El sistema de comité del Partido es una importante institución partidaria que garantiza la dirección colectiva e impide que una sola persona acapare la gestión de los asuntos.
Recientemente se ha averiguado que en algunos organismos dirigentes (desde luego, no en todos) es práctica habitual que una sola persona acapare la gestión de los asuntos y resuelva los problemas importantes.
El sistema de comité del Partido es una importante institución partidaria que garantiza la dirección colectiva e impide que una sola persona acapare la gestión de los asuntos.
Recientemente se ha averiguado que en algunos organismos dirigentes (desde luego, no en todos) es práctica habitual que una sola persona acapare la gestión de los asuntos y resuelva los problemas importantes.
En lugar de la reunión del comité del Partido, una sola persona decide la solución de los problemas importantes, y los miembros del comité existen de hecho únicamente para cubrir las formalidades. Las divergencias entre los miembros del comité no logran resolverse y se dejan en suspenso por largo tiempo. Los miembros del comité del Partido mantienen entre sí una unidad tan sólo formal, y no real. Hay que cambiar esta situación.
De ahora en adelante, es necesario establecer un sano sistema de reuniones del comité del Partido por todas partes, desde los burós del Comité Central hasta los comités de prefectura del Partido, desde los comités de frente hasta los comités de brigada, así como en los órganos del Partido de las zonas militares (subcomisiones de la Comisión Militar Revolucionaria o grupos dirigentes) y en los grupos dirigentes del Partido de los organismos gubernamentales, de las organizaciones populares, de la agencia de noticias y de los periódicos.
Todos los problemas importantes (no, desde luego, los problemas insignificantes ni aquéllos cuya solución, ya discutida y acordada en las reuniones, sólo necesita ponerse en práctica) deben someterse al comité para su discusión, de modo que los miembros del comité presentes expresen sin reservas sus opiniones y lleguen a claras y precisas decisiones, que luego serán ejecutadas por los miembros correspondientes. Los comités del Partido inferiores al nivel de prefectura o de brigada deben seguir el mismo procedimiento.
En los organismos dirigentes superiores, también deben efectuarse reuniones de los cuadros dirigentes en los departamentos (por ejemplo, los departamentos de propaganda y los de organización), comisiones (por ejemplo, las comisiones del trabajo entre los obreros, entre las mujeres o entre los jóvenes), escuelas (por ejemplo, las escuelas del Partido) o servicios (por ejemplo, los servicios de estudios políticos).
Por supuesto, para no entorpecer el trabajo, es necesario procurar que las reuniones no sean demasiado largas ni demasiado frecuentes y que no se empantanen en la discusión de minucias.
En cuanto a los problemas importantes que sean complejos y en torno a los cuales haya discrepancias, es menester; además, que se realicen consultas particulares previas a la reunión; a fin de dar a los miembros del comité tiempo para reflexionar y de evitar así que las decisiones de la reunión se conviertan en simple formalidad o que no se llegue a ninguna decisión.
Las reuniones del comité del Partido deben ser de dos clases que no hay que confundir: reuniones del comité permanente y sesiones plenarias. Además, es necesario atender a que entre la dirección colectiva y la responsabilidad personal no se exagere cualquiera de ellas y se desatienda la otra. En el ejército, los jefes tienen derecho a tomar decisiones de urgencia durante las operaciones y cuando las circunstancias lo exijan.