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02 de octubre de 2010

Del artículo escrito por el actual secretario del PCR de Córdoba, publicado en Política y Teoría Nº 12, de 1987, reproducimos la parte que se refiere a la recuperación del Smata Córdoba.

René Salamanca: camarada Pablo

Hoy 1208 / Así se forja el PCR (nota 1 de 2)

El 24 de marzo del ’76, al inicio de la negra noche de la dictadura fascista fue detenido y secuestrado el camarada Pablo (seudónimo partidario de René Salamanca). Desde entonces está desaparecido… Recordar y tomar el ejemplo y camino que nos ayudó a recorrer Pablo es luchar por llevar adelante las grandes tareas revolucionarias, ponerse al frente de los combates obreros, y construir un Partido de miles que dirijan a millones.
Pablo es uno de los mejores hijos de la clase obrera. Se desarrolló como dirigente comunista en nuestro Partido y con su trabajo contribuyó mucho a proyectarlo a la vanguardia de nuestras luchas. Es un ejemplo de firme conductor, organizador y dirigente político revolucionario proletario. Incansable luchador con ambición de poder para su clase, por la hegemonía del proletariado, un revolucionario marxista-leninista-maoísta. Para nosotros que vivimos y caminamos junto a él, Pablo es el principal colaborador de nuestro entrañable Antonio [César Gody Alvarez, secretario del PCR de Córdoba, también detenido desaparecido].
Los primeros meses de 1969 hay agitación estudiantil y luchas obreras. En medio de las luchas de los obreros mecánicos conocí a Pablo, como representante de la agrupación 1º de Mayo.
Pocas palabras, muy observador y atento a todo lo que nosotros contábamos. Me pareció más que un dirigente, un tímido obrero sin suficientes conocimientos, aún inferior a mí en estas cuestiones. Luego de escuchar por el término de varias horas, habló cinco minutos haciendo una síntesis de lo que habíamos contado, terminando con una expresión: “está linda la cosa compañeros; vamos a hacer un volante”…
Recién me enteré que Pablo se llama René Salamanca cuando se empezó a formar el Movimiento de Recuperación Sindical (MRS). Antes fue simplemente Pablo, tan sencillo como penetrante, tan humilde como ambicioso por los objetivos de su clase y de la revolución.
Muy caminador e inquieto, me pedía que confeccionase una lista de compañeros para ir a ver juntos… En una de esas caminatas hacia la casa de un compañero de trabajo me dijo: “esto que te voy a contar es un secreto para nuestros enemigos de clase contra los que luchamos; mirá yo soy comunista, de los verdaderos, no de esos falsos como los del P“C”; yo y otros camaradas míos somos bolches, como los bolcheviques de Lenin. Por ahora te digo esto, a medida que caminemos más por esta lucha y esta causa conocerás más lo nuestro, es el único camino para la clase obrera”…

Pablo, un dirigente
Recordar a Pablo para mí significa principalmente dos cuestiones: 1) acampar entre las flores como una flor más, conocer la fertilidad del terreno caminándolo y haciéndonos caminar junto a él, avanzando juntos para conocer y aprender; 2) sobre terreno conocido, orientar a lo más avanzado, ponerse a la cabeza de las luchas de las masas y en base a ese conocimiento orientar y disputar. Siempre una cosa ligada a la otra, no separadas. Creo que la justeza de nuestra línea y ese método coronó todo lo que conocemos de Pablo…
Durante la tercera conferencia de la zona hacia el segundo Congreso, Pablo planteó: “vamos a tomar como centro del trabajo del Partido de la zona dirigir al proletariado mecánico y yo voy a ser el secretario general del Smata. Con la lucha que hemos llevado adelante en el gremio hemos avanzado mucho. Vamos a seguir luchando y fortaleciéndonos y vamos a derrotar al traidor Elpidio Torres. Los revolucionarios, nosotros los comunistas, en el camino de la insurrección y la toma del poder político por el proletariado, no debemos dejar en manos de estos traidores las organizaciones sindicales. Debemos dedicar todos nuestros esfuerzos y nuestras vidas para recuperarlos y ponerlos al servicio de nuestra clase”.

