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17 de agosto de 2020

La Pampa

Ser mujer, joven y originaria

Conversamos con Ayelen Morales, Lonko de la Comunidad Pillan Pullu We Eglentina Machado de La Pampa, quien nos comenta la realidad que atraviesan a diario frente a la pandemia de Covid-19.

-¿Cómo vivís ser mujer joven y originaria en la actualidad?

-Soy Lonko de la Comunidad Pillan Pullu We Eglentina Machado, integrante del Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha. Vivo con una enorme carga de responsabilidad porque soy trabajadora de la salud y la pandemia obliga a ayudar intensamente y cuidarse minuciosamente en el trabajo, en la vuelta a casa, en las relaciones que como autoridad originaria tenemos. Tengo un hijo y un compañero, como madre tenes que ayudarlo en las tareas escolares a distancia, que no es nada fácil, si bien mi compañero ayuda mucho en las tareas del hogar, igual debemos las mujeres tener la cabeza en las compras, la administración del poco dinero que cobramos, en fin, muchos días vuelvo del trabajo muy cansada, tenemos angustia, miedos, nada sencillo es sostener integralmente las tareas políticas, prácticas que hay que hacer todos los días.

En el marco de la pandemia de Covid-19 sociales en Santa Rosa, desde el Movimiento de Originarios en Lucha participamos en el sostenimiento del merendero René Salamanca, confección de indumentaria (barbijos, camisolines) para los agentes sanitarios y en la producción de hortalizas, junto a los compañeros y compañeras de la Corriente Clasista y Combativa.

 

-¿Cómo trasmiten su historia y tradiciones a las generaciones más jóvenes?

-En nuestra cultura es muy importante la palabra de cada uno de los integrantes de la comunidad, en especial de nuestros abuelos y abuelas, ya que ellos tienen la sabiduría de nuestros ancestros, esta es la primera fuente de la verdad sobre nuestra historia, también otra fuente importante es lo que han escrito o relatado nuestros enemigos, nuestros opresores porque en ello hay muchas mentiras pero también muchas verdades, y lo más importante es el relato de nuestros Machi, Chamanes que son la espiritualidad misma en la verdad de nuestras historia. Por eso estudiamos los tratados de paz de las Naciones y Pueblos Originarios con el Estado argentino ya que en ellos está plasmado parte de nuestra historia junto con la del pueblo argentino, de esta manera hemos podido descubrir de que muchísima de la bibliografía utilizada para educar a nuestros niños y niñas no cuentan la verdadera historia, tratando de invisibilizarnos, de borrarnos de ella, ya que la historia del Estado argentino es a raíz del avasallamiento y latifundio de nuestras naciones y pueblos preexistentes al mismo.

Por esta misma razón le transmitimos a las nuevas generaciones querer sus raíces, a sentir orgullo de su color de piel, de su cabello, de su lengua y cultura porque en cada uno de nosotras y nosotros están presentes nuestros ancestros quienes dejaron la vida luchando por nuestra tierra y territorio.

 

-¿Cuál consideras que es el lugar que mantienen las mujeres originarias dentro del movimiento de mujeres?

-El lugar que mantenemos las mujeres originarias dentro del movimiento de mujeres es importante ya que sufrimos la triple opresión hace siglos, por ser originaria, mujer, trabajadora, campesina, artesana, etc.

Hemos compartido junto a las mujeres del pueblo argentino grandes luchas por las reivindicaciones de las mujeres y los pueblos. Demostrando esa unidad, organización y lucha en los Encuentros Nacionales de Mujeres, en donde cada año con mucho sacrificio nos encontramos para compartir diferentes experiencias y llevarlas a nuestros lugares para compartirlas con las demás mujeres.

Para muchas de nosotras esta pandemia ha profundizado esta triple opresión ya que nos hemos encontrado con nuevas tareas como la de ser maestra de nuestros hijos e hijas sin tener nuestros estudios terminados, sin saber leer y escribir o sin entender el castellano, a su vez ha aumentado el porcentaje de hermanas víctimas de violencia y femicidio; además de crecer la desocupación hundiéndonos aún más en la pobreza, en muchos casos sin acceso a una vivienda digna ni tierras aptas y suficientes para nuestras comunidades, sufriendo la represión por resistir en nuestras tierras.

 

-¿Cómo enfrentan el racismo cotidiano?

-Personalmente no lo siento tanto, pero está muy metido en la sociedad, cómo será que muchas veces cuando un hijo se ensucia jugando decimos “este chico esta hecho un indio” con lo cual reproducimos sin querer dos palabras brutales de las clases dominantes, racistas y muy mentirosas que los indios eran salvajes y sucios, frente a la sociedad blanca opresora que sería civilizada y limpia. Pero aun cuando hoy hay muchísima sensibilidad en la sociedad hacia los originarios, y esto es muy positivo para nuestra lucha, aun dentro de esa sensibilidad está el concepto de “pobrecitos”. Es cierto que muchas naciones y pueblos estamos empobrecidas, pero ese concepto se refiere más a ser ignorantes, incultos, dóciles, casi incapaces. Esto debe reflexionarse mucho porque es una discriminación muy profunda, pues nuestras naciones han tenido y tienen una gran sabiduría integral en nuestras lenguas, cosmografía, la observación, la espiritualidad, lo militar, la agricultura, la ganadería, en sociedades comunitarias, hemos practicado una profunda democracia como sociedades. Por supuesto hierve la sangre cuando muchísimos hombres a veces sin querer, pero reproducen la palabra bruja para llamar a su novia, su esposa. Esto es terrible porque también vivimos viendo que hombres rocían de alcohol a mujeres y les prenden fuego, una reproducción de lo que hacían los ejércitos coloniales acompañados por la Inquisición de la iglesia católica cuando apresaban a nuestras machis, chamanes, las acusaban de diabólicas y las quemaban en una hoguera, llamándolas brujas. En la sociedad argentina existe una gran carga discriminativa, contra los “negros” que no son los de raza negra sino los mestizos de piel morena que es la mayoría de la población argentina, son negros de mierda, vagos, la palabra vago y mal entretenido está en la ley 7000 de Rivadavia que permitía a los intendentes desterrarlo del distrito. Escuchamos de mucha gente decir de los piqueteros que son vagos y atorrantes que no quieren trabajar y quieren vivir de arriba, estas palabras tienen más de 200 años y siguen discriminando, en nuestro lenguaje, duelen mucho y todos los días escuchas esto. Esta idea hay que desterrarlas de los textos educativos y todos debemos pensar antes de reproducirlas.

 

Hoy N° 1828 19/08/2020