El compañero Roque Romero trazó un encendido recuerdo de las luchas de “aquella Córdoba rebelde”, como parte de las luchas del movimiento obrero argentino. “Hemos protagonizado luchas como el Cordobazo, y tuvimos dirigentes que son orgullo, como César Gody Álvarez y René Salamanca, cuyas enseñanzas siguen hasta hoy. Nosotros no somos como otros, que escribieron y luego tuvieron que incendiar esos periódicos, como todos los que apoyaron a esa dictadura sangrienta y genocida”. Fustigó a los “gusanos perversos” de la dictadura videlista “¿quiénes son para enseñarnos a los trabajadores lo que hay que hacer?”.
“El Smata de Córdoba sigue siendo un ejemplo, no porque lo digamos nosotros, sino porque es un hecho que esa línea clasista que ha llevado a triunfos por etapas a la clase obrera”, dijo Roque, y ejemplificó esa línea contando que “cuando ganamos el Smata, lo primero que hicimos no fue sentarnos en el sillón, sino decidir que la mitad de la comisión directiva asumía en el gremio y la otra mitad volvía a sus lugares de trabajo. Mantuvimos el mismo sueldo. Esas medidas no fueron por demagogia, y el cerebro de esto fue René Salamanca, porque él sabía muy bien que habíamos ganado el gremio, pero teníamos que ganar el corazón de esa masa”. Relató luego cómo con el Cuerpo de Delegados libraron una gran lucha reivindicativa, “con una línea clasista y combativa, apoyándonos en las masas”, y reivindicó Romero “el profundo espíritu revolucionario de César Gody Álvarez”.
Romero graficó el clasismo de esos años, contando anécdotas de la lucha en Santa Isabel, Perdriel, Transax y otras fábricas, contra el burócrata traidor Elpidio Torres, descubriendo cuándo lanzaba una lucha para después traicionar, superando las trampas para impedir la elección de delegados, como cuando ante un traslado de la empresa de posibles delegados, se resolvió la toma de Perdriel. “Así le dimos respuesta a ese tipo de maniobras”.
“Hoy, siguen los burócratas, siguen los patrones, sigue la superexplotación. El desafío es cada vez más grande, principalmente mirando a los jóvenes, que están en las fábricas… A nosotros se nos pasaron unos cuantos pirulos, pero la historia sigue ahí. Con mucho orgullo podemos decir que del primer manifiesto que escribimos hace 40 años, aprobado por este partido, hoy lo podemos leer. No escondemos nada. Lo que dijimos ayer lo seguimos diciendo, y lo seguiremos diciendo”, dijo Romero.
Finalmente, el compañero Romero afirmó que lo principal que ha quedado del Smata fue la lucha antigolpista. “A nosotros nos golpearon inmediatamente de muerto Perón. En agosto nos estaban interviniendo el local del Smata… Salamanca en todo el año 75 se comunicaba por medio de volantes y tres cartas que escribió, a los compañeros de fábrica. El centro de esas cartas era levantar la lucha contra el golpismo, sea proyanqui o proruso. Cumplieron los obreros de Santa Isabel, porque el mismo día del golpe Santa Isabel hizo abandono.”
“Les agradezco su presencia, porque éste ha sido un buen día, un glorioso día pleno de satisfacciones para todos nosotros”, finalizó.
