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18 de noviembre de 2013

Luego de que un grupo vinculado a narcos intentara apoderarse del galpón en el que funciona el comedor La Esperanza de la Chacarita, la CCC realizó una conferencia de prensa en la que se dejó en claro que no se trata de un hecho aislado y que la situación se agrava en nuestro país.

“Si nos tocan a uno, nos tocan a todos”

Conferencia de Prensa

Con la presencia de Juan Carlos Alderete (coordinador de la CCC desocupados), Julia Rosales (coordinadora de la CCC de la zona norte de Capital), Luciano Nardulli (coordinador de la CCC de la zona sudoeste de Capital) y el concejal electo de la ciudad Salteña de Urundel, Germán Caraita, se realizó una conferencia de prensa para repudiar el intento de ocupación del comedor La Esperanza de la Chacarita.

Con la presencia de Juan Carlos Alderete (coordinador de la CCC desocupados), Julia Rosales (coordinadora de la CCC de la zona norte de Capital), Luciano Nardulli (coordinador de la CCC de la zona sudoeste de Capital) y el concejal electo de la ciudad Salteña de Urundel, Germán Caraita, se realizó una conferencia de prensa para repudiar el intento de ocupación del comedor La Esperanza de la Chacarita.

El miércoles 13 la madrugada un grupo de más de 20 personas instigadas por distribuidores de drogas, se apoderaron con la complacencia de la policía de un comedor que da de comer a500 chicos todos los días. Gracias a la fuerza de los vecinos, de los compañeros de la CCC, de comuneros barriales y legisladores porteños de la oposición se logró recuperar el lugar.

Los dirigente de la Corrientes Clasista y Combativa, denunciaron que no se trata de hechos aislados, ya que pocos días antes de las elecciones también fue atacado el comedor que funciona Urundel (Salta), intentando amedrentar a quien finalmente resultara electo concejal, Germán “Gondi” Caraita. Manifestaron que de la mano del hambre y la falta de trabajo genuino, ha crecido la penetración de la droga y el narcotráfico en los barrios.

Juan Carlos Alderete reivindicó la solidaridad, el esfuerzo y la decisión política que tuvieron los compañeros de La Esperanza de recuperar ese comedor sabiendo que ya se venían sufriendo amenazas e intentos de ocupación desde hace mucho tiempo. “Como venimos diciendo públicamente, el narcotráfico se pone la careta de social para utilizar las necesidades de la gente que tiene problemas de trabajo y de hambre para comercializar ese  flagelo que tanto daño viene causando a nuestro hijos, a nuestros nietos y que está destruyendo a nuestra juventud”, remarcó.

El dirigente de la CCC mencionó que en muchas provincias y localidades se vienen soportando permanentemente estas amenazas. En este sentido relató que el día previo a las elecciones se destruyó el único comedor solidario que existe en Urundel al sólo efecto de que el compañero Gondi se bajara de su candidatura.

“Las organizaciones que estamos dispuestas a enfrentar este flagelo lo estamos haciendo medios solos porque sabemos muy bien la connivencia con la justicia, la policía, de jueces y del sector político también que tiene negocios con los narcotraficantes y por eso los cubren permanentemente”, denunció. “En ninguno de los barrios donde nosotros vivimos ningún vecino puede hacer denuncias porque saben que el primero que se entera de esas denuncias son los transas y lo primero que hacen es amenazar a esa familia”. Alderete concluyó señalando que  “estamos dispuestos a enfrentar este flagelo y también lo que se viene porque el sector político que nos hace esto quiere que nosotros abandonemos esta batalla y todos sabemos que se vienen cosas mas terribles de las que hemos sufrido hasta ahora”.

Por su parte, el concejal electo en Urundel por el PTP-PCR, Germán Caraita, agradeció el acompañamiento de la CCC y ratificó que “si tocan a uno, nos tocan a todos”. “Agradecerle de corazón a esta organización que nos dio esta oportunidad de podernos parar y enfrentar a los aparatos políticos allá en Salta y poder decir que este “chirete” sabe trabajar y se hace respetar”. Señaló que ya no querían saber nada de nadie, porque todas las organizaciones se aprovechaban de sus necesidades y después desaparecían.  “Hoy en día puedo decir que no me siento solo y porque hay una organización, la CCC, que también ha tenido esos objetivos por los que nosotros veníamos buscando y que hoy hemos encontrado porque también tienen la mirada que nosotros tenemos”.

A su turno, Julia Rosales, relató como fue creciendo el barrio de la Chacarita que en 2001 era “un baldío” y que se fue armando a partir de las necesidades de la gente que fueron construyendo sus ranchitos e instalándose con sus familias de forma precaria. . “Después empezó a caer más gente, en el 2003, 2004, 2005 se empezó a llenar, a crecer para arriba y también con ellos vino un grupo que hizo negocios con nuestros hijos (…) nosotros lo veíamos crecer, ponerse gorditos y a los ocho o nueve años eran zombies que caminaban en la villa, llenos de paco, escondiéndose atràs de la canchita para poder fumarse o poder llenarse de porquería para olvidar las angustias y la desesperación”.

Rosales indicó que con el comedor empezaron a resolver un problema de hambre, pero era un problema mucho más grande, sumado a la grave situación derivada de la falta de vivienda. “Pasamos de tener 100 chicos comiendo a tener 200, y después 300 y ahora tenemos 500 comiendo en el comedor y no son todos todavía, porque tenemos en lista de espera a 300, 400 chico más”, señaló.  “Nosotros decimos “paleamos el hambre para seguir resistiendo”, nuestra organización es para organizarnos y pelear para salir a a la calle y cambiar esta situación. Nunca nos metimos con los distribuidores de drogas, una vez fueron unos, otra vez fueron otros, nunca nos metimos con ellos.  Entendemos que el estado se tiene que ocupar de sacar a esa organización, nosotros somos víctimas y son víctimas también aquellos que venden porque lucran con su necesidad”.

La referente de la CCC, zona norte, finalizó sus palabras llamando a la unidad de todos los sectores y organizaciones. “Nosotros estamos ahí nada más que para organizarnos y ser parte de ese torrente que quiere cambiar las cosas en la Argentina y juntos todos los vamos a lograr”.

Finalmente Luciano Nardulli se refirió a los medios de comunicación que, en sintonía con el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quisieron hacer pasar el hecho como una guerra de pobres contra pobres y hacer pasar a la Corriente Clasista y Combativa como una banda más. “La gente que estaba ahí adentro son víctimas y víctimarios por el tema de la droga que además lo usaron como taparrabos para hacer operaciones no solamente inmobiliarias, porque ya tenían loteado, sino también para seguir avanzando sobre el control de toda la zona”, denunció. Además remarcó que no fue Berni quien resolvió el problema, como quiso aparecer en los medios, sino que luego de los enfrentamientos de la gente que defendía el comedor con la policía, un grupo del que participaban él, el comunero Carlos Méndez y el ex legislador porteño Di Fillipo quienes forzaron la negociación con las personas que estaban en el comedor para que lo abandonaran.  “Nos dijeron que estaban en situación de calle, pero no era el comedor que tenía que resolver el problema, sino era el Estado tanto nacional como de Capital”.