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02 de octubre de 2010

En las elecciones del 28 de junio, derrotar la política kirchnerista que descarga la crisis sobre el pueblo. Castigue con el voto en blanco, nulo o no vote, para avanzar en la unidad multisectorial para la lucha luego del 29

Rompa la trampa electoral

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1. Elecciones: la recta final
La carrera electoral ingresó en la recta final, sin que se debata el gran tema: el país está en crisis: ¿quién la paga?
Se inventan ilusiones en una crisis corta, cuando lo único que han hecho las potencias imperialistas es transferir las deudas financieras privadas a sus Estados. Ahora esos Estados tienen que hacerle pagar esas deudas a sus trabajadores, y descargarla sobre las naciones que oprimen, como la Argentina.
En nuestro país, cae la construcción, la producción automotriz, petrolera, de electricidad y de gas, viene la peor cosecha de trigo en 100 años. En el primer trimestre de este año se perdieron 367.000 empleos en blanco según la AFIP (el Indec lo niega). Mientras mienten que en el 2010 vamos a salir, los monopolios y el Estado preparan planes de ajuste para cinco o más años.
La crisis ya quebró a monopolios y bancos gigantescos como GM y el Citibank, que debieron ser estatizados: ninguno de los grupos económicos que integran el bloque dominante en la Argentina está a salvo. Necesitan que el Estado tome medidas que los favorezcan (como hicieron Bush y Obama en Estados Unidos). Esto divide al bloque dominante. Los imperialistas presionan para más pago de la deuda; los monopolios exportadores quieren una devaluación; los bancos quieren que el gobierno les inyecte fondos; los monopolios de cada rama presionan para que el Estado estimule el consumo de sus productos.
Monopolios, bancos, grandes terratenientes y pooles, presionan para acelerar las medidas de ajuste. Pero a la hora de definir esas medidas, están profundamente divididos: unos son beneficiados por la política kirchnerista, y otros los relegados por esa política. Acuerdan en definir sus disputas en las elecciones, para lo que deben sacar a los trabajadores y el pueblo de las calles e impedir los estallidos de bronca.
Pero lo que está en la calle se coló en las elecciones: “los votos de los indecisos son opositores”, “en muchos casos son personas jóvenes”, que van por “el voto duro (…) en blanco, anular o quedarse en su casa”, (La Nación, 15/6). El voto bronca, como en octubre de 2001, muestra que no hay dos corredores principales en la carrera electoral, sino tres: uno gobierna, otro se ofrece como relevo, y terciando están las fuerzas que trabajan para un mazazo de votos bronca que cree condiciones para que paguen la crisis los que se llenaron los bolsillos en los años de bonanza.

2. “Nosotros hacemos”
Los K son gobierno. Ellos podían suspender el pago de la deuda que la Justicia declaró ilícita: no lo hicieron. Pudieron recuperar la renta petrolera y minera: no lo hicieron. Engordaron a los bancos y subsidiaron a los monopolios con los fondos de los jubilados. Cajonearon las estafas de las cerealeras y garantizaron ganancias fabulosas a los grandes pooles y grandes terratenientes. Es lo que hicieron, hacen y van a seguir haciendo, porque se disfrazan de “nacionales y populares” para hacer su política llenando los bolsillos del capitalismo de amigos.
Es falso el chantaje K de que si se van ellos se acaban los planes sociales. Los conquistaron los desocupados con la lucha. Los fondos para acabar con la miseria popular los usó el gobierno para pagar la deuda y beneficiar a sus amigos.
Es falso que el kirchnerismo sea un freno contra la derecha. Su política es de derecha. Además, se ha desgastado aplicando esa política, estrechando su futuro a una lucha con las otras camarillas de la derecha. Nunca “enamoró”, ahora menos. No hay salida popular frente a la crisis con el kirchnerismo, ni con el poskirchnerismo.

3. Las otras derechas del sistema
La derecha copó el andarivel opositor. Hay figuras progresistas en la oposición, con ilusiones en un camino parlamentario. Pero el aparato publicitario del sistema y las maniobras del kirchnerismo han instalado como centro de la lucha electoral la polaridad entre Kirchner, por un lado, y por el otro el acuerdo de De Narváez, Macri y Solá. Más aún si se confirmara que la cabeza de lista del ACyS en la Capital Federal, Prat Gay, podría llegar a ser ministro de Economía si ganara Macri en el 2011. Estas otras derechas no explican de dónde van a sacar la plata para lo poco de prometen, ya que plantean, igual que Kirchner, pagar la deuda ilegítima y hacer un “ajuste” después de las elecciones, y tienen planes para arreglar con el FMI.
Todos dicen que fue “un error de Kirchner” polarizar con De Narváez. Puede ser, pero conviene tener en cuenta que De Narváez no puede ser candidato presidencial (es colombiano), y hace campaña con Macri facilitándole el juego para el 2011. Kirchner –que sostiene como eje de su política internacional “la alianza estratégica con China”–, siempre buscó polarizar las elecciones con Macri. Y Franco Macri, padre de intendente porteño, es el consultor senior (de primer rango) para las inversiones chinas en América Latina, y está asociado con una de las mayores importadoras de granos de ese país en el tren Belgrano Cargas (que les entregó Kirchner, con Moyano y Pedraza como socios minoritarios).
El holding Clarín y Techint (con fuerte influencia en la Unión Industrial Argentina), la Asociación de Empresarios Argentinos, La Sociedad Rural, los grandes ganaderos y tamberos de CRA y Carbap, entre otros sectores, sostienen a las candidaturas de las derechas opositoras a los K. Mariano Grondona, propagandista de estos grupos, plantea un acuerdo para apretar al gobierno desde el Congreso renovado. Ese acuerdo ya lo están negociando en Estados Unidos dirigentes de la UIA, Techint, Arcor y otros grupos, y en otras capitales imperialistas. También hay propuestas de adelantar el recambio de legisladores; y Clarín ha comenzado a hablar de anticipar las elecciones presidenciales a marzo del 2011.

