El intendente Carlos Arroyo convocó a todos los sectores involucrados en la industria de la pesca y la actividad portuaria para discutir públicamente la realidad del sector y buscar salidas a la angustiosa situación económica y social. Las cámaras empresariales decidieron no participar. El motivo de fondo es que prefieren no exponerse y tener que blanquear su actitud de descargar hacia los trabajadores las consecuencias de la crisis. Todos los días hay despidos y se esperan más para el mes de abril.
Los gremios participantes expusieron la situación y reclamaron medias urgentes. Jorge De Filippis, representante del SAON Seccional Mar Del Plata, fue a fondo en la denuncia de la política de resolver con devaluación los problemas de la pesca. “La solución requiere otras medias fundamentalmente un Estado que defienda al trabajo y la producción. El año pasado los empresarios pedían un dólar a $10, hoy está a $15 y siguen sin movilizar la flota, hasta cuándo hay que soportar esta situación” agregó también la necesidad de renovar la flota pesquera. En esta dirección el dirigente de los navales afirmó que esto se logra “con la prohibición de la navegación de los barcos de más de 30 años y con una política de financiamiento real a la industria naval”. Esta medida viene siendo bandera desde el año pasado de los trabajadores navales y recogió el apoyo de la CGT y varios sectores políticos de la ciudad.
Hay sectores que están tratando de volver a la pesca olímpica destrozando el caladero argentino. Estos piden la declaración de crisis pesquera con este objetivo. En este juego entran empresarios, funcionarios y algunos sindicalistas. Hay que declarar la crisis pesquera para impedir los despidos, para redistribuir la cuota en beneficio de las empresas de capital nacional que traen el pescado para su elaboración en tierra y para expropiar, si es necesario, las empresas que no estén dispuestas a poner sus barcos y empresas en producción. Salir del modelo pesquero heredado de los gobiernos anteriores y que hoy sostiene el macrismo, modelo que nos ata de pies y manos a los precios internacionales y a la voluntad de 10 empresas, en su mayoría extranjeras, debe ser el programa que agrupe al conjunto del pueblo marplatense.
El intendente abrió la sesión planteando “Tenemos que ser un bloque que diga acá estamos nosotros, queremos una solución a este problema, no queremos más postergaciones. No queremos más palabras, queremos hechos”. ¿Cuál es el problema intendente? ¿Cuáles los hechos? Estas palabras llenas de silencios no esconden desconocimiento, como muchos denuncian, sino falta de definición y poca voluntad por poner sobre la mesa el problema de fondo del puerto y la pesca: la concentración y extranjerización que se profundizan debilitando la industria y precarizando a los trabajadores.
