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09 de marzo de 2016

Conversamos con la camarada Diana Kordon de Liberpueblo e integrante del EMVJ, sobre los distintos mojones de la lucha de los derechos humanos en Argentina y la historia del EMVJ.

“Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy”

Reportaje a Diana Kordon A 40 años del golpe y 20 del Encuentro Memoria Verdad y Justicia

El 24 de Marzo se cumplen los 40 años del golpe militar. Además, este año se cumplen veinte años del Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ) y diez de la segunda desaparición de Jorge Julio López. Durante estos veinte años del EMVJ, han participado centenares de organizaciones, fuerzas políticas y sociales, de derechos humanos. Una de las características que destaca Kordon es que el Encuentro ha sabido “consolidar el 24 de marzo no como una conmemoración, sino como un repudio al golpe, a la dictadura; y una jornada de la lucha democrática” que ya tiene una trayectoria, que es un referente en la lucha democrática nacional. 
 
—En qué condiciones se conforma el EMVJ?
–El EMVJ se conformó en el año 96 cuando comenzaban a desplegarse las luchas contra el menemismo. Hay que tener en cuenta la Marcha Federal, era un momento donde empezaba a plantearse más claramente las luchas frente al remate del país. Después de los golpes tan grandes que habían significado los indultos, cuando se acercaban los 20 años del aniversario del golpe, fue un momento en el que eclosionó todo el trabajo de memoria colectiva y de lucha contra la impunidad que había habido desde el comienzo de la dictadura.
 A mí, en este sentido, me hizo pensar muchas veces cómo son esos procesos subterráneos de masas que, aparentemente, no pasa nada y de golpe en un momento dado, esa acumulación imperceptible estalla en un gran acontecimiento histórico: así como cuando la dictadura de Onganía había indicadores y el Partido tenía una definición “hay un polvorín bajo los pies de la dictadura” y de repente estalla el Cordobazo, el Rosariazo, Correntinazo -claro que es otro momento- pero cuando se iban a cumplir los 20 años del golpe, empezaron a aparecer agrupaciones de HIJOS de desaparecidos en todo el país (la primera fue en La Plata). Se produjo una confluencia enorme de una cantidad de organizaciones que nos reunimos durante la preparación de ese acto en la CTA: es decir, en una de las casas de los trabajadores, con la participación de organizaciones de trabajadores, organizaciones estudiantiles, no solamente con organismos de derechos humanos. En ese año también se  formaron nuevos  organismos  de derechos humanos, por ejemplo, Liberpueblo. 
 
—¿Cuáles eran las principales consignas que el EMVJ levantaba en ese entonces?
–Nuestra consigna principal era la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Nosotros no planteábamos la derogación de las leyes porque sabíamos que la derogación no iba a tener ningún efecto retroactivo. Exigíamos la anulación, lo que parecía un imposible. Ese 24 de marzo hubo marchas multitudinarias en todo el país, que mostraron los modos de procesamiento de la memoria colectiva, de la lucha contra la impunidad. 
Hay pocas experiencias de luchas tan sostenidas, durante cuarenta años, contra la impunidad y contra la represión, como la nuestra por los 30 mil desaparecidos.
 
—¿Cómo es el funcionamiento del EMVJ?
–Desde el comienzo, en el EMVJ hubo un funcionamiento democrático en el que las decisiones, llevaran el tiempo que nos llevara, eran por consenso. Ese método lo hemos mantenido hasta el día de hoy. Es decir que no hay votaciones, se discute todo lo necesario para llegar a consensos básicos. 
La otra cuestión que nos definió es que es un espacio independiente de todos los gobiernos. Este aspecto tuvo momentos de tensión.
 
—Durante el menemismo estuvieron Víctor Choque, Teresa Rodríguez, víctimas de la represión…
–Todos estos casos tienen que ver con que hubo una articulación entre que comenzaban las luchas populares intensas, frente al menemismo: el Santiagueñazo, Cutral-Co… una serie de levantamientos populares. Entonces, el EMVJ, así como planteaba contra la impunidad de ayer y de hoy, tomó siempre las banderas de cada momento en relación a los temas democráticos frente a las distintas formas de la criminalización de la protesta. 
 
