A partir de aquí [la recuperación para los trabajadores del Smata Córdoba] se estableció una relación dialéctica entre el Cuerpo de Delegados y la Comisión Directiva. Cada delegado, con mandato de su sección. El Cuerpo de Delegados, con mandato de asamblea general de fábrica. Los plenarios de delegados pasaron a ser frecuentes y expresaban el protagonismo de la masa en la organización sindical. Pablo [seudónimo partidario de Salamanca] unía al Cuerpo de Delegados desde el mandato de la masa y, a la vez, unía al Cuerpo de Delegados con la Comisión Directiva para llevar adelante las resoluciones de las asambleas generales.
¿Para qué sirve el gremio?
En este proceso, la línea del Partido impulsada por René, enfrentando el reformismo y el foquismo, puso el centro en el delegado de sección y en el Cuerpo de Delegados para que la masa adquiera un mayor grado de organización y de práctica sindical y política en sus lugares de trabajo. De manera tal que dotara a la masa de un tipo de organización revolucionaria de clase dentro de las fábricas, capaz de afrontar los golpes del enemigo (intervención del sindicato, etc.) y continuar el combate cualesquiera fuesen las condiciones.
Esto lo practicó Pablo [seudónimo partidario de Salamanca] cuando fue intervenido el gremio por José Rodríguez y estando con pedido de captura, y lo definió en su Carta a los Compañeros Mecánicos del 26/12/74, donde planteó la lucha contra el golpe proyanqui o proruso y sostuvo: "Siempre dije, compañeros, que es preferible perder el gremio a resignar nuestras reivindicaciones ¿para qué sirve un gremio si no es para obtener triunfos? Esto lo recuerdo porque en el futuro, sin duda, nuestro Smata lo podemos perder muchas veces. Pero también estoy seguro que con la participación de todos lo vamos a recuperar, tantas veces como lo perdamos, y vamos a triunfar sobre los enemigos de los trabajadores y de la patria, como lo señala nuestra tradición y nuestra realidad, nuestras convicciones y nuestra vida".
Al calor de dicho proceso, con la guía de la línea política, integró y desarrolló la construcción del Partido, de células en las secciones y Comité de Partido en mecánicos. La práctica de Pablo como secretario general del gremio era conversar habitualmente con numerosos compañeros de las fábricas, tanto en los lugares de trabajo como en la sede sindical y en sus visitas a las casas de los trabajadores.
Un día, por ejemplo, hablando con dos delegados clasistas, les dijo: "Los invito a una reunión del Partido. Si los obreros no organizamos nuestro Partido siempre nos van a dirigir los de arriba y nunca vamos a poder hacer la revolución". En la reunión se discutieron los problemas del momento: un paro en una sección, la elección de delegados en otra, Gelbard y el "pacto social" antiobrero, la penetración de los rusos. Pablo cerró la reunión: "Hemos discutido cosas importantes ¿por qué vamos a ser egoístas y saberlas sólo nosotros? Los comunistas tenemos un diario, el Nueva Hora [antecesor de nuestro semanario hoy], que explica todas estas cosas; cada uno de ustedes tiene que llevarle el Nueva Hora a los diez obreros más combativos de su sección, y formar con ellos una célula en su sección.
“Hoy estamos en el sindicato, pero tenemos enfrente a las patronales y el Estado, así que lo vamos a perder y ganar muchas veces. La única garantía es que tengamos un partido de la clase obrera que pueda terminar con las patronales y el Estado. Ya hicimos un Cordobazo, ahora tenemos que trabajar para hacer un Argentinazo y triunfar".
Pablo encabezó la lucha contra el golpe
Producto de esa labor cotidiana se elevaron política e ideológicamente dirigentes clasistas y militantes de nuestro Partido como Roque Romero, secretario adjunto del Smata, quien estuvo encarcelado desde fines de 1974 hasta 1980, y como el dirigente de la JCR, Luís Márquez, quien fue secuestrado en 1975 y desapareció desde entonces.
