Nos dice Nehuen que “Con la vuelta a la presencialidad después de la pandemia, volvieron a aflorar distintos problemas, como la falta de espacio y problemas de infraestructura. La situación económica se agravó para los sectores populares, aumenta todo, y en las y los estudiantes esto se siente. Los ingresos de los padres de los compañeros no son los mismos, el tema de la falta de trabajo o los bajos salarios en aquellos que trabajan y estudian, todo eso hace que se complique continuar los estudios. Porque aumenta el boleto, se dispararon los precios los alquileres, la inflación en los alimentos ni hablar.
“Para una parte, que estudia lejos de su lugar de origen, el tema de los alquileres se ha puesto muy complicado, por los costos y por las exigencias que piden los propietarios.
A esto hay que sumar que las becas que hay no son suficientes, y el monto de las que existen no acompasan los aumentos de precios. Hay lugares donde no existen planes de becas.
“Si vamos a las cuestiones académicas, aparecen varios filtros. Uno tiene que ver con cupos en las materias. También hay correlatividades en bloque y no por contenido, como el CBC en la UBA, haciendo que sea más difícil avanzar. En otras facultades la limitación viene de la mano de bochazos masivos, con materias donde se reprueba al 90% de los que cursan.
“En varias facultades las bandas horarias son limitadas, y se hace casi imposible la cursada para los que trabajan. Esto en el medio del reclamo de los docentes por mejoras salariales, y por mayor presupuesto para la apertura de cátedras.
“Hoy el 90% del presupuesto universitario se destina a salarios. Y esto cuando el cálculo de las gremiales docentes es que con los últimos aumentos del gobierno, el salario docente estará en diciembre en promedio un 30% por debajo de la inflación. El grueso del ajuste pasa por el salario. Y también se ajusta el otro 10% que queda del presupuesto, ya sea en montos para becas, extensión universitaria, investigación, funcionamiento de la universidad, etc.
“Otro aspecto a analizar es que la virtualidad, que fue en el momento del pico de la pandemia necesaria para no perder las cursadas, ahora se transforma en otra variante del ajuste. En algunas facultades grandes se mantiene la cursada virtual en varias materias, y argumentan que eso es beneficioso para las y los estudiantes porque no gastan en traslados, cuando hay muchos lugares que no tienen boleto estudiantil, y otros gastos. Pero así esconden la falta de presupuesto y el ajuste.
“Nosotros siempre hemos planteado que hay que utilizar lo bueno de la virtualidad, siempre que no afecte la formación profesional. Esto se hace más agudo en algunas carreras como Medicina, porque hay lugares donde no se ha vuelto a una presencialidad plena ¿cómo te vas a formar como médico así?
“Frente a esta realidad, desde la CEPA venimos impulsando, en los centros y federaciones, con otras fuerzas políticas, una semana de lucha para que los estudiantes salgamos a reclamar. El centro es la necesidad de poder seguir estudiando, y desde ahí vamos a la discusión de que necesitamos más presupuesto.
“Cuestionamos el recorte de 70 mil millones de pesos que se hizo en Educación, que tiene que ver con pagarle al FMI. Planteamos que ese dinero, en vez de para pagarle al Fondo, se destine a solucionar las necesidades que tenemos, en lo que hace a becas, comedores y boleto estudiantil.
Salimos también en apoyo al reclamo salarial de la docencia universitaria, y en rechazo a las auditorías sobre las organizaciones sociales, con la participación de estudiantes universitarios. “Reclamamos que esas auditorías se las hagan a las empresas que más tienen, a esos que se fugaron miles de millones de dólares durante el macrismo, a los que se beneficiaron en esa época y hoy siguen ganando con la inflación y el ajuste.
“Impulsamos ir a los cursos en cada una de las facultades y de los institutos para proponerle a los estudiantes sumarse a esta semana en defensa de la educación pública. La propuesta concreta es sacar el curso afuera del aula.
“Por eso en esta semana estamos haciendo clases públicas, festivales, cortes de calle, grupos de estudio fuera de la facultad, distintas modalidades según la facultad. El centro es ir a los cursos a debatir estas propuestas, y que los y las estudiantes voten medidas de lucha en defensa de la educación pública”, concluye Nehuen.
Hoy N° 1931 21/09/2022
