Dice la denuncia presentada por el diputado (MC) Ing. Mario Cafiero y el Sr. Juan Antonio Franklin López: “El Normand Baltic forma parte de una flotilla, compuesta por tres embarcaciones. El remolcador Normand Skarven, de bandera noruega y el perforador Stena Drillmax, de bandera británica y chipriota. Esta flotilla fue contratada por Repsol YPF en el marco de una UTE de la que también participan Petrobras y Pan American Energy.
Dice la denuncia presentada por el diputado (MC) Ing. Mario Cafiero y el Sr. Juan Antonio Franklin López: “El Normand Baltic forma parte de una flotilla, compuesta por tres embarcaciones. El remolcador Normand Skarven, de bandera noruega y el perforador Stena Drillmax, de bandera británica y chipriota. Esta flotilla fue contratada por Repsol YPF en el marco de una UTE de la que también participan Petrobras y Pan American Energy.
(…) La empresa armadora del Stena Drillmax participó con dos buques auxiliares de la Task Force que invadiera nuestras islas en 1982: el Stena Seaspread y el Stena Inspector. El Stena Inspector permaneció en el Atlántico Sur, realizando apoyo a los submarinos nucleares ingleses que patrullan las Islas Malvinas. Alguno de ellos, ha realizado demostraciones de “acciones de comando”, evidentemente, en nuestro territorio continental.
Queda en evidencia entonces, que no es la primera vez que el gobierno nacional instruye a diferentes organismos de control marítimo, Armada, Prefectura, Aduana y Dirección de Puertos, para facilitar que buques de bandera británica relacionados con actividades de explotación petrolera, se abastezcan en nuestros puertos, al margen de la ley y burlando el bloqueo que el mismo gobierno nacional dice promover y que los países sudamericanos han llevado adelante en solidaridad con la usurpación británica de nuestras Islas Malvinas. Esta situación se inició en febrero de 2010 cuando fue abastecido con 3.500 toneladas de caños de acero sin costura para explotación petrolera, el buque Thor Leader, con bandera inglesa de la Isla de Man, procedente de las Islas Malvinas. Hecho que motivo también una denuncia criminal ante el Juzgado Federal N° 6 de Comoro Py, Ciudad de Buenos Aires.”
La denuncia pone en evidencia que el gobierno nacional permite la operatoria de buques ingleses o al servicio de intereses del Reino Unido en territorio argentino y que permite a Repsol YPF que contrate buques británicos o al servicio de intereses británicos para trabajos en la plataforma continental argentina próxima a Malvinas. Conviene recordar que todo buque mercante, científico, etc., británico o al servicio de los británicos es parte inseparable, instrumento y llave de sus estrategias económicas, políticas, y bélicas (esto como quedó evidenciado con los 80 buques logísticos de la Task Force en 1982).
Eskenazi-Kirchner: socios en Repsol YPF
Nada de lo que ocurre en el Atlántico Sur, de carácter civil o militar puede hacerse sin el previo aviso al Reino Unido y sin su precisa autorización. Así lo imponen los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990. La operatoria de éstos y otros buques ha sido acordada entre el gobierno argentino y el gobierno británico hace ya largo tiempo: asistimos a su ejecución con el consentimiento de las autoridades argentinas.
Eskenazi-Kirchner son socios en Repsol YPF, poseyendo ahora casi el 25% del total accionario de Repsol. El “CEO” de la empresa es Sebastián Eskenazi. Tanto la permisividad de “los diferentes organismos de control marítimo” –como dice la denuncia de Cafiero-López–, como los acuerdos de Repsol YPF con buques extranjeros de origen o al servicio de los británicos, no pueden concretarse al margen de la promoción y autorización del ministerio de Relaciones Exteriores que administra toda la cuestión Malvinas bajo las órdenes de la Presidencia de la Nación que es quien conduce las relaciones exteriores del país, con el agravante de que el grupo Kirchner es socio de Repsol YPF a través del grupo Eskenazi. En lo referido a la exploración y explotación petrolera el objetivo del grupo Kirchner es “morder” en el negocio petrolero con los británicos vía Repsol-Eskenazi. A su vez, el grupo Kirchner es propietario de su propia petrolera, Oil, que el poderoso empresario K del juego Cristóbal López compró a Petrobras hace unos meses. Es el petróleo ¡estúpido! podría exclamarse.
Este enjuague alrededor de los negocios petroleros, se da en un marco de reforzamiento de la capacidad militar del Reino Unido en Malvinas.
El 25 de mayo del corriente, Inglaterra anunció que partió de Portsmouth con destino a las Islas Malvinas, el buque de guerra “Edinburgh”, destructor tipo 42 con sistema de misiles antiaéreos, con el objetivo de realizar un patrullaje marítimo para “vigilar y brindar protección a los isleños que viven en territorios británicos de ultramar”. Este buque reemplaza al HMS “York” que destinado al Atlántico Sur fuera desviado al Mediterráneo para las acciones en Libia.
Meses anteriores, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte desplegó las aeronaves Eurofigther Typhoon de la Real Fuerza Aérea en la base militar de Mount Pleasant.
Mount Pleasant es la base militar extranjera más grande en territorio suramericano. Base inglesa, se integra al sistema militar de la UE y de la OTAN y se combina con el despliegue de la IV Flota de los EEUU, en una región estratégica que controla el paso interoceánico Atlántico Sur y Pacífico Sur y es la llave de entrada a la Antártida.
El aeropuerto de Mount Pleasant es valorado de importancia estratégica por Inglaterra y por su intermedio por la OTAN (pacto militar del que la Argentina sigue aun hoy siendo socio), para hechos que puedan producirse en el hemisferio Norte, Atlántico Sur y Suramérica, siendo la capacidad de despliegue rápido de fuerzas militares en esos posibles teatros de operaciones su principal ventaja. Malvinas es un portaaviones inhundible en manos del imperialismo inglés, que se inserta en los objetivos de control y dominio de los pasos y recursos estratégicos en distintos lugares del planeta. Desde allí se tiene bajo control la Antártida y la Patagonia Argentina y puede accionarse en combinación con otros enclaves militares contra cualquier país suramericano. El silencio de radio que el gobierno mantiene sobre la propiedad y operación del aeropuerto del magnate británico Joe Lewis en Río Negro y que oportunamente denunciara la diputada María Magdalena Odarda, es demostrativo de cómo se cumplen los acuerdos, entendimientos, notas, etc., públicos y secretos que consolidan la ocupación colonial británica de nuestros territorios usurpados; estos acuerdos, etc., crean las condiciones para que el colonialismo inglés usurpe más de 5 millones de kilómetros cuadrados de nuestros territorios, constituyendo una reserva estratégica para sus objetivos (y los de la UE como indicó hace ya algún tiempo la politóloga Sra. Virginia Gamba).