El 7 de julio se realizó un silbatazo en la Peatonal de San Miguel de Tucumán. El mismo fue organizado por la Casa de las Mujeres Norma Nassif, el Instituto de Psicología Social y el Epasi (Asociación contra el abuso sexual infantil).
A las 10.30 en punto los silbatos comenzaron a sonar. El sonido se hizo tan estruendoso que tapó el de los motores y bocinas de los autos que circulaban. Las mujeres manifestamos para hacer público los abusos a que somos sometidas en las calles, y exigiendo un mayor compromiso político para evitar la violencia y los malos tratos que reciben muchas mujeres en nuestra provincia.
Parar la impunidad que reina frente a los robos, que en caso de las mujeres va asociado al abuso nos convocó en esta jornada de denuncia, que propone organizarnos para parar las agresiones. Sabemos que esto no se resuelve con más policía, ni con políticas de seguridad más duras. Convocamos a la solidaridad, a hacer públicas las denuncias.
Con la consigna “silbato versus silencio” planteamos que es tiempo de decir basta a los abusos, violaciones y agresiones que sufrimos todos los días. Es tiempo de unirnos. Es tiempo de tomar en nuestras manos las medidas que paren la violencia.
Con el silbato decimos que en caso de abuso o de malos tratos, las víctimas deben denunciarlo y no quedarse calladas. El silbato, que fue usado por las jóvenes cordobesas frente al violador serial, nos dio la idea de defendernos y unirnos frente a los agresores.
Se acercaron muchas mujeres planteando generalizar la experiencia en los barrios de todo el país, para parar los ataques a las mujeres asociados muchas veces a los asaltos y para que se convierta el silencio en solidaridad, convocando a que en cada barrio al oír un silbato salgamos a parar a los agresores.