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02 de octubre de 2010

“Hechos sí, promesas no”, reclaman los acampantes al gobierno del Chaco, para que no sea el pueblo el que pague la crisis.

Sigue el acampe en Resistencia

Hoy 1279 / Tras cinco días de marcha multisectorial en el Chaco

Habiendo recorrido 220 km a pie desde Pampa del Indio durante 5 días, más de 3.000 personas llegaron el martes 4 a la rotonda de acceso a la ciudad.
Centenares de compañeros de la CCC del Gran Resistencia y otras organizaciones de desocupados, de los Centros de Estudiantes de Arquitectura, Humanidades, Bellas Artes y parientes de los marchantes, los recibieron con aplausos, sirenas, bombos y lágrimas. Se hizo un acto de bienvenida y se armaron las carpas una vez más para descansar.
El miércoles a las 9 de la mañana se comenzó a marchar para entrar a la capital, recorriendo 7 kilómetros. Al frente, el cartel ya desgastado de tantas jornadas con la consigna “Marcha multisectorial provincial contra el hambre, por tierra, techo, trabajo, producción y federalismo”. En la cabecera, los dirigentes de las organizaciones que marcharon: Unión Campesina, Comisión Zonal de Tierras, Asociación Cacique Taigoyic, la CCC provincial, la Secretaría General de la FUNE. A ellos se sumaron los dirigentes de las organizaciones que confluyen y apoyan como la Federación Agraria Argentina del Chaco, de organizaciones de desocupados del Gran Resistencia, y las delegaciones de representantes nacionales de la CCC (Amancay Ardura con una delegación de La Matanza, Zona Sudoeste de Capital Federal, Misiones y Corrientes), Gladys Roldán en nombre de Amas de Casa del País, integrantes de la FNC como Asoma, Approcener y la Unión Campesina de Corrientes.
A su paso, los 16 movimientos de desocupados del conurbano esperaban en distintas esquinas y se unían engrosando el caudaloso río de bronca y combatividad, sumando –según los medios– 7 mil  personas que al grito de “hechos sí, promesas no”, recorrieron por la calle el perímetro de la Plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de Gobierno. Ante un vallado con centenares de policías, se armó un improvisado escenario para el acto.
Campesinos pobres, criollos y originarios del interior, trabajadores desocupados de la CCC de distintos lugares de la provincia con su cansancio marcado en el rostro, pero con la alegría de haber logrado el objetivo de hacer sentir en la capital la presencia y el grito de las necesidades más profundas del Chaco.
Son hombres y mujeres valientes, en su mayoría jóvenes, también ancianos y niños, que tras soportar el frío, el sol y el viento llegaron a la capital de Chaco para exigirle a Capitanich medidas concretas.
“¡No duele! ¡No duele!”, así era alentada la cabecera por una compañera de la CCC de Las Palmas y también por los bocinazos de los vecinos de Resistencia, por los comerciantes que –pese a los rumores que los “servicios” del gobierno hacían correr para contrarrestar el apoyo– salían a aplaudir. “Yo estoy con ustedes y con lo que hagan” manifestaba una comerciante.
La crisis golpea a todos los sectores populares, la coparticipación está al rojo y según el gobernador faltan 350 millones de pesos para cerrar los números hasta fin de año. Está en debate la magnitud de la crisis, algunos ya lo saben y son los convocantes a esta marcha, otros empiezan a preocuparse y cada día que pasa esas preocupaciones crecen y van a la lucha los docentes, los judiciales, toman medidas las organizaciones médicas que no cobran las prestaciones, los campesinos medios están paralizados. Los tiempos no son los mismos y algunos creen que todavía van a poder lograr algo solos, pero en forma creciente se ve la necesidad de confluir y unirse alrededor del documento y profundizar el programa, buscando medidas de lucha que se puedan articular, como el acampe con paros, actos y marchas multisectoriales.
La bronca es muy grande y los motivos también. Pasadas las elecciones, Capitanich –“el preferido de Cristina K”–, anunció que se deben hacer ajustes y pedir créditos, para los docentes y estatales no tiene plata, no desarrolla una política hacia los pequeños y medianos productores, ni cumple lo que firmó con las organizaciones. Pero sí dispuso para la remodelación, repavimentación e iluminación del aeropuerto concesionado a Eurnekian, la canalización del río Bermejo, para regarle a este mismo empresario 25 mil has.

