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22 de febrero de 2012


Síntomas de avance de la crisis

Hoy 1407 / ¿Para qué se preparan las patronales?

En los últimos meses se ven síntomas de avance de la crisis en la Argentina. Según una de las consultoras que trabajan para las grandes patronales (Ferreres), el producto bruto interno (PBI) que había crecido el 8,2& en diciembre del 2010, bajó al 3% en diciembre del 2011. La producción industrial tendría una caída interanual del 1,3% en ese mismo mes, el aluminio una caída del 37%, la de automotores del 31% en diciembre y del 28% en enero. La construcción se habría desacelerado del 10% de crecimiento hasta setiembre del 2011, al 0,7% en diciembre de ese año y el 0,4% en enero, y el acero el 1,4%.

Esta y otras consultoras estiman, para este año, un crecimiento del PBI del 2% al 3,5%, muy por debajo de las “tasas chinas” del 2002 al 2007, del 8,5% al 9%, se desaceleraron en el 2008, habría caído un 3% o 4% en el 2009, se recuperó en el 2010. En el 2011, según Ferreres, el crecimiento se frenó al 6%, con una fuerte desaceleración en noviembre y diciembre. Y continuaría frenándose en el 2012 con un crecimiento del PBI entre el 2% y el 3,5%.

El otro problema que le preocuparía al gobierno es la falta de dólares para cubrir las necesidades del 2012. Se ha publicado ahora que la fuga de divisas sumó 21.504 millones de dólares durante el año 2011 (casi el doble que en el 2010). Para frenar esa suba, una de las medidas del gobierno fue ponerle freno a las importaciones. Esto amenaza con profundizar la desaceleración de las industrias que dependen de esas importaciones (más dependen cuánto más “armaderos” son, como las electrónicas y las automotrices). Otra medida fue frenar la demanda de los ahorristas.

El problema, para el gobierno, es que su presupuesto para el 2012 establece el pago de deudas por más de 5.000 millones dólares con las reservas de “libre disponibilidad” del Banco Central que ya no existen.

El otro “dato malo” es la desaceleración de la economía brasileña (el FMI estima 3% de aumento del PBI el 2012), a la que está atada la industria argentina. Y el segundo ajuste de Dilma Rousseff agravará esa desaceleración.