En la segunda vuelta de las elecciones el presidente Recep Tayyip Erdogan logró un nuevo mandato de cinco años, con el 52,14% de los votos. Ocupa la presidencia desde el 2014. Puede nombrar y destituir a ministros y altos funcionarios, y también dirige el gabinete. Los ministros pueden nombrar a su vez a gobernadores y representantes estatales en provincias y distritos, de modo que el presidente puede ejercer su influencia hasta el gobierno local. También tiene el poder de emitir decretos presidenciales y nombrar muchos cargos en el poder judicial, las finanzas y la educación. Y recibe información del servicio de inteligencia y de la poderosa autoridad religiosa Diyanet.
A la Alianza Popular de Erdogan pertenecen dos partidos ultraconservadores y varias comunidades musulmanas ortodoxas, que lo apoyan abiertamente porque disfrutan de numerosos privilegios. Una gran parte de sus votos proviene de la votación en el extranjero. Después de no haber logrado ganar en primera vuelta resolvió que fuera gratuita la factura de gas de abril y un precio subvencionado todo el 2023.
En la segunda vuelta tuvo el apoyo de Sinan Ogan, que había sacado el 5, 17% de los votos y tiene posiciones ultranacionalistas. Reclama la ilegalización del HDP.
Su opositor Kemal Kiricdaruglu era candidato por la coalición conformada por seis partidos y denominada Alianza Nacional. Entre otros, está el partido kurdo Alianza Trabajo y Libertad, cuyo exjefe, Selahattin Dermitas, enviaba desde la cárcel y con sus abogados mensajes a la opinión pública en contra de Erdogan. Logró el 47,86% de los votos. Ganó en Ankara, la capital y en todo el sureste, donde se concentra la población kurda y también en casi toda la franja costera del país, desde Estambul al Mediterráneo, donde están también Esmirna y Antalya. Kiricdaruglu afirmó que seguiría luchando por la «democracia real» en Turquía. «Este ha sido el periodo electoral más injusto de nuestra historia… No nos hemos doblegado ante el clima de miedo», declaró.
El triunfo de Erdogan se logró a pesar del contexto de crisis social desatada por los destrozos del terremoto del 6 de febrero y de crisis económica con una inflación del 85% anual. La economía lleva años estancada.
Los medios apoyan casi al unísono a Erdogan. Estuvo presente en 3.600 minutos de emisión contra los 42 de la oposición.
Entre las distintas maniobras previas, fue inhabilitado judicialmente el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, para participar electoralmente.
Aunque esto podría considerarse leve en relación a su política basada en la aniquilación y el genocidio del pueblo kurdo. Esta no se detuvo durante el período electoral. Desde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) denunciaron que antes de las elecciones 144 de las 216 personas buscadas en todo el país fueron detenidas, y se emitieron 48 órdenes de arresto contra abogados, periodistas, políticos, activistas y artistas. Y que “las detenciones masivas son parte de los preparativos del gobierno para el fraude electoral organizado”. Además, como resultado del proceso en curso destinado a prohibir el partido, el HDP no se postuló por derecho propio, sino que tuvo que participar a través del Partido de la Izquierda Verde (YSP), que fue admitido tardíamente en el proceso electoral. Tengamos en cuenta que Erdogan anteriormente prohibió 8 partidos opositores pro kurdos.
La organización del HDP está debilitada por la represión sistemática, que ha continuado ininterrumpidamente desde 2016, con más de 15 mil líderes y miembros del partido arrestados. En este momento tiene más de cuatro mil militantes en la cárcel.
También se reclama por la situación de Ocalan, que lleva 25 años preso en las condiciones de aislamiento más severas.
Putin realizó largas declaraciones de satisfacción por la victoria de Erdogan y aprovechó para destacar que Rusia «tiene en gran estima la importancia de la realización consecuente de los proyectos conjuntos previstos, principalmente la construcción de la central nuclear de Akkuyu y la creación de un centro de gas en Turquía”.
Turquía forma parte de la OTAN, pero mantiene excelentes relaciones con Rusia, a quien le compra gas, y ha puesto trabas a la incorporación de Suecia a la OTAN por dar asilo a kurdos perseguidos.
Escribe Alicia Sourges
Hoy N° 1964 07/06/2023