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02 de noviembre de 2016

Represión a sioux en Dakota del Norte

Estados Unidos

El jueves 27 de octubre por la tarde, policías armados con equipos militares atacaron un campamento de nativos norteamericanos que acampaban en protección del agua y del cementerio de la tribu sioux, en la ruta del oleoducto Dakota Access. Al menos 141 fueron las personas detenidas durante la represión.

El jueves 27 de octubre por la tarde, policías armados con equipos militares atacaron un campamento de nativos norteamericanos que acampaban en protección del agua y del cementerio de la tribu sioux, en la ruta del oleoducto Dakota Access. Al menos 141 fueron las personas detenidas durante la represión.
Tal como se viralizó en las redes sociales, la escandalosa represión contó con más de un centenar de oficiales con equipos antidisturbios y rifles automáticos que se ubicaron a lo largo de la autopista 1806 de Dakota del Norte, quienes arribaron con vehículos blindados para transporte de tropas, un cañón de sonido, vehículos militares, un camión policial blindado y una topadora.
Varios proteccionistas denunciaron a través de las redes sociales que la policía reprimió con gas lacrimógeno, gas pimienta, pistolas Taser y granadas de contusión. Tara Houska, integrante de la comunidad sioux denunció “La policía protege y sirve a un oleoducto, protege y sirve a las ganancias de los combustibles fósiles por encima de los seres humanos. Están reprimiendo a la gente, están poniendo pistolas Taser en su cara”.
Los ambientalistas denunciaron que la empresa responsable del oleoducto Dakota Access nunca consultó a la comunidad por donde pasaría el proyecto del oleoducto (que cuesta 3.800 millones de dólares). Durante varios días estuvieron acampando, y contaron con una amplia solidaridad de artistas e intelectuales solidarios con la causa. Previo a la represión hubo corte de ruta con quema de neumáticos, unas cuantas personas se encadenaron a un camión estacionado en el medio de la autopista para evitar el avance policial. Pero según denuncian la policía, ubicada en el cementerio de la tribu, se recostaba con topadoras de la empresa Dakota Access.
Esta vergonzosa represión a los pueblos originarios se da en el medio de la disputa en la campaña electoral entre Hillary Cinton y Donald Trump. Como denuncian los propios ambientalistas, ambos candidatos se han llamado a silencio para frenar el avance del oleoducto. Lo mismo ha hecho el propio Obama, que durante su campaña se había hecho eco de los reclamos de las comunidades originarias.