Los salarios volvieron a perder un 2% frente a la inflación el mes pasado. Pero lo más grave es que volvió a aumentar la indigencia. Hoy estamos con más de 4 millones de indigentes en el país y la pobreza que bajó algunos décimos al 36,5 % de la población, y lo más doloroso es que el 51% de los niños en Argentina son pobres!
Estas cifras son generales, y no tienen la misma intensidad en las distintas capas y relaciones laborales. La novedad es que aún dentro de los trabajadores en relación de dependencia y en blanco la línea de pobreza llega a un 15%; en los trabajadores en negro la pobreza llega al 45% y en los cuentapropistas al 41%. La participación del salario en el valor agregado bruto cayó del 51% en el 2016 al 42,7% en el 2021. A esta altura del 2022 estamos en el 40%, aunque la cifra no está precisada, pero todos los indicadores van para ahí.
Este es el punto, mientras bajó la participación salarial en estos 5, 6 años, aumentó la tasa de ganancia de las empresas. Esto es lo que explica la conflictividad salarial que está planteada estos días.
¿Por qué hay que tomar partido decidido a favor de la suba salarial y de los reclamos obreros? Porque ahí se está jugando el destino de la Nación y su subordinación al FMI.
Fijate que los presupuestos se mandan con una inflación subestimándola. ¿Cuál es la trampa de esto? Se busca poner un ancla salarial al tema de la inflación y es un grave error, no es por ahí. El tema de la inflación es la especulación financiera y de lo que se paga de usura a los bancos y a los bonistas extranjeros. El ancla salarial achica el mercado interno y la producción.
Está claro que no se puede hacer un cálculo métrico de cuál va a ser la inflación del 2023, pero si el Estado está pagando tasas del 100% y ha refinanciado bonos a más de un año, es elemental que la inflación no va a ser del 60% como se hacen los cálculos en el presupuesto mandado por el ministro. El propio Banco Central en los datos que promedia de los jugadores en el mercado, prevé que este año termina en el 95% y para para el 2023 el 84%.
Entonces ¿por qué presupuestan un 60%? Porque esa es la forma de efectuar el ajuste y a su vez que la inflación se modere por baja salarial, esto es el ancla salarial, que se pacten convenios a la baja como sucedió en los últimos dos años. Guzmán en el 2021 preveía una inflación del 29%, así los convenios de fin del 2020 se hicieron al 35%, todos decían que estaban arriba de lo que preveía el propio gobierno, pero hubo que reconsiderar las paritarias, en marzo y a mitad del año se subieron a un 45% en promedio. ¿Cuál fue la inflación? 51%, pérdida salarial.
¿Qué pasó a principios del 2022? Guzmán manda una previsión de inflación del 33%, los convenios se firmaron al 45%, sobre todo los empleado públicos quedaron muy clavados. Se reabrieron paritarias, fueron al 60, 70%. ¿A cuánto va a cerrar la inflación este año? Al 95%.
Esta baja en la participación salarial llega a un 10% del PBI anual, nuestro PBI son 500.000 millones de dólares, en un año de producción se está transfiriendo 50.000 millones de dólares a la ganancia empresaria y al Estado que tendrían que estar en el consumo y en las condiciones de vida de los asalariados. Pero esto no es general, no es la ganancia de todas las empresas, hay una superganancia de 200 o 300 grupos que concentran la producción, como se vio ahora en el neumático donde son tres terminales, una nacional y dos multinacionales, que se llevan la parte más jugosa de la ganancia.
Por lo tanto, el triunfo de los obreros en esta lucha del neumático es para festejar y preanuncia que no se aceptará este ancla salarial. En el destino de estas luchas está el destino del conjunto del país, porque si no se rompe esta dinámica de concentración de la economía se termina en la especulación y con los dólares afuera del país. La caída del consumo en primer lugar lleva a la quiebra a las pymes y lleva a la concentración y extranjerización. Por lo tanto, la recuperación de los obreros de su parte salarial, es condición para el desarrollo. No es la única condición, hace falta recuperar producción nacional y recuperar soberanía en todos los terrenos.
De Renzis: Escuchá esta información, en España reducen impuestos a los salarios bajos y crean el impuesto a las grandes fortunas. La rebaja fiscal beneficiará a quienes perciben un salario menor de 21.000 euros al año y que representa a uno de cada dos contribuyentes. El gobierno de España anunció una rebaja de impuestos sobre la renta para la clase media y los salarios bajos, con el fin de compensar los efectos de la inflación y confirmó, además, la creación de un tributo temporal, excepcional y solidario para los contribuyentes más ricos.
Aquí te ponen impuesto al trabajo, pero además de sacar el impuesto a la riqueza que trajo un montón de escándalo, resulta que en todo el mundo, EEUU también, están aplicando a las grandes fortunas mayores impuestos porque supuestamente están en condiciones de pagar. Parece que eso no se termina de entender nunca aquí.
Arnoldo Gómez: A principio de año se hablaba de la ganancia extraordinaria producto de la guerra, ¿dónde quedó eso en este presupuesto? En el olvido. La nuestra es una estructura presupuestaria que recauda en base a los pobres, en base al IVA y si algún salario llega a sobrepasar la línea de pobreza le cae el impuesto a la ganancia al pobre salario.
De Renzis: Hay gente que no quiere que le aumenten el sueldo porque si le aumentan paga más impuesto de ganancia y termina cobrando menos de bolsillo.
Arnoldo Gómez: Yo hago este cálculo de 50.000 millones de dólares que se transfieren del conjunto del pueblo trabajador a las grandes fortunas por año, para compensar esto tendría que haber un aumento masivo del salario, incluido el bono que se piensa para los más desposeídos.
De Renzis: Eso va a ocurrir aparentemente, pero están esperando que Massa diga cuál es el porcentaje del aumento.
Arnoldo Gómez: Ese es el mecanismo del ajuste, primero va la inflación, en el mes pasado la masa de asalariados perdió el 2% frente a la inflación, esa plata se embolsó… es mucha plata, el bono va a ser un vuelto de eso, necesario como agua en el desierto… pero seguimos en el desierto.
El Estado emitió centenares de millones para el dólar soja, eso lo embolsó un grupo reducido, que compró dólares financieros haciéndolos subir, lo pagamos todos con la inflación, y con lo que recaudan de retenciones, con el vuelto de lo que el Estado emitió, instrumentan el bono.
(El Estado pagaba 140 por dólar y cobraba algo más de $40 de retenciones, ahora pagó 200 y de retenciones cobró algo más de 60, con este vuelto van a instrumentar el bono. Pero los exportadores pasaron de cobrar $96 por dólar a 140, con este plus compraron dólares financieros haciéndolos subir y es plata que va a la inflación).
