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14 de noviembre de 2012

El siguiente es el texto de un boletín de fábrica de la Agrupación Clasista de Obreros de Renacer, de Tierra del Fuego.

Sobre el control obrero en la Cooperativa Renacer

Hoy 1445 / Como gestionan los trabajadores la fábrica recuperada en Tierra del Fuego

 

 

1. Antecedentes
1.1 Las revoluciones de 1848/51 en Europa
El Manifiesto Comunista se publicó en 1848. Comienza diciendo: “Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”. En ese mismo año, los obreros parisinos, que sufren en carne propia las consecuencias de la crisis agrícola, protagonizan una insurrección junto con la pequeña burguesía, que derrota al absolutismo. En el transcurso de la oleada revolucionaria y proclamada la república mediante el sufragio universal, la pequeña burguesía se pasa al campo de la burguesía y los obreros, aislados, enfrentan a la Guardia Nacional y son derrotados. Más de 3.000 obreros fueron asesinados y las conquistas fueron barridas con el ascenso de Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón. Pero la tormenta revolucionaria se expandió. Toda Europa recibió la influencia de la revolución estallada en París, que se extendió por gran parte de Italia, Suiza, el  y los estados alemanes. Otros países como España, Inglaterra, Rumania, Dinamarca, Grecia e Irlanda sintieron su impacto, aunque en menor grado. 
 
 
1.2 La Comuna de París
Esa revolución permaneció en la memoria colectiva de los obreros franceses. En el año 1870 Francia estaba en guerra contra Alemania. El pueblo de París estaba cercado, de un lado por las tropas monárquicas de Versalles, y en una pequeña porción por las tropas alemanas, que no se atrevieron a invadir la ciudad. Se produce entonces el alzamiento de los obreros y estudiantes, a los que se pliega la Guardia Nacional, y se instaura la Comuna, primer ensayo de Estado dirigido por el proletariado.
 
Este Estado abolió los privilegios de religión y de raza, quemó la guillotina en la plaza pública, condonó la deuda por alquileres de los obreros, estableció un gobierno revocable en cualquier momento por decisión de la Asamblea y se acordó que el sueldo máximo que podría percibir un funcionario de la Comuna, y por tanto los mismos miembros de ésta, no excedería de 6.000 francos (4.800 marcos). El 16 de abril de 1871, la Comuna ordenó un registro estadístico de las fábricas cerradas por los patrones y la elaboración de planes para ponerlas en funcionamiento con los obreros que antes trabajaban en ellas, organizándolos en sociedades cooperativas, y que se planease también la agrupación de todas estas cooperativas en una gran unión. [Resaltado nuestro]. (Léase La guerra Civil en Francia, Manifiesto de la Asociación Internacional de Trabajadores, redactado por Carlos Marx). El párrafo en resaltado bien podía haber sido escrito en el 2001 en la Argentina, año en el que la Comisión de Lucha alcanza la mayoría en lo que luego sería la Cooperativa Renacer de Ushuaia, primera fábrica autogestiva, cuyo ejemplo se extendería luego a todo el país, donde se fundaron más de doscientas empresas abandonadas por los patrones y recuperadas por los trabajadores.
 
Los consejos obreros parisinos, finalmente fueron derrotados porque no tomaron por asalto Versalles ni ocuparon el Banco Nacional. Pero su lucha no fue en vano. Marx, sabiendo que no estaban dadas aún las condiciones para la instauración de un Estado proletario, pero comprendiendo su enorme significación, dijo: “La comuna va a ser derrotada. ¡Viva la Comuna!” La Comuna dejó como enseñanza no sólo cómo debe ejercerse la democracia proletaria sino que se debe derrotar a la burguesía e implantar sobre ella un férreo control para que no se restaure su poder reaccionario. 
 
 
1.3 Los soviets
Luego de la revolución de 1905 se constituyen en Rusia los soviets de obreros, soldados y campesinos. La palabra rusa “soviet” significa sencillamente consejo o junta. Su creación no fue debida a la iniciativa de ningún partido ni grupo político, sino que fue obra espontánea de las masas durante el desarrollo de los acontecimientos revolucionarios. En su desarrollo, los soviets fueron finalmente dirigidos por el Partido Comunista bolchevique bajo la dirección de Lenin y conducidos al poder en octubre de 1917.
 
