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25 de abril de 2012

Se expropió el 51% de YPF a Repsol, tenemos que ir por el 100%, y la estatización de todos los hidrocarburos.

Soberanía energética

Hoy 1416 / Neuquen: “Hay que aprovechar para echar a las otras petroleras”

El gobierno nacional tomó la decisión de expropiar el 51% de las acciones de YPF. Con esta medida el Estado pasa a controlar la mayoría del paquete accionario sobre aproximadamente la tercera parte de actividad petrolera de nuestro país.

El gobierno nacional tomó la decisión de expropiar el 51% de las acciones de YPF. Con esta medida el Estado pasa a controlar la mayoría del paquete accionario sobre aproximadamente la tercera parte de actividad petrolera de nuestro país.
Es una medida muy importante, aunque insuficiente, de un altísimo impacto político en las masas obreras y populares, y en la esfera de la política en general. Esta medida es una parte, por las que infinidad de organizaciones populares, incluido nuestro Partido, venimos luchando desde hace más de 20 años, cuando enfrentamos las privatizaciones y la lucha por conseguir la plena recuperación de nuestros hidrocarburos, y por volver a la YPF de Mosconi.
Hoy YPF representa aproximadamente un tercio de la industria petrolera argentina (producción y reservas). Tiene ahora mucha menor cantidad de gente especializada, menos equipamiento (equipos de perforación, oleoductos, unidades sismográficas, centro de procesamiento, flota de navíos, aviones, 2.000 estaciones de servicio menos, etc.), y por supuesto sin la infraestructura social que tenía en los pueblos petroleros (hospitales, escuelas, caminos, proveedurías, etc.).
La YPF actual ha sido vaciada y endeudada. Pero esta medida demuestra además, que no sólo era necesaria sino totalmente posible, por eso ahora viene la lucha por conseguir el 100% de YPF y recuperar para el Estado la totalidad de los hidrocarburos.
 
 

¿Por qué el gobierno tomó esta medida?
La gravísima situación energética de nuestro país, que este año nos hará importar energía por más de 12.000 millones de dólares, ha demostrado el fracaso de las políticas sostenidas en los últimos 20 años. Esto significa un déficit energético de 5.000 millones de dólares para el año 2012. La propia presidenta debió reconocer la inviabilidad de la economía argentina con este modelo energético, lo que obligó al gobierno a adoptar las medidas de expropiación de las acciones de la Repsol española en YPF.
Era absolutamente insostenible que mientras el secretario Moreno cerró la importación de muchos productos, para evitar la salida de dólares del país, se fueran por compra de energía semejante cantidad de divisas. Esto no sólo golpeaba el modelo económico del gobierno, demostrando su fracaso, sino que impactaba en plano político. En un momento en que pretende avanzar con el ajuste sobre el conjunto de los trabajadores y el pueblo, y que tejen en el seno del poder los planes de la re-reelección de Cristina.
Haber echado a la Repsol, y recuperado una parte de YPF produjo satisfacción en vastos sectores populares. Pero que nadie se engañe, no es que gran parte de esas masas no conozcan la complicidad que tuvo el kirchnerismo con la privatizaciones de los ‘90, su alianza hasta ahora con Repsol, el negocio de la incorporación de los Eskenazi, o de su responsabilidad en la política energética que nos llevó al desastre actual.
Todo el mundo sabe que el nuevo interventor de YPF, De Vido no es el general Mosconi, sino todo lo contrario. Esa situación no cambia, como sucedió en la asamblea informativa de los 4.000 petroleros del jueves 19, donde había alegría, y predominó una idea, “ahora hay que aprovechar para echar a las otras empresas”.
La situación del gobierno no es fácil, por eso tiene que hacer concesiones a los trabajadores. En esa asamblea el sindicato anunció que se tomarían 700 nuevos trabajadores como ayudantes de recorredores en los yacimientos y el cuarto boca de pozo, un reclamo muy sentido. Allí se ratificó que quedaban sin efecto los 336 despidos producidos el mes pasado, y que subían 24 equipos al campo.
Tampoco es cómoda la situación de Pereyra, que hace 15 días estaba alineado con Sapag y con Repsol oponiéndose a la expropiación de sus acciones, y hoy tiene que apoyar la medida.
 La lucha en curso
Ahora se hace necesario que el esfuerzo que van a realizar los trabajadores y el pueblo, no lo aprovechen los otros grupos petroleros. Está en juego el desenlace de esta situación. Por eso advertimos sobre las medidas que se pretenden tomar, por ejemplo la aprobación del artículo 17 de la nueva ley que discutirá el Congreso esta semana, que deja el camino abierto a un nuevo reparto de nuestros recursos entre los monopolios petroleros, en desmedro de los intereses del pueblo y nuestra Nación.
El gobierno nacional encaró una febril actividad para tentar a los monopolios mundiales del petróleo. Hablaron con Bulgheroni de Pan Americam, hay negociaciones con los chinos, con la Total, Exxon, Chevron, De Vido viajó a Brasil por Petrobras, etc. ¿Qué están ofreciendo a cambio de algunas inversiones? ¿Aumentar el precio del gas, del barril de petróleo, de los combustibles, libre disponibilidad de exportación? Todavía no lo sabemos, pronto se sabrá.
Son significativas las declaraciones del Grupo de los 20 y la Asamblea del FMI de que el conflicto con España es un tema de tratamiento bilateral entre los dos países. Es señal de que los españoles perdieron, y los otros vienen para ver con que se quedan.
Frente a esto los sectores populares necesitamos unificarnos en un gran movimiento de trabajadores petroleros, organizaciones gremiales, sociales y políticas que se plante y exija la estatización de nuestros recursos hirocarburíferos, para cerrarle el paso al nuevo reparto que se está pergeñando.
Por este camino podremos alcanzar la soberanía energética de la que tanto se habla, y que la perdimos por la política de los 90, y por la del 2003 para acá. Para volver a tener los hidrocarburos en manos del estado y una YPF como la de Mosconi, con control de los trabajadores, técnicos y profesionales que impida la corrupción y el vaciamiento de nuestros recursos. Solo así estarán al servicio del conjunto de los obreros, el pueblo y nuestro país.