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13 de septiembre de 2012

El 9 de septiembre se cumplieron 36 años de la muerte de Mao Tsetung, el máximo dirigente del Partido Comunista de China, que condujo a su pueblo al triunfo de la revolución en 1949, guiándolo hacia la construcción del socialismo. En su memoria reproducimos párrafos de un discurso suyo del 8 de septiembre de 1944, de despedida a un camarada muerto entonces en el derrumbe de un horno, que lleva el título que sirve de lema a nuestro semanario.

Servir al pueblo

Hoy 1436 / Hace 36 años murió Mao Tsetung

Todos los hombres han de morir, pero la muerte puede tener distintos significados. El antiguo escritor chino Sima Chien decía: “Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o menos que una pluma”. Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma. El camarada Chang Si-te murió por los intereses del pueblo, y su muerte tiene más peso que la montaña Taishan.

Todos los hombres han de morir, pero la muerte puede tener distintos significados. El antiguo escritor chino Sima Chien decía: “Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o menos que una pluma”. Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma. El camarada Chang Si-te murió por los intereses del pueblo, y su muerte tiene más peso que la montaña Taishan.


Servimos al pueblo y por eso no tememos que se nos señalen y critiquen los defectos que tengamos. Cualquiera, sea quien fuere, puede señalar nuestros defectos. Si tiene razón, los corregiremos. Si lo que propone beneficia al pueblo, actuaremos de acuerdo con ello. (…) Si, en aras de los intereses del pueblo, persistimos en lo que es justo y corregimos lo que haya de erróneo, nuestros destacamentos prosperarán.


Venimos de todos los rincones del país y nos une un objetivo revolucionario común. Necesitamos que la inmensa mayoría del pueblo marche junto con nosotros por el camino hacia este objetivo. En la actualidad, dirigimos ya bases de apoyo con una población de 91 millones, pero esto no es suficiente; se requiere más para liberar a toda la nación.


En tiempos difíciles, debemos tener presentes nuestros éxitos, ver nuestra brillante perspectiva y aumentar nuestro coraje. El pueblo chino está sufriendo; es nuestra obligación salvarlo, y debemos luchar con energía. En la lucha siempre hay sacrificios y la muerte es cosa frecuente. Pero, para nosotros, que tenemos la mente puesta en los intereses del pueblo y en los sufrimientos de la inmensa mayoría, morir por el pueblo es la muerte digna. No obstante, debemos reducir al mínimo los sacrificios innecesarios. Nuestros cuadros deben preocuparse por cada soldado, y todos los que integran las filas revolucionarias deben cuidarse entre sí, tenerse afecto y ayudarse mutuamente.

(Del Nº 5 de Cuadernos de difusión del marxismo-leninismo-maoísmo).