Alegre es investigado por la justicia provincial como “jefe de asociación ilícita” en la “defraudación millonaria en perjuicio de las arcas del municipio capitalino” (El Liberal, 19/07/09). La movilización se convocó desde la Asamblea permanente por Santiago, constituida el 14 de julio e integrada por diversas organizaciones: Cisadems (gremio docente), familiares de personas asesinadas que reclaman justicia, vecinos de la ciudad autoconvocados, PCR, JCR, IS, PS, etc.
Entre los puntos que se acordó para la convocatoria a la movilización se encuentran:
• No a la impunidad.
• Cárcel común para Julio Alegre y sus cómplices.
• Devolución de lo robado al Municipio.
Asimismo se decidió por unanimidad la realización de una concentración frente a la catedral santiagueña y posterior movilización, todos los viernes.
Al grito de “volveremos, volveremos, volveremos otra vez, a quemar a los ladrones como en el ‘93” y “salta, salta, salta, pequeña langosta, Alegre y Zamora son la misma bosta”, la bulliciosa marcha de más de 100 personas circuló alrededor de la plaza Libertad despertando la atención y manifestaciones de apoyo por parte de los presentes en la zona.
Frente a la catedral, se leyó un documento elaborado por los integrantes de la asamblea para finalizar cantando el himno nacional argentino y reiterando la convocatoria para el próximo viernes.
¿Santiago cambia?
Desde la asunción del radical K Gerardo Zamora, como gobernador de la provincia, la propaganda oficial nos inundó con el slogan de “Santiago Cambia”, mostrándolo junto a Julio Alegre como figuras de la nueva política posterior al “reinado” del juarismo por más de 50 años.
Del mismo modo que en el gobierno nacional de los Kirchner, el doble discurso y la mentira sobre la base de un férreo control de los medios de comunicación, se constituyó en la fachada que permitió hasta el momento dicha pretensión. En tal sentido se pudo observar cómo la prensa mostró “un gobierno provincial y municipal trabajando codo a codo en beneficio de los santiagueños”, a través de grandes obras como la nueva terminal de ómnibus, mientras los funcionarios se “hicieron la América” con el robo a dos manos de los fondos y bienes del Estado provincial. Todo transcurría perfectamente a tal punto que la caravana de cierre de campaña y la llegada de la mismísima Cristina Kirchner se realizó entre bombos, platillos y abrazos entre Zamora y Alegre.
El resultado electoral precipitó una “medida interna ejemplar”: nadie saca el pie del plato y se sale del barco. Ya había anunciado Zamora el incondicional apoyo a los K en el Gobierno a pesar del mazazo político sufrido nacionalmente.
Alegre comenzó a jugar en un armado interno apoyando y haciendo contactos propios con algunos presidenciables como Cobos, con aspiraciones a la reelección en la intendencia, lo que lo catapultaría a su vez, para ser el próximo candidato a gobernador (las elecciones a intendente se realizan en el 2010 y las de gobernador en el 2012, donde Zamora ya no puede ser reelecto).
El haberle tendido una cama a Alegre, y sacarlo del medio políticamente haciendo público el desfalco al municipio, fue la gota que rebalsó el vaso y sólo confirmó lo que desde hace tiempo constituye un “secreto a voces”, puesto que desde el inicio de su gestión el zamorismo mostró su esencia cuando generalizó los contratos en negro de los trabajadores del Estado, en particular entre los de la salud.
Ni que hablar de la situación de los campesinos pobres en el interior provincial quienes son desalojados de sus tierras por testaferros de capitales privados con el apoyo de grupos parapoliciales o incluso con la propia policía de la provincia; o el deplorable estado del sistema de salud público que colapsó ante las epidemias de dengue y gripe A, y en donde el grueso de los trabajadores cobran miserables sueldos que rondan entre los $500 y $1000, mientras resonó que Alegre “sin que se entere la gilada”, como bautizó a los santiagueños, se hizo de unos $150.000.000.
Unidad en la lucha
La reciente conformación de la Asamblea permanente por Santiago en donde jugó un gran papel el gremio docente Cisadems, nos brindó la posibilidad de iniciar el tránsito de un camino de unidad en la lucha. La misma debe ser al mismo tiempo, una vía de expresión y unificación de todos los reclamos hoy silenciados y de aquellos que no encuentran un canal para exigir sus derechos, mostrando que es posible enfrentar, como se hizo con los Juárez, las políticas de miseria y opresión contra el pueblo encarnado hoy por el zamorismo-kirchnerismo.
Desde el Partido y la Juventud buscaremos fortalecer lo que se conformó como instrumento de convocatoria y movilización ya que es un buen momento para luchar, sobre todo luego de las elecciones del 28/06 en donde la abstención se constituyó en la primera fuerza electoral (más del 50% del padrón) y generó una situación política de mayor debilidad de Zamora y sus aliados.
Así como el 19 y 20 de diciembre de 2001 se escuchó el “que se vayan todos”, en Santiago es una necesidad “echar a todos” los corruptos, y la experiencia del Argentinazo y la rebelión agraria y federal marcó el camino que debemos transitar.