Por el centro de la ciudad se movilizó la CCC junto a Pueblos Originarios en Lucha, Comedores Independientes, Movimiento Trabajo y Dignidad y la agrupación estudiantil ALDE. Una gran columna con más de mil personas de 30 barrios partió desde Plaza San Martín hasta la delegación local del Ministerio de Trabajo de Nación, para exigir un plan de viviendas populares y para mostrarle a la presidenta que la pobreza es la causa de los desastres en cada temporal.
La mañana se había presentado muy calurosa. A minutos de iniciarse la marcha, el cielo se cubrió y comenzaron a avanzar enormes nubarrones que anunciaban lo peor: otra tormenta fuerte y la amenaza de granizo. Era inevitable mirar hacia el cielo y no eran pocos los comentarios de lo que podría pasar. Los chicos, con miedo, se agarraban fuerte de la mano de sus madres. Algunas mujeres mayores decían “se viene fea”, “otra vez, no”. Otros se reían e intentaban minimizar el pánico: “nos vamos a refrescar”, en alusión a los 42 grados de sensación térmica sufridos el día anterior. A poco de culminar el acto, se desató el aguacero que no causó mayores inconvenientes.
Al mediodía, confirmaron los medios que la presidenta suspendía el viaje a Rosario por “razones climáticas”. Lo postergaron al 25.
Declaraciones de Eduardo Delmonte, coordinador de la CCC
“Salimos a exigir al Estado nacional, provincial y municipal, y en especial a la presidenta que viene hoy a Rosario, que se realice un amplio plan de viviendas populares. Planteamos 20.000 viviendas, que en tres años darían trabajo a 20.000 personas. Es una promesa que se tomó en el 2006, con la tormenta de granizo. Pero no se cumplió, como con tantas otras promesas con relación al tema viviendas.
Acá no se construyó nada, y cada vez que hay una tormenta, compañeros nuestros y todo el conjunto de Rosario que está en la pobreza sufre situaciones muy dramáticas: voladura de techos, muertos, como pasó el 2 de febrero. Hay respuestas inmediatas de coyuntura, pero no se abordan los problemas de fondo. Por eso venimos a exigir a la presidenta que destine una partida del superávit del presupuesto nacional: Sabemos que hay 20.000 millones de dólares para el pago de la deuda externa, ¿no se puede destinar 500 millones de dólares para un plan de 20.000 viviendas populares en Rosario? Por eso estamos en la calle, entendiendo que este gobierno está orientado hacia otro lado.
No hay que acordarse de los pobres para las fotos, creo que es una política diaria, que tiene que ir mucho más allá de los discursos de distribución de la riqueza. Porque en definitiva, lo que define a dónde se orienta una política es a dónde va la plata. La plata hasta ahora ha ido a pagar deuda externa, a financiar los negociados de sus amigos, o a los grandes exportadores.
Con estos planes de $ 150, que inclusive hay cada vez menos, no se resuelve nada de la vida de la gente, al contrario: se están muriendo entre 8 y 10 pibes por día en la Argentina por desnutrición cuando sobran alimentos.
Nos parece muy perverso de parte de la presidenta ponerse de afuera del problema, como si hace seis años ellos no estuvieran gobernando. Hay cosas que ella dijo de Tartagal que “uno las filmaría”, es la pobreza estructural, el hambre… Y ella y su marido ¿qué tienen que ver cuando gobiernan la argentina desde hace seis años? En su momento, con una economía con viento a favor, con superávit fiscal, con acumulación de superávit, ¿qué hicieron para eliminar la pobreza? Hay 13 millones de pobres, 4 millones de indigentes, sigue habiendo desocupados. Nos van a decir que ahora hay una mala época, pero cuando fue la buena, ¿qué hicieron?
Entendemos que el camino es luchar, tratamos de unir a todos, organizaciones sociales, inclusive con los sectores de gobiernos provinciales que tengan contradicciones, para ir armando políticas de frente único, de recomponer el federalismo.
Creo que tiene que haber un gran esfuerzo por abajo, eso fue lo que expresó Paraná Metal: la lucha de los obreros sobrepasó a sus direcciones y obligó a tener que dar respuestas (respuestas que son como las que da el gobierno: mantiene las fuentes de trabajo pero hace un negocio y compra la empresa un testaferro de Kirchner). Creo que eso marca un camino, ir por abajo y por arriba en lo posible, planteando la unidad, confluyendo con los sectores agrarios que se están arruinando, los estudiantes, trabajadores, los cientos y miles de despedidos que hay y que va a seguir habiendo, los maestros, para salir en un reclamo de un programa único, uniéndonos en distintas formas de coordinación como multisectoriales para ir dando una salida e imponer un gobierno de unidad popular. Lo que está visto es que este gobierno no tiene intenciones de cambiar.
El gobierno hoy dice que va a anunciar 7.500 viviendas, pero nosotros pensamos que esto tiene que ver con las elecciones de este año. Nosotros vamos a ser vigilantes de que esto se cumpla.
No vamos a abandonar la lucha en la calle por más que haya promesas. Las elecciones no nos van a correr del eje de la lucha, ni tienen por qué dividir al pueblo en la necesidad y en la inmediatez de las respuestas. Nadie piensa que porque coloquemos un diputado o un concejal la situación va a cambiar. Fue cambiando en la medida en que el pueblo salió y pechó. En la medida en que podamos generar una unidad que desde la calle y en la lucha dé otra posibilidad política en la Argentina”.