Hechos sí, palabras no
A la llegada se escuchó el documento multisectorial acordado para la confluencia (Ver en Internet) y las palabras de 23 oradores, dirigentes de las organizaciones que vinieron marchando y de las que confluyeron en la rotonda de acceso a la capital de la provincia, con algunas ausencias involuntarias por las dificultades producidas en el ingreso y algunas provocaciones que se debieron sortear.
Hablaron Mártires López (Unión Campesina del Chaco); Víctor Gómez (Comisión Zonal de Tierra); Luis Venegas (Asociación Cacique Taigoyi); Rodolfo Schwartz (PCR); Mónica Figueroa (CCC Castelli); Félix López (Organización de Pueblos Originarios Castelli); Reina Gómez (CCC Las Palmas); Jorge González;(CCC Gral. San Martín); Agustín Romero-CEPA (Sec. gral. FUNE); Rubén Balovera (presidente FUNE Franja Morada); Alejandra, estudiante de Medicina de La Plata que marchó 220 km; Roberto Polich dirigente de Federación Agraria Argentina, regional Chaco; Amancay Ardura (coordinador nacional de la CCC); Horacio Aquino de CUBa; Jacinto Díaz de 17 de Julio; Daniel García (PO); Monzón de la agrupación de ladrilleros; Margarita Peñailillo responsable de pueblos originarios de la CCC; Néstor Villacorta (Asoma, La Plata); Felipe Serrano, Unión Campesina Castelli y de Corrientes.

Inicio del acampe
Se inició el acampe con un despliegue organizativo multitudinario y esforzado. Desde el comienzo fue llegando la solidaridad de los comerciantes. Las radios solicitaban alimentos, medicamentos y pañales. Metros y metros de plástico se ocuparon para la construcción de carpas para alojar a más de dos mil personas. Importante papel han cumplido en estos días los estudiantes de Arquitectura de la UNE y de Medicina de La Plata y Rosario, quienes asistieron sanitariamente y logísticamente en la marcha y el acampe.
El primer día de acampe el gobierno anunció que recibiría a los marchantes con cuatro funcionarios de segunda línea pero con históricas relaciones con los pueblos originarios. Se les respondió que sólo entrarían a Casa de Gobierno para hablar con el gobernador. Los funcionarios bajaron con un escritorio y sillas a la plaza y preguntaron si podían trabajar ahí para controlar el estado de situación, cosa que se inició.
Durante la segunda jornada, bajo una carpa gigante se montaba la cocina para alimentar a todos. Una veintena de mujeres y hombres correteando con las ollas, con los quehaceres: “porque esto va para largo compañeros, y para resistir tenemos que estar bien alimentados. Pero tiene que estar centralizado en una cocina”, argumentaba uno de los organizadores.
En los entretiempos, se forman pequeñas asambleas de parajes en las que se discute la organización, el comportamiento y el orden. Mientras que el fútbol de los más jóvenes transcurre a toda hora, al igual que el mate con la torta frita para quienes se quedan conversando al resguardo de una carpa. También están los familiares que viven en Resistencia, que se dan una vuelta, para ver cómo está el pariente, o si éste necesita de algo.
No faltan las conversaciones sobre cómo serán los días que vendrán y las comparaciones con los acampes anteriores. Porque muchos de los presentes consiguieron cambiar su situación con la lucha. Esa es la experiencia que tienen: el haber conseguido la tierra, la luz, el agua, la casita, la semilla, todo o algo, gracias a la lucha.  
El viernes 7, arribaban con su arte solidaridario el misionero Joselo Schuap, el chaqueño Lucas Segovia y el portorriqueño Manuel Obregón (de la orquesta Río Infinito), quienes con su chamamé hicieron resonar los típicos sapucai y se armaron parejas de baile… así se condimentaba esta jornada de lucha.