4. El fraude
Según las encuestas, el kirchnerismo perdería la Capital Federal, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y otras provincias, y la mayoría en Diputados. También dicen que Néstor Kirchner podría ganar con el 35% de los votos en Buenos Aires. Pero todas las encuestas reconocen más de un 20% de “indecisos” y más de un 6% de votos en blanco (no cuentan los nulos). Por lo que ese 35% K no es sobre el total de votantes sino sobre los que han decidido el voto a partidos, por lo que Néstor K solo tendría el 25% de los votos válidos. No miden el corte de boletas en el segundo cordón del Gran Buenos Aires donde hay intendentes que tienen fichas en varias boletas. Ya vimos que entre los “indecisos” incluyen al voto duro: “dos de cada tres argentinos aún no saben a quiénes van a votar, (pero) ya saben que no votarán por Kirchner”, (Grondona, en La Nación, 15/6).
Se prepara un fraude escandaloso. Las computadoras arrancarían con un 5% de votos K, a lo que luego se sumará el robo de votos de mesas sin fiscales. Hay “filtros” para el ingreso de datos, que dejarán entrar las mesas ganadas por el kirchnerismo, relegando para la madrugada el cómputo de las que perdieron. Así, los K quieren anunciar sus resultados truchos, instalando una imagen ganadora, que va a disputar con la de los “boca de urna” de los medios que juegan con sus rivales, y los dos van a tapar el voto broca.

5. Todos se preparan para el 29
Todos juegan para el 28 con la vista clavada en el 29. Los de arriba y los de abajo.
El kirchnerismo traza planes para aprovechar al máximo el tiempo hasta diciembre con un Congreso “adicto”: negociar la deuda, tarifazos, y ajuste (La Nación 14/6). Las derechas rivales presionarán para adelantar los cambios y negociar el “pacto de gobernabilidad” que garantice una “transición controlada”. El temor del gobierno y de sus rivales es que un mazazo de votos bronca muestre al pueblo como ganador, como en octubre del 2001, dando un gran impulso al estallido de la bronca y a su unidad en las multisectoriales.
El gobierno puso “parches” para llegar al 28 y se ilusiona con que los fondos de los jubilados duren unos meses más. Pero no le va a ser fácil.
Los petroleros apretaron a los jerarcas del sindicato y arrancan el 29. Se agravará la situación en las automotrices, el acero, las metalúrgicas; también la de los estatales, algunos de los cuales ya están en fuertes luchas como los de Buenos Aires y La Pampa, etc. Siguen las protestas de los desocupados y la de los jubilados. Las epidemias han sacado a luz la situación terminal del sistema de salud estatal. Otro tanto ocurre en la educación.
El 18 se realiza la jornada nacional convocada por la Federación Nacional Campesina. Hay protestas y escraches de los chacareros y los pueblos de las provincias, mientras Biolcati y Apaolaza hacen campaña electoral enterrando los reclamos de los productores. Salen los tamberos. Hay apagones en la provincia de Bs As por rebajas impositivas y protección al mercado interno.

6. Una nueva Junta de Mayo
Se vienen grandes tormentas económicas, sociales y políticas. En todo el país brotan multisectoriales en las que se van uniendo trabajadores, campesinos pobres y originarios, chacareros, estudiantes, la industria y el comercio nacionales, ambientalistas, agrupaciones de derechos humanos, fuerzas patrióticas, etc.
El Argentinazo sacudió los cimientos del sistema, y sus brasas siguen encendidas. La rebelión agraria removió aguas profundas, que siguen revueltas. Las luchas contra la crisis han colocado a los trabajadores en el centro de la política nacional, y las multisectoriales que están brotando en todo el país abren la posibilidad, de ser los nuevos Cabildos Abiertos de una segunda independencia.
Los enemigos del pueblo lo saben. Por eso trabajaron y trabajan para destruir la unidad que se comenzó a esbozar en el Primer Encuentro Nacional de Multisectoriales realizado en la Matanza, y que debe fortalecer en el Segundo Encuentro, el 20. Son fuerzas muy amplias y heterogéneas, en las que una amplia mayoría tiene una firme voluntad de reconocerse, debatir con franqueza y de manera unitaria los puntos de un programa popular, patriótico, democrático y federal, con iniciativas concretas para la lucha y para actuar de manera solidaria frente a la crisis y las tormentas políticas que se avecinan.
Con la clase obrera reorganizando o recuperando sus cuerpos de delegados para la lucha, con un mazazo de votos bronca, y apuntalando la unidad en las multisectoriales, hay una esperanza y un futuro.