El viernes 29 de noviembre el Tribunal Oral Federal (TOF) de Tucumán dio lectura a la sentencia en el juicio por la desaparición de Alberto Ledo, ocurrida en junio de 1976.
El tribunal -integrado por Gabriel Casas (presidente), Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal (subrogante)- absolvió a César Milani de los cargos de encubrimiento y falsificación ideológica de instrumento público.
Mientras, Esteban Sanguinetti fue condenado a catorce años de prisión por considerarlo partícipe secundario de los delitos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad, condena que cumplirá en prisión domiciliaria. La querella particularde la familia había pedido seis años de prisión para Milani y prisión perpetua para Sanguinetti, reclamando en ambos casos que el cumplimiento sea efectivo y en cárcel común.
En su defensa, Milani dijo que jamás conoció a Alberto Ledo, que nunca pisó un centro clandestino de detención, lo que no resulta creíble con la dictadura militar en pleno desarrollo de una campaña de exterminio, siendo él suboficial a las órdenes de Sanguinetti y que frecuentó a Bussi -expresado por el propio hijo de dicho genocida-. Dijo ser un militar nacional y popular, víctima de una conspiración política y mediática para facilitar la llegada de Macri a la Presidencia y desprestigiar al kirchnerismo, siendo los denunciantes de DDHH funcionales a esta estrategia de la derecha argentina.
Milani no es un militar nacional y popular
Si Milani fuera un militar “nacional y popular”, tendría que haber roto el pacto de silencio de la dictadura, y decir públicamente todo lo que sabe y oculta sobre las detenciones en La Rioja y el secuestro y desaparición de Alberto Ledo en Monteros, Tucumán. Cuando fue jefe del ejército nunca abrió los archivos para conocer los responsables del genocidio dictatorial ni el destino de los 30.000 compañeros que nos faltan.
El periodista Carim Lanzillotto (FM América Noticias) expresó: “Los que hicimos la conscripción, yo me cuento entre ellos, Regimiento de Infantería 16 de Uspallata, 1977-1978, en plena dictadura, sabemos perfectamente que los oficiales y suboficiales de cada unidad, sabían y participaban en todo lo que estaba pasando, desde un subteniente simple hasta el coronel jefe de la unidad. Participaban directamente en los operativos y conocían los operativos. Cuando secuestraron a Ledo en el campamento en Tucumán, Sanguinetti y Milani conocieron todo. La figura de homicidio para Sanguinetti es perfectamente válida, porque él era el jefe de la compañía, y la figura de encubrimiento para Milani también, porque ocultó y oculta el hecho. Jamás debió ser absuelto”.
Desde Liberpueblo repudiamos con indignación el fallo absolutorio del genocida Milani por parte del Tribunal de Tucumán.
Expresamos toda nuestra solidaridad con la heroica y prolongada lucha de Marcela, madre de Plaza de Mayo, y de Graciela Ledo, hermana del compañero y reafirmamos nuestro compromiso en continuar la lucha contra la impunidad de los genocidas.
Alberto “Agapito” Ledo, ¡Presente! ¡Ahora y siempre!
Hoy N° 1794 04/12/2019
