En casi dos días de represión bestial contra los manifestantes, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) causó nueve muertos y más de 300 heridos.
Centenares de soldados irrumpieron en la Plaza Tahrir, apalearon a los manifestantes, quemaron sus carpas, y arrastraron a las mujeres del pelo. Varios de los asesinados fueron muertos a tiros.
En casi dos días de represión bestial contra los manifestantes, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) causó nueve muertos y más de 300 heridos.
Centenares de soldados irrumpieron en la Plaza Tahrir, apalearon a los manifestantes, quemaron sus carpas, y arrastraron a las mujeres del pelo. Varios de los asesinados fueron muertos a tiros.
Los valientes jóvenes revolucionarios persisten en su reclamo de poner fin al régimen militar e instalar un gobierno provisional civil para dirigir una salida democrática. Repudian el nombramiento de Kamal al Ganzuri para encabezar el gobierno. Ganzuri, que fue primer ministro del dictador Hosni Mubarak derrocado por la gigantesca rebelión popular de febrero, culpó cínicamente a los jóvenes por la “violencia” y argumentó que la manifestación era “un ataque contra la revolución”.El represivo régimen mubarakista sigue en pie, pero los fuegos de la rebelión que volteó al proyanqui Mubarak siguen encendidos. Si el pueblo egipcio logra unirse en sus reclamos democráticos podrá sacarse de encima también a la dictadura del CSFA que lo sucedió.