La difícil tarea de tejer la unidad
“Que no nos dividan a los campesinos pobres con medios y con desocupados, a los originarios con los criollos, al interior con la capital, porque las cajas del gobierno están en quiebra para el pueblo, pero nunca para los poderosos”, a esto habrían arribado una veintena de organizaciones en el segundo día de acampe, cuando del gobierno mandaba a cuatro de los suyos para conversar con las organizaciones nuevamente.
Mártires López, presidente de la Unión Campesina expresaba: “Hoy el gobierno pagó algunos contratos, para que así volvamos a nuestras casas. Quizás el gobierno traiga soluciones para los campesinos solamente, pero no sólo hay necesidades en el campo. Sabemos que todos los movimientos y agrupaciones tienen necesidades que no tienen respuestas, le dan un papel firmado y no resuelven nada”. Y continuaba: “Entonces tenemos que unirnos todos los que vinimos caminando y todos los que son de Resistencia y hacer un solo reclamo y no levantar este acampe hasta que se solucionen todos y cada uno de los reclamos”.
Así, las organizaciones decidían avanzar en la discusión de un programa conjunto, masificar el acampe y que ninguna organización realice negociaciones con el gobierno por separado. De este modo, le informaban al gobierno que para comenzar a conversar, éste debía resolver medidas urgentes de salud: una carpa sanitaria y ambulancia a partir de las 7 hs. del viernes 7 y baños químicos para poder seguir conversando. “Es un dolor que después de recorrer 220 km el gobierno no haya mandado ni un batán de agua, cuando dice estar preocupado por la salud… nadie camina tanto para venir al hospital de Resistencia”, se escuchó entre las opiniones. Además se exigía la libertad inmediata al joven Milton Fernández de 24 años, que arrestaron cuando se dirigía a cobrar a un banco, cerca de la movilización y que luego fue liberado.

El gobierno juega a dividir
El gobierno dijo que se cambiaron las leyes del juego y fueron para Pampa del Indio.
La falta de masificación del acampe por parte de las otras organizaciones que se habían comprometido, requirió reuniones conjuntas el día sábado para evaluar la situación, hacer los ajustes necesarios y ver cómo seguir. La condición de la unidad se debe dar en los hechos con la participación activa en el acampe de los otros movimientos de desocupados, de lo contrario no se realizarán las entrevistas en conjunto. Esto está en discusión.
El domingo, con lluvia y a partir del mediodía con un poco de sol, se iniciaron los preparativos para los festejos del día del niño con aportes de distintos sectores. Hubo chocolate para más de 600 chicos y también para los grandes, facturas, títeres, payasos y castillos inflables que llenaron de alegría a los nenes y a sus madres. En largos rollos de papel en el suelo pintaban y dibujaban apoyados por los estudiantes universitarios y de Bellas Artes.
El lunes, al cierre de esta edición, los medios registraban que los interlocutores mandados a la plaza estuvieron en Pampa del Indio entregando títulos de tierras (que son una mentira), utilizando a los sectores oficialistas que están en contra de la lucha, en una jugada divisionista y vergonzosa del gobierno que no tiene iniciativa para resolver.
Mientras Capitanich se ausenta de la provincia hasta el miércoles, se realizan grandes esfuerzos para ampliar la unidad con los más vastos sectores para iniciativas conjuntas en los próximos días. La situación es crítica, el gobierno nacional no afloja y parece ser que el gobernador pasó a ser menos considerado por la presidenta. Se puede precipitar una crisis política por la falta de respuestas a las demandas que crecen. El Chaco puede ser un caso testigo de lo que se viene para las demás provincias y se sigue acumulando fuerzas para terciar con independencia en medio de las disputas por arriba entre oficialistas y “opositores” y dentro del oficialismo.