 
1.4 L’Ordine Nuovo y los consejos de fábrica turineses
Otro antecedente de la formación de los consejos de fábrica y el control obrero fue la gran huelga de los obreros turineses de la Fiat en 1920. El movimiento comenzó por una reivindicación por problemas de horario. El 28 de marzo cerraron las fábricas, contando con una fuerza de 50.000 soldados. El 3 de abril se declaró la huelga general, que llegó a ser cumplida por 50.000 trabajadores piamonteses de Turín y provincia, pero no se generalizó por toda Italia. “La organización de los Consejos de fábrica se basa en los siguientes principios: en cada fábrica, en cada taller, se constituye un organismo sobre la base de la representación (y no sobre la base del antiguo sistema burocrático), el cual realiza la fuerza del proletariado, lucha contra el orden capitalista o ejerce el control de la producción, educando a toda la masa obrera para la lucha revolucionaria para la creación del Estado obrero, el movimiento turinés de abril fue, en efecto, un acontecimiento grandioso, no sólo en la historia del proletariado italiano, sino en la del europeo y hasta, podemos decirlo, en la historia del proletariado de todo el mundo”. (Antonio Gramsci, El movimiento Turinés de los Consejos de Fábricas (Informe enviado al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista en julio de 1920).
 
L’Ordine Nuovo, periódico fundado por Antonio Gramsci, fue el inspirador de la doctrina –y parcialmente director en la práctica, de los consejos obreros.
 
 
2. El movimiento obrero en la Argentina
Renacer no brotó del aire. Detrás de esta fábrica está la historia internacional de consejos obreros, las grandes luchas de la clase obrera argentina –que siempre fue rebelde-, y los campesinos. Basta recordar el Grito de Alcorta, de 1912, la gloriosa huelga de los obreros de Vasena en 1919, la huelga de los obreros patagónicos de 1921 y muchas otras grandes luchas proletarias que confluyeron en el histórico Cordobazo y luego los consejos obreros del Smata de Córdoba dirigidos por el comunista revolucionario René Salamanca, uno de los primeros mártires asesinados por la dictadura de Videla. 
 
La enorme crisis desatada en la Argentina en forma paralela al triunfo de la Comisión de Lucha de Renacer culminó con la insurrección popular espontánea denominada “el Argentinazo”, a cuyo impulso se produjo la ocupación y recuperación, como se dijo, de más de doscientas empresas por los trabajadores. 
 
 
3. El control obrero en Renacer 
La historia de Renacer, que culminó con la inédita expropiación y donación por escritura pública de la fábrica a la Cooperativa, es suficientemente conocida. Baste decir que la Cooperativa logró el objetivo soñado por la Comuna (Véase punto 1.2) 140 años más tarde…
Los obreros de Renacer no conocían estos antecedentes, aunque traían desde sus pueblos y ciudades de origen los relatos de sus familias y amigos sobre algunas de estas luchas. Fueron el producto de una situación extremadamente original frente a la cual, un heroico grupo de obreros constituidos en la Comisión de Lucha, retomaron la bandera de la Comuna y escribieron la página del movimiento proletario más avanzada de nuestra época, sobre la cual se han escrito centenares de páginas tanto en la Argentina como en el exterior. (Véase, por ejemplo, el excelente testimonio de Elvira Corona, Laborare sensa Padrón, Ed. Emi, 2012, Cap. 5).
 
Renacer es, exagerando un poco los términos, la anticipación de un nuevo Estado. El control obrero tiene tres vertientes: la asamblea, la reunión de los coordinadores de fábrica y la sindicatura. Todos estos organismos ejercen el control sobre el Consejo de Administración, cuyos miembros se renuevan cada tres años mediante elección por voto secreto de los asociados (este año los obreros decidieron ese método). Son votados los candidatos que se auto proponen para ocupar los cargos, de acuerdo a una lista.
 
