El lunes 16 se multiplicaron los cacerolazos y bocinazos en las grandes ciudades, irrumpiendo con mayor fuerza un sector de las capas medias urbanas, pero el hecho destacado ha sido la participación de obreros de las grandes empresas.
La escalada patotera de los K trajo como respuesta que miles salieran con cacerolas y banderas argentinas, repudiando la soberbia del gobierno.
Todas las capitales fueron conmovidas por las masivas marchas, desde Jujuy hasta Santa Cruz, con grandes concentraciones en Capital Federal, Olivos y cacerolazos en multitud de barrios de los conurbanos. Los compañeros rosarionos comentaban que a las 21, en el Monumento a la Bandera había más de 12 mil personas. En La Plata, nuestro corresponsal da cuenta de cacerolazos en numerosos barrios, siendo la más grande en 7 y 50 “una verdadera mezcla de familias, estudiantes universitarios y pueblo en general, que recordaron con bastante nitidez el paisaje del 2001 en los cantos persistentes el ‘que se vayan todos’”.
El compañero Smith, del Cuerpo de Delegados del Astillero Río Santiago, contó a este semanario que hubo obreros que participaron “e incluso impulsaron” cacerolazos. En el mismo sentido, un compañero de Ford informó de la participación de trabajadores en bocinazos en Escobar y Pilar.
El martes por la mañana, una gran discusión se abría en los principales centros industriales, ante la convocatoria de la CGT a un cese de actividades para movilizar al acto oficialista previsto para el miércoles. ¿Qué hacer? Hasta donde conocemos, en medio de la confusión causada porque esta decisión obviamente no fue consultada en ninguna de las fábricas, predominaba la bronca, con expresiones como “¿Para esto nos llaman a un paro, cuando no lo hacen por salarioa?”, como decían compañeros metalúrgicos de Bosch, y con decisiones como en Terrabusi, de hacer abandono de tareas “pero con nuestras reivindicaciones salariales, y sin asistir al acto kirchnerista”, informó Ramón Bogado, coordinador de la Comisión Interna.
“Acá los compañeros están mayoritariamente con los campesinos, y si hay cese de actividades se van a ir a sus casas”, nos decía un compañero de Ford.
02 de octubre de 2010