Una vida dedicada al proletariado
Llevó a la práctica sus palabras. Su vida la dedicó al proletariado y fue capaz de aplicar con acierto la línea revolucionaria de masas del Partido y aportar a ella en las resoluciones de nuestro segundo y tercer congreso, que definieron como principal camino de acumulación de fuerzas revolucionarias los grandes centros de concentración y la importancia decisiva de los delegados de sección y de los cuerpos de delegados para esa acumulación.
Esto nos ayudó a comprender con mayor claridad la aplicación práctica de nuestra línea en las masas, el verdadero papel de los cuerpos de delegados en la disputa política por la dirección del proletariado, y en la recuperación para esto de los sindicatos.
Pablo mantuvo una relación dialéctica con las masas obreras e hizo que esta relación se transmitiese al resto del Partido. En esencia era la disputa de las masas con las armas de la línea y del marxismo-leninismo. El luchó para conocer a las masas y para que éstas conociesen nuestra línea y a nuestro Partido. Desde su perspectiva revolucionaria supo abrir un camino para fundirse con las masas, largamente explotadas, manoseadas y traicionadas y les mostró el camino para convertirse en protagonistas activas y avanzar.
Como estudioso marxista-leninista, investigó y comprobó la fuerza de su clase y su potencialidad revolucionaria. Pablo trazó desde nuestra línea una política para organizar a las masas en la producción, poniendo el centro en las grandes empresas de concentración.
El Partido tomó el Smata como el sindicato clave a recuperar por el protagonismo de la masa mecánica y su peso en la escena política provincial, demostrando sobre todo desde el ’68 en adelante, en especial a partir del Cordobazo. De este poderoso bastión del proletariado cordobés, con un Perdriel que había dado perfil y desarrollo a nuestra línea, tomamos con Pablo a la cabeza recuperar el Smata, con centro en Santa Isabel.
Desde su ingreso en esta planta de Renault, Pablo entró a conocer la empresa sección por sección. Desde esta visión tiñó todas las discusiones de nuestro comité regional sobre la importancia de conocer cada sección, sobre el papel decisivo del delegado de sección para un poderoso cuerpo de delegados de una gran empresa. Con esta línea de trabajo, Pablo se concentró en su sección con el objetivo de llegar a ser el delegado de la misma.
A través de un proceso de investigación profunda de cada uno de los aproximadamente 200 compañeros de la sección, de manera minuciosa, durante todo el período que se necesita para adquirir la antigüedad para ser delegado, Pablo tenía anotado lo principal de cada conversación con cada compañero. Era un trabajo perseverante y en profundidad. [Su elección como delegado de sección] fue el comienzo de una nueva etapa en la acumulación del Partido y de esas masas. 
Enfrentando todos los obstáculos y sobrellevando las distintas situaciones, caminador y pensador, siempre en la disputa política de la dirección de las masas, Pablo fue pasando de delegado de sección al cuerpo de delegados, de una sección a otra y de éstas a toda la fábrica, de una fábrica a otra y de éstas a la lucha por recuperar el Smata para los obreros.

Acumular fuerzas revolucionarias
El camino de acumulación de fuerzas revolucionarias en la clase obrera y ganar los sindicatos en ese camino, eran los temas alrededor de los cuales giraba el debate en el Partido en esos momentos…
Como plantearon Otto Vargas, Antonio y Pablo, el problema era con qué línea y para qué clase se debía luchar para ganar los sindicatos.
Desde estas posiciones, en nuestro regional ellos encabezaron el combate contra las ideas erróneas y contra las tendencias foquistas que presionaban sobre el Partido, señalando que un Perdriel vale más que cien secuestros.
Así se lanzó el Partido, con René Salamanca al frente, a la construcción del frente único en la clase obrera para recuperar los sindicatos. En esta experiencia es donde Pablo evidenció su visión y decisión como dirigente clasista revolucionario. Recorrió sección por sección: dentro de la fábrica y caminando casa por casa de los delegados y activistas del Smata. Nos metió a todos los militantes obreros del Partido, con iniciativas concretas para cada uno, en la formación del frente único, el MRS. Este fue un ejemplo de frente único en la clase, basado en los delegados de sección; quienes, a su vez, expresaban distintas corrientes políticas.
La claridad política y la convicción clasista de Pablo fue fundamental para rodear a ese movimiento de una masa de obreros. Así fue posible que nuestra línea fuera hegemonizando este frente único, dando lugar a la Lista Marrón que derrotó al torrismo y recuperó el Smata para los obreros mecánicos.
¿Por qué fue posible? Por la línea aplicada y los métodos empleados para acumular fuerzas. La línea de masas basada en el conocimiento y la investigación para fundirse con ellas. Trabajo duro y vida sencilla: estilo ejemplar que tiró por tierra a la línea y los métodos de los jerarcas sindicales y del P“C”, cuando desde la secretaría general del Smata Salamanca impuso el método de volver periódicamente a la fuente, o sea volver a la fábrica a trabajar en la sección, sentir lo que los compañeros sienten todos los días: la explotación.
Este es un método de educación proletaria para los dirigentes y es un ejemplo único en el país que trazó un nuevo camino para un nuevo tipo de dirigentes…