Hace un año y medio, cuando sucedieron los hechos, los trabajadores de este centro de investigación (INTI) nos encontrábamos en medio de un intenso conflicto reclamando por el convenio colectivo y por aumento de salarios. Esa lucha se había extendido por meses sin que las autoridades de INTI ni el gobierno nos escucharan, por eso en asamblea votamos casi por unanimidad "sacar el conflicto a la calle", con la intención de que las autoridades nos prestaran atención y atendieran nuestros pedidos. Como puede verse en las fotos en realidad quienes cortaron totalmente la colectora fueron los propios policías. Con la medida queríamos explicar a la sociedad (como argumentaron muchos compañeros en la asamblea) lo que estábamos pidiendo los trabajadores de un Instituto que, según dijo hace poco en su visita la presidenta Kirchner "Es el ejemplo de lo que aspiro para Argentina", pero cuyos trabajadores cobraban sueldos de pobreza. No queríamos molestar ni perjudicar a los automovilistas que transitaban por la General Paz y por eso ocupamos un solo carril. Claro que para llegar a la calzada de la General Paz primero debimos caminar sobre la colectora, que en ese tramo casi no tiene vereda.
Un hombre que se presentó como periodista de un medio barrial comenzó a tomarnos fotos, y como nosotros sospechamos de la veracidad de sus dichos le pedimos que se identificara. El hombre, lejos de hacerlo se nos escurrió y se amparó entre los patrulleros, ahí pudimos ver que llevaba una 45 en la cintura. Era un policía de civil cuyas fotos son las que supuestamente figuran en la causa. Esos son los hechos por los cuales la justicia de Macri nos trata como delincuentes.
Nos juzgan por reclamar un salario digno, es decir, por una vida digna. En cambio, a los banqueros que robaron a los pequeños ahorristas, a los empresarios que no devolvieron préstamos e hicieron que todos los ciudadanos nos hiciéramos cargo de sus deudas, a los que torturaron y desaparecieron en beneficio de los grandes grupos económicos, a los que quieren sumir al pueblo trabajador en una profunda miseria para hacerle pagar una crisis que ellos mismos crearon; esos delincuentes no son juzgados, sino nombrados asesores, secretarios, ministros, presidentes de Institutos, etc.
Como clase no debemos permitir que sigan criminalizando la protesta y el reclamo social, sino irán por muchos otros que "se atrevan" a reclamar por sus derechos.
Invitamos todos los compañeros, sindicatos, partidos políticos, luchadores y organizaciones sociales, de derechos humanos, etc. a apoyar a los delegados de INTI y expresar el repudio a este nuevo intento de castigar un legítimo reclamo de los trabajadores.