Con un amplio vallado alrededor de Tribunales en la ciudad de Mar del Plata, el 7 de febrero comenzó el segundo juicio por el femicidio de Lucía Pérez. Éste tendrá una duración de 15 días y declararán 50 personas. La causa está caratulada “abuso sexual agravado por el uso de estupefacientes seguido de muerte en concurso ideal c/femicidio” ocurrido el 8 de octubre de 2016.
Matías Farias y Juan Pablo Offidani, en calidad de autor y partícipe necesario respectivamente, tienen una condena anterior a 8 años de prisión por “tenencia de estupefacientes para su comercialización” (los vendían en la puerta de la escuela donde estudiaba Lucia), solo estarán presentes en el inicio y en el fin del proceso ya que solicitaron seguirlo por videoconferencia.
El primer juicio fue anulado, por el fallo misógino y machista que dejó impune uno de los femicidios más terribles sucedidos en nuestra ciudad.
La búsqueda de justicia de los padres de Lucía, Marta Montero y Guillermo Pérez, con el acompañamiento de la sociedad movilizada con centro en los movimientos de mujeres y diversidades son herramientas fundamentales en la lucha por la condena de los femicidas. Se juntaron 1.000 firmas y cartas de pedido por parte de organizaciones, sindicatos e instituciones que lograron que la Suprema Corte de Justicia de la Pcia de Buenos Aires ordenara el Jury, que dará comienzo el día 14 de marzo, a los jueces Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas acusados de “negligencia, incumplimiento del cargo y parcialidad manifiesta”
En estas jornadas donde se está juzgando la violación y el asesinato de Lucia Pérez de 16 años, la defensa insiste todo el tiempo con preguntas que hacen parecer que se estuviera juzgando a la víctima. Una estrategia revictimizante, como en el primer juicio.
La declaración de los médicos y bioquímicos miembros de la asesoría Pericial de la Suprema Corte Provincial y de quien fuera director del Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora, coincidieron en que “siendo una adolescente de 16 años, Lucía se encontraba en situación de vulnerabilidad e incapacidad para consentir una relación sexual. Además, no hacía falta la fuerza física para someterla remarcando que Lucía se encontraba en una situación de stress (subjetivo y físico) producido por un abuso sexual y por el consumo de cocaína, lo que alteraba su juicio y capacidad para consentir. También coincidieron en la existencia de lesiones vaginales y anales producto de un abuso sexual.
En la primera semana de este nuevo juicio, hubo una amplia participación alrededor de los Tribunales Marplatenses, exigiendo Justicia y mostrando una vez más que cuando tocan a una nos tocan a todas.
El Ministerio de las Mujeres colocó gazebos frente a Tribunales allí se ven los coloridos de las banderas, fotos y carteles de pedido de justicia. Y a partir del martes 14 de febrero en que Lucía cumpliría 23 años también podemos ver el colorido de los atrapasueños hechos a partir de una propuesta surgida del relato de Marta “que a su hija le gustaban mucho y por eso ella durante el Juicio sostiene en sus manos uno hecho por Lucía”; casi como un símbolo de que el sueño de lograr Justicia y terminar con los femicidios está en nuestras manos, que enlazadas nos dan la fuerza para seguir luchando.
Hoy N° 1950 15/02/2023