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29 de octubre de 2014

Los trabajadores toman en sus manos la defensa de su fuente de trabajo. Por una reestatización ya.

Sigue la lucha de Emfer y Tatsa

ASEGURAR EL TRABAJO PARA TODOS

El martes 21/10, con la noticia de la quiebra de TBA (empresa del grupo Cirigliano que tenía las concesiones de los ferrocarriles Sarmiento y Mitre cuando la masacre de Once), la otras empresas de este grupo, Emfer y Tatsa aparecieron cerradas. Inmediatamente los compañeros metalúrgicos forzaron su entrada a la planta y acordaron cortar la Av. Gral. Paz.

El martes 21/10, con la noticia de la quiebra de TBA (empresa del grupo Cirigliano que tenía las concesiones de los ferrocarriles Sarmiento y Mitre cuando la masacre de Once), la otras empresas de este grupo, Emfer y Tatsa aparecieron cerradas. Inmediatamente los compañeros metalúrgicos forzaron su entrada a la planta y acordaron cortar la Av. Gral. Paz.
Larga es la lucha que vienen llevando adelante los trabajadores por la reestatización de la principal empresa para la fabricación de material ferroviario eléctrico, en defensa de su fuente de trabajo y de las muchas conquistas que lograron, junto a su Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados.
El corte tuvo respuesta inmediata desde el gobierno, los delegados fueron citados al Ministerio de Trabajo que continuó al día siguiente, donde el gobierno “K” acercó una propuesta a los compañeros de ambas plantas.
Esa propuesta consistiría en el traslado de los trabajadores a las líneas ferroviarias, principalmente la del Sarmiento y el Mitre preservando su antigüedad y sus salarios, mientras mantiene la negativa de reestatizar la que fue la fábrica Gral. San Martín de Fabricaciones Militares.
Esta propuesta, de concretarse formalmente, tendría el aval de los trabajadores, de acuerdo a la asamblea que se realizó después de las negociaciones que mantuvieron los delegados.
Hemos dicho, en otras notas, que las características de la lucha de Emfer y Tatsa  fueron cuatro; la unidad de los trabajadores, los delegados al frente de la lucha, un objetivo claro y la ocupación de la fábrica. Una lucha que lleva ya más de seis meses y donde después de cada golpe que dieron los compañeros con su lucha abrieron las negociaciones con el gobierno y así pudieron avanzar.
Desde las primeras posiciones del Ministerio de Trabajo, afirmando que era un “problema entre privados”, hasta la posición de Randazzo que dijo “a los trabajadores de Emfer no los quiero ni ver”, y Antonio Caló (secretario de la UOM y la CGT oficialista), proponiéndoles formar una cooperativa sin acercarse nunca a San Martín. Con la lucha se pudieron lograr pasos positivos.
Primero el gobierno se hizo cargo de los salarios y ahora las negociaciones se llevan adelante en el Ministerio de Transporte. La firmeza de los compañeros, a pesar de las maniobras de la patronal, pretendiendo vaciar la fábrica y las del gobierno para desgastar la lucha, se mantuvo fuerte y estuvo rodeada de una gran solidaridad.
Frente a la crisis que el gobierno kirchnerista descarga sobre los trabajadores asegurarse el trabajo para todos es un gran paso adelante. Muy diferente a la situación general que atraviesan los metalúrgicos, con miles de suspensiones y cientos de despidos, mientras Caló, desde las primeras filas de los actos oficialistas, aplaude esta política antinacional y antipopular.
 
Defender el patrimonio nacional
Cuando decimos que una de las características de la lucha de EmFer y TAT S.A. que tiene un objetivo claro, nos referimos a la reestatización de la fábrica, objetivo que además de defender la fuente de trabajo, apunta a la defensa del patrimonio nacional, que incluye a la planta y a la gran experiencia que acumulan los metalúrgicos de estas empresas para un desarrollo independiente y soberano de la industria nacional.
A ese objetivo se llegó después de muchas polémicas, todas hechas en forma democrática y con mucha pasión. Polémicas donde estuvo planteada una vieja discusión que desde hace años se viene dando en el movimiento obrero, sobre si los trabajadores tenemos que ser los abanderados de la defensa del patrimonio nacional o esa cuestión no es indiferente.
Hoy Emfer y Tatsa  están sin trabajo, Fadea, la fábrica de aviones en manos de La Campora está prácticamente parada, se reparan 1,6 aviones por año y no se produce ninguno nuevo. No tenemos una flota naval y los Astilleros Río Santiago no tienen trabajo. Mientras tanto compramos trenes a los chinos, aviones a los brasileros y seguimos alquilando barcos para el transporte fluvial y así podríamos seguir.
Sin embargo de estatizó Ciccone, con el escándalo de corrupción en el que está implicado el inefable Boudou y hace pocos días se estatizó también la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, desgraciadamente salpicada su rica y heroica historia por los escándalos de los hermanos Schokclender.
Para los amigos y para los negocios se puede, para la defensa de nuestra industria no hay plata, mientras de paga la deuda ilegítima al Club de Paris, al Ciadi y a Repsol. Y todo hace suponer que pronto va a suceder lo mismo con los fondos buitre.
Por eso esta lucha por la reestatización de Emfer y Tatsa debe continuar. Necesariamente para poder ganarla se va a necesitar torcer el rumbo de esta política y esta tarea necesaria debemos llevarla adelante todos los que estemos dispuestos a defender el trabajo, el salario y el patrimonio y la industria nacional.
Metalúrgicos, ferroviarios, obreros navales, trabajadores del Estado y privados, organizaciones sociales de desocupados, estudiantes y profesionales, todos los que estemos dispuestos a luchar para hacer posible lo necesario construyendo un proyecto político que una a todas las fuerzas verdaderamente populares y antiimperialistas.