Pablo encabezó en el movimiento obrero la denuncia y la lucha contra el golpe, que llevó adelante nuestro Partido. Fue la única práctica de lucha antigolpista activa de un secretario general de un sindicato. La fundamentó así: "Los obreros argentinos no podemos reflexionar hoy fuera de un marco concreto: la patria está en peligro, como en todas las horas decisivas (como en el ’30, en el ’45, en el ’55, en el ’66 y en el ’69) tenemos frente a nosotros dos opciones. O se profundiza la dependencia del imperialismo, el poder de los monopolios y los terratenientes y la superexplotación popular, o se profundiza la liberación, la marcha revolucionaria del pueblo con los trabajadores a la cabeza. El primer camino es el camino del golpe contra el gobierno peronista de la señora presidente, golpe que puede ser proyanqui o proruso, porque las dos superpotencias conspiran y buscan someternos. El segundo camino es el de la lucha antigolpista para aplastar a los conspiradores y avanzar a fondo en las tareas de la liberación y la unidad de los patriotas. Yo creo que ésta es, en la actualidad, la gran misión histórica que tenemos por delante los obreros" (Artículo de Salamanca en Teoría y Política, Nº 15, agosto de 1975).
Con el Sindicato intervenido, con la orden de captura contra René y con Roque detenido, resultó más clara aún la importancia del Comité de Mecánicos, por el que con tanto tesón venían trabajando el Comité Central, el C. Regional y en particular Pablo. Un comité que debía convertirse en el Estado mayor revolucionario de la masa de obreros mecánicos.
En esas condiciones de represión, el Comité aseguró el vínculo de la dirección del Partido con la masa. Mediante varios canales llevó las iniciativas de la dirección del Partido a las fábricas, al Cuerpo de Delegados y a las asambleas. De este modo llegó a garantizar que Pablo hablara en asambleas y reuniones del Cuerpo de Delegados, pese a que estaba perseguido y con orden de captura.
La estrecha relación masa-Partido, garantizada a través del Comité y de las células, protegió la seguridad de Pablo, cubriendo incluso los flancos que podía abrir su inquietud y ansiedad por estar permanentemente en contacto con los delegados y con los trabajadores en general.
Fueron muchos los obreros que ofrecieron sus casas como refugio para Pablo en esos largos meses de persecución. Pablo pasaba varias horas conversando con cada uno de ellos, enviando a través suyo, iniciativas y propuestas a las secciones.
De conjunto, todo lo antedicho y lo que se sintetizó en artículos anteriores, fortaleció y desarrolló una poderosa corriente clasista en el proletariado cordobés que proyectó una línea con René como su representante ante el conjunto del movimiento obrero argentino. Esto se expresó en varios planos: en los plenarios nacionales de las agrupaciones clasistas 1º de Mayo; en la unidad obrero-estudiantil; en embriones de alianza obrero-campesina.
El desarrollo de las luchas obreras en distintas partes del país contaron la presencia solidaria y combativa del proletariado cordobés representado por Salamanca.
En este proceso, la acumulación de fuerzas, la proyección de una línea y el peso de una gran corriente clasista en las masas, fueron las bases que impulsaron la designación de René en el secretariado de la CGT de Córdoba, pese a todas las trabas y maniobras del enemigo de clase.
Hizo de la revolución su vida
Humilde para vivir. Humilde y honesto con sus camaradas y compañeros. Férreo constructor de un poderoso partido revolucionario para su clase. Todo esto es una opción de vida para Pablo. Al poco tiempo de fundado el PCR decía: "Este partido tiene que ser el partido de la clase obrera. Tenemos que dirigir a la clase obrera para hacer una revolución como la que hizo Lenin en Rusia".
Disputó hasta que fue detenido, la dirección del movimiento obrero y lo orientó hacia la toma del poder político. Su práctica nos guió siempre hacia el proletariado y hacia el marxismo-leninismo-maoísmo.
Su lucha no deja dudas sobre su objetivo. Hizo de nuestra línea su guía y del Partido y de la revolución su vida. Participaba activamente del debate y de la elaboración colectiva en el Partido y se subordinaba a las decisiones de los organismos. Así Pablo siempre luchó por una línea y una metodología proletarias y por unir al Partido y a sus cuadros alrededor de esa línea y esa metodología.
Para nosotros es un ejemplo de dirigente comunista revolucionario, que representa un proceso de experiencias de lucha y de acumulación de fuerzas que es y debe ser recogido y desarrollado por las nuevas generaciones de dirigentes obreros comunistas revolucionarios, como en Ford y en otros centros de concentración, al calor del nuevo auge de luchas de las masas obreras.