—Planteada la independencia de los gobiernos, ¿hubo intentos de cooptación del EMVJ por parte de los gobiernos?
–Hubo un momento crítico durante el gobierno de la Alianza. Ese gobierno no trató de cooptar como lo hizo el kirchnerismo más adelante, sino que había sectores en el propio EMVJ que planteaban casi un apoyo abierto al gobierno. 
Cuando el Argentinazo, la inmensa rebelión popular se desencadenó en el momento preciso en el que confluían los movimientos piqueteros, la lucha contra el hambre y el corralito. Pero la gente sale a la calle cuando De la Rúa declara el Estado de sitio. En Buenos Aires salimos a Plaza de Mayo, con cacerolas, gritábamos “que se vayan todos” y “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Ese fue un momento también muy importante que tuvo efectos por un largo período, uno de ellos es que más tarde se logró anular las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Entonces, otro jalón para el EMVJ fue el 24 de marzo de 2002, donde además reclamamos justicia por los 38 muertos en el Argentinazo. Ese mismo año fue el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Recuerdo que ese día convocamos inmediatamente a la CTA, para una marcha en la noche del mismo 26 de junio. 
Con todas las tensiones, había una marcha única que expresaba esa lucha de todos esos años. Fue coronada por el argentinazo -que puso en riesgo la gobernabilidad de las clases dominantes- y pudimos conseguir la anulación de las leyes de impunidad y los juicios, con todas las limitaciones que los juicios tienen, pero que son un triunfo de la lucha popular y de la lucha histórica de los organismos de derechos humanos.
 
—¿Cómo fue con el kirchnerismo?
–El kirchnerismo, como lo hizo con distintas organizaciones sociales, hizo un trabajo de cooptación y de división en el movimiento de derechos humanos. Eso se expresó el 24 de marzo de 2006 donde llenaron de provocaciones, hasta nos tiraron piedras en el momento en que leíamos el Documento, cuando  éste  denunciaba  el  tema  de los presos de Las Heras. Ahí hubo una fractura del EMVJ. 
Esta política de división y de cooptación es grave por el silencio que se impuso sobre todos los hechos de violación de derechos humanos y de criminalización de la protesta. Ese apoyo fue acompañado de un silenciamiento sobre el avance de leyes contra el derecho democrático que tiene el pueblo argentino, con la ley  antiterrorista,  con más de 30 asesinados por luchar y los más de 5 mil procesados por luchar durante el kirchnerismo. 
 
—También estuvo la desaparición de López y el nombramiento de Milani…
–Antes se había dado la desaparición de Miguel Bru en La Plata, pero lo de Julio López tuvo un carácter conmocionante porque se trató de su segunda desaparición, en el momento que se iba a sentenciar al genocida Etchecolatz. Por lo tanto, esto fue un aviso de las clases dominantes. Esto fue una lucha enorme, el gobierno de los   Kirchner nunca investigó. Aníbal Fernández nos decía “se fue a tomar el té con una tía”; al día de hoy, la desaparición de López sigue impune desde el 2006.
Cuando Cristina nombra como jefe del ejército al genocida  Milani, ya había información previa de quién era; se hizo la denuncia de la desaparición de Ledo y sin embargo Milani siguió como comandante en jefe. Esto es algo que también el EMVJ denunció, hemos luchado exigiendo la investigación por Julio López y hemos luchado y apoyado incesantemente a Graciela Ledo y por la destitución y cárcel a Milani. 
 
—Faltan pocos días para que se cumplan los 40 años del golpe…
–El 24 de marzo se cumplen los 40 años del golpe, es una jornada de lucha de repudio al golpe, levantando la lucha popular contra la impunidad de ayer y de hoy. Contra las violaciones de la dictadura proimperialista que se llevó la vida de los 30 mil, la tortura, el exilio.También planteamos todos los problemas actuales, vinculados a defender con todo el derecho a luchar por cambiar el conjunto de las condiciones sociales en las cuales vivimos, para eso también planteamos el no pago de la deuda externa ilegítima y fraudulenta, contra la entrega, contra el ajuste. 
Estamos frente a un nuevo gobierno que tiene un gabinete de empresarios: Macri es representante de las clases dominantes. Por lo tanto, cada vez va a haber más luchas, como se expresó el 24 de febrero: un hecho político muy importante que hay que levantar y que fue el paro y la enorme lucha popular en repudio a la política de despidos y de ajuste de Macri. 
Este año, la consigna es: “a 40 años del golpe genocida, seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy. 30 mil compañeros detenidos desaparecidos presentes. Fuera Obama de Argentina. Contra el ajuste, el saqueo y la represión de Macri y los gobiernos provinciales”. La presencia de Obama en nuestro país, del representante de una potencia imperialista que apoyó activamente el golpe, es una provocación contra nuestro pueblo. Viene con una comitiva de 800 a hacer negocios. Estamos  hablando de una potencia imperialista con presencia en todo el mundo con un peso muy fuerte, y por lo tanto hemos incorporado a la consigna principal “fuera Obama de la Argentina”.