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10 de marzo de 2021

A un año del comienzo de la pandemia

Se agudiza la guerra por las vacunas

La pandemia de coronavirus hace un año comenzó a golpear en nuestro país. Como ha venido planteando el Comité Central de nuestro PCR, ya en marzo del año pasado, la emergencia sanitaria pasó a ser la principal a enfrentar. Además de las vidas que está costando, 52.644 muertes al escribir esta nota, se agravaron el hambre y todos los padecimientos que profundizó la nefasta política macrista.

El gobierno nacional tomó acertadas medidas para enfrentar esta crisis sanitaria, con las cuarentenas y el reforzamiento del casi desmantelado aparato sanitario, el IFE, los ATP, las prohibiciones de despidos y el congelamiento de alquileres, entre las más importantes. También dijimos que eran insuficientes, y que para poder destinar todos los fondos del Estado a esta emergencia había y hay que tomar medidas para que esta crisis la paguen los que se la llevan con pala.

En este año venimos peleando el protagonismo popular y la conformación de comités de emergencia o de crisis, con miles y miles de compañeras y compañeros dando la batalla contra el hambre, por la salud, la educación, la tierra, el techo y el trabajo. En esta pelea tenemos un enemigo principal: los sectores reaccionarios afines al macrismo y otros que están detrás de toda la campaña “anticuarentena”, que siguió contra las vacunas y hoy pretenden aparecer como defensores de las vacunas “para todas y todos”.

Ahora la disputa mundial con relación al Covid se centra alrededor de las vacunas. En este mundo regido por el sistema imperialista, 10 países monopolizan el 95% de las vacunas, mientras que más de 100 países no han recibido ni una sola dosis.

Todos los días vemos nuevos episodios de cómo las potencias pelean con uñas y dientes mantener sus privilegios sobre las vacunas. El jueves 4/3 Italia bloqueó el envío de 250 mil dosis vacuna de AstraZeneca a Australia, porque ese laboratorio no cumplió con su compromiso de dosis a la Unión Europea.

 

Argentina en medio de la disputa imperialista

Nuestro país, dependiente y disputado entre las distintas potencias, sufre los vaivenes de esta disputa por las vacunas. En el caso de Rusia, proveedora de la Sputnik V, se sabe que acordó una estación satelital y busca una central nuclear, la represa de Chihuido y un tren Vaca Muerta-Bahía Blanca, así como exportaciones de vino y alimentos. China, quien hasta ahora ha enviado cerca de un millón de dosis de la vacuna Sinopharm, está negociando con el gobierno al menos 10 proyectos, como detallamos en nuestra Hora Política del hoy 1853.

Párrafo aparte merece la pelea abierta del gobierno con el laboratorio estadounidense Pfizer, que, además de concesiones como la modificación de una ley para eximir de responsabilidades al laboratorio ante cualquier problema con las vacunas, terminó pidiendo como garantía para cubrir posibles costos legales futuros “activos soberanos” del país, desde edificios de embajadas hasta bases militares. El gobierno argentino rechazó estas condiciones.

Otro frente abierto en esta guerra de las vacunas es el de Astra Zéneca, que se produce en parte en laboratorios propiedad del empresario Hugo Sigman en Argentina, y se completa en México, donde se termina el envasado, en empresas del millonario mexicano Carlos Slim. Se conoció que el retraso en México se debió a que Estados Unidos no proveía de determinados componentes necesarios para este envasado. El gobierno argentino prefirió mantener los acuerdos como venían, en vez de buscar alternativas que permitieran que la producción y el envasado se completen en nuestro país.

En nuestro país se están desarrollando varios proyectos para tener una vacuna propia. Es central para un proyecto de país soberano que el Estado apoye con todos los recursos necesarios estos desarrollos.

El escándalo alrededor de la “vacunación vip” en el Ministerio de Salud de la Nación volvió a mostrar que en este sistema hay privilegiados. Si bien el gobierno reaccionó con rapidez, el hecho, más allá de las especulaciones políticas de porqué se ventiló, causó un gran daño a la pelea por una vacunación masiva, y le sirvió en bandeja un argumento al macrismo, para redoblar sus ataques y mostrar su gorilismo. También le sirvió para ocultar la privatización de la vacunación que viene haciendo el gobierno de Rodríguez Larreta en CABA, dándole dosis a las prepagas de algunos hospitales privados.

Defender los intereses de los trabajadores y el pueblo en la lucha contra la pandemia, pasa, en el caso de las vacunas, por pelear una vacunación masiva para todas y todos con el protagonismo popular, sin ningún tipo de privilegio para los poderosos. Y partir de la población de riesgo y las y los trabajadores esenciales, que son los que vienen poniendo el cuerpo en esta batalla es que por la salud, contra el hambre y por los derechos de los más explotados y oprimidos.

 

Escribe Germán Vidal

Hoy N° 1855 10/03/2021