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02 de julio de 2014

San Juan: La dictadura de Cerámicas San Lorenzo

La democracia no entró en las empresas

Su presidente histórico era nada más y nada menos que Emilio Federico Van Peborgh, ministro de Defensa de la dictadura de Onganía entre 1966/1969, enemigo de los trabajadores y del pueblo. Por años, enrolado en el ejército inglés, ocupando cargos jerárquicos antes de ser nombrado ministro en nuestro país. Vinculado directamente al imperialismo inglés, un traidor de nuestra Patria. Empresario recibido en Harvard, economista, presidente de Cerámicas San Lorenzo hasta el último día de su vida. Murió el año pasado, pero durante los 30 años de democracia, no sólo no fue condenado, sino que se encargó de que en su empresa el régimen continúe siendo dictatorial. Hoy, sus apoderados continúan sus enseñanzas.
Conocida es la historia de desaparición de los sindicatos clasistas, y del control de los de los sindicatos traidores y cómplices en estos años, cuyos resabios están acá presentes, en el Sindicato Obreros Ceramistas de San Juan Filial Nº16, encabezado por Miranda desde hace 30 años, con la venia del capital y de la dictadura. Baste decir que en 30 años, no logró presentarse una sola lista opositora. Los únicos dos intentos, uno hace 15 años y el otro en 2012, tuvieron el mismo final: la impugnación arbitraria de las listas sin llegar a la oficialización, la existencia meramente formal de una junta electoral digitada a gusto y paladar del Sr. Miranda, amenazas y persecución de los miembros de las listas, y finalmente extinción de los vínculos laborales. 
Disciplinamiento absoluto, temor, violencia laboral son parte de la rutina de los empleados de la cerámica en nuestra provincia. Parte del personal (70 obreros aproximadamente) son contratados bajo la modalidad de “contratos a plazo fijo” renovados por 16 años consecutivos, avalados por la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia. A estos “contratados” no les renovaron sus contratos durante el año pasado.
En este contexto, luego de las elecciones truchas, invitaron a los trabajadores a acogerse al “retiro voluntario”. Claramente, en este clima en el que trabajan, muchos aceptaron. Salir de esa presión diaria con algo de plata en el bolsillo parecía como respirar aire puro, salvarse. Quienes se negaron, los más consientes, sufrieron fuertes “aprietes”, persecuciones, amenazas, y no lograron soportar. La Lista Verde Nº4 fue “limpiada”, y los pocos que continúan trabajando, lo hacen con la mirada en la nuca, silenciados.
No conformes con esta situación, la empresa ha iniciado un juicio de “exclusión de tutela” de los dos delegados de personal que pretendieron oponerse a Miranda en los cargos de secretario adjunto y tesorero, tras tenderles una trampa y acusarlos de un delito que no cometieron. Los testigos de la firma son sus amigos fieles: el secretario general (Miranda), el adjunto, el secretario administrativo, y el tesorero de la enquistada dirigencia sindical.
Ambos son delegados de personal reelectos cuatro veces, es decir con 8 años en el ejercicio de su función representativa, sin embargo nunca tuvieron problema. La persecución comenzó cuando presentaron la lista opositora.
No les alcanza con no oficializar la lista, con desarmarla, con hacer aparecer como voluntarios los “retiros”, sino que necesitan un disciplinamiento absoluto, una demostración de fuerza que corte de raíz cualquier intento de democracia sindical. Así, los trabajadores deben enfrentarse en juicio contra la empresa, el sindicato, y la dictadura. Aún creen en la justicia .