El Consejo se reúne semanalmente, a veces varias veces por semana. Con la periodicidad que requieren las alternativas de la producción, se realizan las reuniones de los coordinadores de sección junto con el Consejo. Sus conclusiones son inmediatamente transmitidas a todas las secciones.
 
La Sindicatura es ejercida por tres obreros orientados por un compañero profesional. Obviamente, la clase obrera dirige, los profesionales, si bien opinan, se someten a las decisiones de los obreros. Es novedoso –no conocemos otro caso del ejercicio efectivo de la sindicatura por obreros en otra empresa recuperada- y emocionante escuchar el informe mensual del movimiento de fondos a la asamblea, realizado por un obrero de la línea de producción, que realiza una minuciosa verificación de los comprobantes, tanto de su forma como de su contenido, y del movimiento bancario. 
 
La remuneración horaria es igual para todos los trabajadores, salvo para tres técnicos, que cobran un plus. En este terreno los obreros han actuado con amplitud de criterio, en tanto la conciencia política de estos compañeros no sea tan avanzada como para entender la remuneración igualitaria y en razón de la contradicción existente entre trabajo material e intelectual, que seguramente va a ir desapareciendo en la medida que con la incorporación de decenas de jóvenes, la próxima generación esté en condiciones de realizar trabajo manual y al mismo tiempo estar técnicamente capacitados para ejercer funciones en las cuales predomina el trabajo intelectual. 
 
Todos los obreros que integran el Consejo de Administración realizan trabajo manual, para evitar las tendencias al burocratismo. Estas tendencias estarán siempre latentes mientras el Consejo de Administración sea un “cuerpo separado”. De ahí que debe ser periódicamente juzgado y controlado por la asamblea, órgano a la que el Consejo rinde informes por lo menos semanalmente. 
 
La lucha contra las ideas burguesas –competitividad individual, chismerío de pasillo, enfrentamiento entre compañeros, acumulación de horas extras sin pensar en los demás, etc.-, es permanente. Estas ideas burguesas provienen de la inserción de la Cooperativa en el mercado capitalista, que mientras exista va a influenciar con su ideología a los compañeros. Lo importante es que estas contradicciones, que no son antagónicas sino que se producen “en el seno del pueblo”, como enseñaba Mao, sean puestas sobre la mesa y sean debatidas por el conjunto. El hecho fundamental es que aquí no existen dirigentes atornillados al sillón, que todos los informes se socializan y son patrimonio del conjunto.
 
Consideramos de suma importancia la educación y preparación de los jóvenes, para que crecientemente participen de las luchas, adquieran conciencia política y preparación técnica, y constituyan la fuerza de reemplazo de los “viejos”, en el camino de construir una sociedad liberada de la explotación.
 
 
4. Cooperativismo y lucha
Las palabras encierran un contenido de clase. Para un patrón, “revolución” es la peor palabra de todo el diccionario. Para un obrero, es un deseo y una esperanza que lo anima a agruparse y luchar. 
 
Lo mismo sucede con el cooperativismo. Los gobiernos “populistas” propician la agrupación de los obreros en cooperativas de trabajo para evitar o por lo menos atenuar la lucha sindical y política. Los llamados “socialistas utópicos” (Owen en Inglaterra, Fourier y Saint Simon en Francia) que simpatizaban con la clase obrera, en el siglo 18, proponían su cooperativización, repartiéndose equitativamente las ganancias, para evitarles las miserias de la explotación capitalista. Todos esos intentos fueron derrotados, las cooperativas terminaron siendo absorbidas por las leyes del mercado y por la oposición sistemática y las trabas opuestas por los parlamentos burgueses. El inglés Owen se convirtió -y luchó hasta su muerte-, en un ferviente defensor de la causa de los obreros.
 
En la actualidad, la formación de cooperativas de trabajo ha constituido una iniciativa formulada por el movimiento obrero desocupado y las fábricas recuperadas, por ser la forma que mejor se adapta a la recuperación de sus fuentes de trabajo, en unos casos, a la obtención de subsidios para la construcción de sus viviendas, en otros. 
 
También existen muchas cooperativas de chacareros, aunque en estos casos sus miembros son simples trabajadores que cambiaron de patrón, porque los miembros de los consejos de administración le compran la producción y se llevan la parte más grande de la torta.
 
