de cualquier político de turno, que fue el de la gente.
“Falta mucho por recorrer, vacíos que llenar con otros gremios y agrupaciones que estuvieron con nosotros y que están por atravesar o atravesando la misma situación. Pero queda demostrado que hay que diferenciar dos cosas, el trabajador y el patrón, y que el trabajador la única manera que tiene de frenar el abuso del patrón, es con los demás trabajadores en la calle”, finaliza Cabrera.
Hoy N° 1718 23/07/2018
