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30 de enero de 2013

Se mantiene el robo a los salarios

Por la inflación y el impuesto a las Ganancias

Hasta ahora, la mayoría de las paritarias vienen discutiendo los salarios por el período de un año. Así resulta que si consiguen un aumento del 25%, de acuerdo a lo que habían perdido por la inflación del año que pasó, en cuanto empiezan a cobrar el nuevo salario comienzan a perder parte del mismo con la nueva inflación, que también se comerá el aumento anunciado en el mínimo de Ganancias. De esta manera, a lo largo del año habrán perdido nuevamente un 25% o más si el gobierno continúa con su política de hacerse de más fondos a través de una inflación mayor. Es decir, que se concretará nuevamente un robo a los salarios de por lo menos una cuarta parte, que se apropiará el gobierno a través de la mayor emisión de papel moneda y las patronales con los aumentos de precios en lo que puedan hacerlo, sea por monopolios de oferta o de demanda.
Este es un robo indirecto que vienen sufriendo los trabajadores asalariados, tanto mayor cuanto mayor es la inflación a que lleva la política kirchnerista. Por eso muchos gremios han comenzado a plantear la necesidad de discutir salarios cada seis meses o menos –o ajustes cada tres meses por la inflación, como ya tiene en su convenio el Smata–, para que no se les robe tanto con la inflación.
A ese robo indirecto, se viene agregando el robo directo por el gobierno en los aumentos salariales que recuperan la inflación a través del impuesto a las Ganancias, no actualizando por la inflación el mínimo sobre el que se paga dicho impuesto. Así no se realizó dicha actualización en 2003, 2004, 2008, 2010 y 2012 (salvo el medio aguinaldo) y, en los años impares (electorales) la actualización del mínimo siempre fue inferior a la inflación real. Por eso intervino el Indec desde 2007, “dibujando” las cifras del aumento en los precios al consumidor.
De esta manera un número creciente de trabajadores asalariados y jubilados pasaron a pagar impuesto a las Ganancias, como si sus ingresos reales se hubieran incrementado extraordinariamente. Ya hoy casi 25% de los asalariados –más de 2.300.000 trabajadores– sufren la retención del impuesto a las Ganancias, cuando están exceptuados de dicho impuesto tanto la renta financiera como el juego, para no hablar de los sectores patronales que siempre encuentra la vuelta para eludirlo a través de maniobras contables.
El hecho es que con la elevación del piso del mínimo para pagar el impuesto en un 20%, como anunció el gobierno para marzo, si los aumentos de salarios que se logren superan ese porcentaje ese robo no solo se mantendrá en 2013 sino que aumentará. Lo que se agravará pues nop se corrigieron las escalas salariales (mayor tributo para mayores salarios) que se mantienen fijas desde 2001 (la “tablita de Machinea”), pese a la inflación que ha habido en los 12 años transcurridos desde entonces.
Dada esta situación, producto de la no actualización por la inflación del mínimo no imponible en los años pares desde 2004, para que ese robo no se dé hoy era necesaria una actualización de ese mínimo en por lo menos un 200%. Es decir que el mínimo no imponible para un trabajador sin cargas de familia,  debería fijarse en $15.000. Y, a la vez, actualizarse las escalas salariales que elevan el porcentaje del impuesto, en por lo menos un 300%, dado que son cifras de 2001, cuando todavía un peso “valía” un dólar.
Con las asignaciones familiares, que son parte del salario, debe hacerse lo mismo, ya que aún cuando se logre un aumento que compense la inflación, al subir el trabajador en la escala salarial deja de cobrar el salario familiar o pasa a cobrar menos. Es decir, con la inflación el Estado también les roba a los trabajadores en el salario familiar.
En su aparición en el atril de Casa de Gobierno del viernes pasado la presidenta enfatizó: “Los pronósticos en el mundo no son nada buenos. Aterricemos. Es imprescindible acordar”, en un llamado a los gremios a cerrar sus paritarias a tono con el 20% que postula el gobierno nacional. Pero, ¿por qué los trabajadores son los que tienen que seguir pagando la crisis? Un gobierno verdaderamente nacional y popular en vez de apuntar siempre contra los trabajadores, ante la crisis debería tomar medidas para hacérsela pagar a los que “la juntan con pala” como ella misma dice, y no a los trabajadores y el pueblo con el robo inflacionario y mayores impuestos al trabajo y a la producción, como ella misma hace y hace que hagan a quienes considera sus sátrapas locales, llámense gobernadores o intendentes. Sus llamados a “la unidad nacional”, ¿en beneficio de quién son? ¿Para que “sigan creciendo” los monopolios imperialistas de la exportación de granos, las corporaciones mineras saqueantes, los usureros imperialistas y los grandes terratenientes, pules, bancos y grupos económicos amigos del gobierno?