En su resumen ejecutivo, el informe del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES), correspondiente al segundo semestre de 2016, concluye que “la economía argentina se encuentra transitando actualmente una aguda recesión, con fuerte caída de la industria, la construcción y el consumo privado, mientras que la inversión aún no brinda señales importantes de recuperación. La actividad económica se ha retrotraído así hasta un nivel similar al que registraba a principios de 2011, y la industria hasta niveles de 2010, evidenciando una situación de estancamiento económico prolongado, que ha repercutido en el mercado laboral con una escasa creación de empleo en los últimos cinco años.
“El panorama para lo que queda del año continúa siendo poco promisorio. Resta confirmar si la economía tocó fondo en el segundo trimestre o mantendrá la senda bajista. En ese sentido, los indicadores disponibles del mes de julio no despiertan optimismo al respecto; se han registrado nuevamente agudas caídas del consumo, la construcción y en ramas centrales de la industria, como el sector automotriz y la siderurgia. En este último caso, resultará central el desempeño de la economía brasileña, que viene atravesando una profunda recesión, aún sin perspectivas ciertas de recuperación para 2017.
“Esta situación se verifica en medio de un cuantioso déficit fiscal y de un persistente descenso de las exportaciones, lo cual seguramente mantenga evaporado el saldo comercial y la cuenta corriente fuertemente negativa este año. Factores que se constituyen como un serio límite a la expansión de la actividad económica, en virtud de lo cual el gobierno recurre crecientemente al endeudamiento y a la emisión monetaria para solventarlos. (…)
“En este contexto local e internacional mucho más arduo que el registrado años atrás, y de un plan económico orientado en la línea del ajuste clásico, no se vislumbran elementos que permitan iniciar un nuevo ciclo de crecimiento sostenido, como aconteció con la recuperación post crisis de 2002, que se extendió –desplome en 2009 de por medio– hasta el año 2011, apuntalada por una situación mundial extraordinariamente favorable para nuestro país.
“De haber un repunte en la economía el año que viene, éste podría venir por el lado de una reactivación de la obra pública, del ingreso de capitales especulativos, más endeudamiento y lo que aporte la cosecha; en un probable contexto de apreciación cambiaria y menor inflación respecto de los altísimos niveles actuales que podría favorecer cierta recuperación del consumo. Para la gestión macrista, el escenario descripto implicaría “patear” para después de las elecciones la profundización del ajuste que reclaman amplios sectores del establishment, principalmente en torno a cuestiones como el enorme rojo fiscal y la “falta de competitividad” de la economía. En lo inmediato, las expectativas oficiales están depositadas en el blanqueo de capitales, con el objetivo de lograr un alivio –aunque sea transitorio– en el estrecho panorama del sector externo y fiscal durante el próximo año electoral”.
Extractado de: http://www.economiageres.com