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12 de junio de 2013

Han pasado diez días del comienzo de los enfrentamientos entre sectores populares turcos y el gobierno del primer ministro Erdogan.

Sigue la rebelión en Turquía

Exigen la renuncia del primer ministro

Con el costo de tres muertos oficialmente reconocidos, centenares de heridos y miles de detenidos, hasta ahora el gobierno no ha podido desalojar la plaza de Taksim, en Estambul, convertida en el centro de una protesta que se extiende por todo el país.

Con el costo de tres muertos oficialmente reconocidos, centenares de heridos y miles de detenidos, hasta ahora el gobierno no ha podido desalojar la plaza de Taksim, en Estambul, convertida en el centro de una protesta que se extiende por todo el país.
Lejos quedó el reclamo original de impedir la destrucción de un parque para la construcción de un centro comercial. Las demandas, diversas, y en las que confluyen distintos sectores sociales, tienen un centro, que es la renuncia del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, responsable principal de la reciente represión, y de la creciente fascistización de la sociedad. Esto se expresa en el rechazo a la injerencia religiosa en la educación pública, y a la prohibición del consumo de alcohol. La extensión de la lucha, en el tiempo y en toda la geografía turca, han sacudido a las clases dominantes y al gobierno turco.
A las movilizaciones, que se repiten en todas las ciudades, con decenas de miles en las calles, la semana pasada se sumó una huelga general de 48 horas (4 y 5 de junio), convocada por la Confederación de los Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK), la Confederación de los Sindicatos Revolucionarios de Trabajadores (DISK), el Colegio Oficial de Médicos de Turquía (TTB) y la Unión de Colegios Oficiales de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB) en apoyo a las demandas de los manifestantes. La huelga tuvo gran repercusión en toda Turquía. Cientos de miles de trabajadores se han manifestado en las calles de las principales calles del país, Ankara, Estambul, Antalaya, Samsun, Adana.
Medios europeos consignan la creciente participación de las mujeres en el movimiento de protesta; miles de turcas se movilizaron el viernes en Taksim al grito de “Cállate Erdogan, ahora hablan las mujeres”. El movimiento femenino en Turquía demanda que el gobierno dé marcha atrás con los proyectos para prohibir el aborto, y protestan ante el creciente acoso a las trabajadoras en los lugares de empleo.
La represión ha continuado, pese a declaraciones “pacificadoras” de funcionarios del gobierno en los últimos días. Según el colegio de Médicos de Turquía se calcula que hay alrededor de 4.117 heridos, tres de ellos en estado crítico, diez han perdido un ojo y quince ha sufrido traumatismos craneales. Al comienzo de la lucha, Erdogan se comportó de manera soberbia, diciendo que los manifestantes eran “docenas de saqueadores”, y había amenazado con movilizar a sus partidarios.

Crecimiento económico
para los “de arriba”
En los últimos días se conocieron datos sobre la economía de Turquía, que ayudan a comprender lo que está por detrás del gran levantamiento popular de estos días. Según el propio instituto de estadísticas oficial (TSI), la tasa de desempleo en Turquía en noviembre de 2011 fue del 9,1%, es decir 2,5 millones de personas. Otras fuentes indican que el desempleo real es del 16%. En el caso de los jóvenes entre 15 y 24 años, hay cerca de 30% de desempleados, según afirman sectores de izquierda. Turquía ha pasado en estos años por un “boom” económico, que ha hecho que su PBI sea uno de los de mayor crecimiento. Sin embargo, esto no se ha traducido en mejoras para millones de trabajadores. Cerca de 12 millones de turcos reciben algún tipo de ayuda social por parte del Estado.
Los trabajadores formales se endeudaron en forma creciente (el 45% con hipotecas), las que cada vez menos pueden pagar. Los “morosos” pasaron de 1,1 millones en 2008 a 1,6 millones en marzo de 2011. Ha crecido el empleo informal a niveles desconocidos, particularmente en el sector servicios. Según datos oficiales, son 3 millones 535 mil los trabajadores en el empleo informal en el 2010, sobre un número total de empleados es de 13 millones 762 mil. Uno de cuatro trabajadores turcos está en negro, sin beneficios sociales.
La política del actual gobierno ha llevado a Turquía a ser uno de los cinco principales países de la OCDE en el mundo con la brecha más profunda entre el 10% más rico de la población y el 10% de los más pobres, junto con Chile, México, Estados Unidos e Israel.

“Hombro con hombro”
La izquierda, presente en las movilizaciones populares, como hemos conocido por diferentes declaraciones, y por el ondear de banderas con los retratos de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao y el Che, viene planteando una serie de demandas, reivindicando como lema “hombro con hombro contra el fascismo”. A lo que se suman distintas organizaciones del pueblo kurdo.
Muchos coinciden que la “ola de fondo” que se ha levantado contra el gobierno de Erdogan tiene causas profundas, y se extenderá en el tiempo, a la vez que mantienen entre sus principales reivindicaciones: la cancelación de proyectos relacionados con la demolición de Gezi Park y el Centro Cultural Ataturk, la libertad para los presos durante la resistencia y la retirada inmediata de todos los cargos en su contra. Castigo a los responsables de crímenes contra el pueblo. Que cesen la censura informativa y las limitaciones al derecho de reunión.