El miércoles 4 de julio, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó por unanimidad la Ley Brisa, que establece una reparación para hijas e hijos de víctimas de femicidio y de violencia intrafamiliar. La reparación consiste en un haber mínimo jubilatorio (hoy 8 mil pesos) para quienes sean menores de 21 años y es de aplicación retroactiva, es decir, no importa la fecha del homicidio, si hoy esos niñ@s y jóven@s aun son menores de 21.
La sanción de la ley tuvo su larga batalla federal a partir de entender que los femicidios, últimos actos de violencia, son feminicidios por la responsabilidad estatal por omisión. Todos los femicidios son evitables, y por no evitarlos el Estado es responsable. Por eso es tan importante que el Estado llegue a tiempo en el círculo de violencia, antes de que se produzca el último acto que es el homicidio, ya sea con medidas de protección efectivas en sus diferentes grados, y con acompañamiento a la víctima que garantice que ella no volverá a caer en ese círculo de violencia.
En el marco de la lucha por esta ley nacional que abarcara a toda la Argentina, se fueron peleando y conquistando leyes del mismo carácter por provincia, con iniciativas populares, marchas, etc. Ya desde mayo del año pasado, cuando la ley se aprobó en el Senado, estaba pendiente la aprobación en la Cámara de Diputados.
El nombre de Brisa obedece al de la niña hija de Daiana Barrionuevo (24). Dos personas encontraron en el arroyo Las Catonas de la localidad de Moreno el cuerpo de Daiana dentro de una bolsa de consorcio, envuelto con una frazada. Su pareja Rodríguez la había asesinado a golpes y fue condenado a cadena perpetua. Se calcula que hay más de 3 mil niños en esta situación en el país. Son niñas y niños que quedan totalmente desamparados, porque los femicidas habitualmente son sus propios padres, quienes luego de cometer el crimen terminan presos o se suicidan.
Lo que queda pendiente
Queda pendiente en las provincias regulaciones específicas para estos casos, como ser los trámites de guarda gratuitos para quienes quedan a su cuidado, casa para ellas/ellos si quienes están a su cuidado no tienen techo propio, trabajo para los responsables del cuidado de l@s pequeñ@s, también en caso de no tenerlo, y a nivel nacional es necesario ver la situación de hijas e hijos victimas de femicidio en caso de que no sea progenitor o progenitor afín el responsable de ese femicidio.
En el caso de la hija de Nahir Mamani en Jujuy, víctima de femicidio, hoy su abuelo aun no ha obtenido la guarda de su nieta, y tuvo que pagar peritos para proseguir el trámite judicial. Las hijas de Romina Aramayo o Gladis Choque, otros dos femicidios en la misma provincia, no tuvieron por victimarios al progenitor o progenitor afín por lo que quedan excluidas de esta reparación. En el año 2017 y solo en la provincia de Jujuy, once (11) niñas y niños quedaron huérfanos por los femicidios ocurridos en dicho periodo.
Escribe Mariana Vargas