Sin embargo, el cooperativismo no resuelve los problemas de la clase obrera, y así como constituye una gran conquista del proletariado y los campesinos pobres, no hay ninguna garantía de que no sean absorbidas por el mercado capitalista y por la ideología burguesa, como ha ocurrido en tantas ocasiones, o sean cooptadas por el gobierno de turno, como ocurre en este momento con las cooperativas y fábricas recuperadas cooptadas por el kirchnerismo. 
 
No obstante, hay cosas que nosotros tendríamos que aprender de algunas de esas fábricas, que realizan un intenso trabajo cultural e ideológico. Lo que nos cuesta comprender es que esta fábrica es producto de una intensa lucha política que duró doce años a costa de grandes sacrificios. Hemos podido sobrevivir porque ante cada momento de la lucha analizábamos cuál era el enemigo contra el que teníamos que apuntar, aislarlo y aprovechar sus contradicciones, golpeando junto con enemigos en ese momento secundarios. Por ejemplo, en la lucha contra el gobernador Colazo golpeamos junto con Cocaro. Luego, cuando Cocaro fue gobernador y no cumplió ninguna de sus promesas, fue el blanco de nuestras luchas. A su vez, nuestra alianza con Fabiana Ríos fue muy importante para lograr la expropiación y la escrituración de la fábrica a nuestro nombre. Eso no ha impedido que desde que asumió la gobernación no nos hayamos solidarizado con los trabajadores que luchan contra muchos aspectos de su política, muy en especial su política salarial, que está perjudicando a miles de trabajadores estatales. 
 
Nuestra cooperativa es conocida en todo el mundo. Periodistas y trabajadores de España, Italia, Francia, Alemania, entre otros, han venido a aprender de nuestra experiencia y han publicado libros en los que se dedican capítulos muy importantes a Renacer.
 
Sin la solidaridad del movimiento obrero argentino hubiera sido imposible lograr la expropiación. Cuando se discutió la quiebra en Buenos Aires, miles de obreros de la CCC manifestaron y acompañaron nuestra lucha, en varias oportunidades. 
 
El problema actual es que existe una especie de desconocimiento de todo ese proceso entre muchos de nuestros compañeros, como si el objetivo final fuera saber cuánto vamos a cobrar a fin de mes. Todavía solemos privilegiar el egoísmo personal en lugar de las necesidades del conjunto, sin darnos cuenta que el éxito no depende de la cantidad de horas extras que pueda hacer una persona, sino de la fuerza del conjunto por lograr los objetivos. Esto no quiere decir, por supuesto, que no se realicen los más grandes esfuerzos por alcanzar las metas de producción, trabajando muchas veces los sábados y feriados para lograrlo.
 
Es necesario que se promueva permanente el debate político e ideológico porque, como vimos, si no actuamos con astucia y como parte de lo más avanzado de la clase obrera, corremos un grave riesgo de ser derrotados.
 
Hay muchos compañeros que creen que el trabajo y la política no tienen nada que ver, que dentro de la fábrica hay que trabajar y fuera de la fábrica es donde se ventilan las convicciones, si es que uno tiene esas convicciones.
 
Eso es precisamente lo que los patrones y el Estado nos quieren hacer creer. Mientras tanto, ellos viven de la política, se enriquecen porque hacen política, no sólo los políticos sino muy especialmente los monopolios capitalistas y los terratenientes, que utilizan al Estado para llenarse los bolsillos y acentúan la enorme corrupción cuyas consecuencias termina pagando el pueblo. 
 
No comprendemos que así como hoy tenemos mucho trabajo, en algún momento podríamos dejar de tenerlo, ya sea por decisión unilateral de los monopolios o por una nueva crisis económica y política. ¿Estamos preparados para hacer frente a esta situación, que por otra parte ya hemos padecido en el pasado, y luchar por impedirlo? 
 
Somos una estrella brillante en el universo de los obreros. Pero sólo una. Si no somos conscientes de que tenemos que marchar junto a todos los obreros para luchar por un nuevo tipo de Estado, seremos derrotados. Si en cambio, nos unimos detrás de ese objetivo, seremos invencibles.