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28 de abril de 2021

Zhou Enlai

Sobre el frente único

Extractos de un escrito del dirigente revolucionario chino Zhou Enlai, del 30 de abril de 1945

El frente único ha revestido formas y características distintas en los tres períodos: la Gran Revolución, la guerra civil de diez años y la Guerra de Resistencia al Japón. Sin embargo, trátese del primer período, del segundo o del tercero, el frente único ha sido siempre de nueva democracia, ya que ésta constituye la base política para el frente único en estos tres períodos.

El frente único de nueva democracia es un frente único antiimperialista y antifeudal de las amplias masas populares bajo la dirección del proletariado. Como lo ha expuesto con toda claridad el camarada Mao Tsetung, para crear un sólido frente único de nueva democracia es preciso tener una visión nítida de los tres problemas siguientes: el campo enemigo, las filas del frente único y el “comandante en jefe”. En el curso de desarrollo de la revolución, por efecto de los frecuentes cambios operados en las relaciones entre nosotros y el enemigo y en la composición de los campos contendientes, la situación varía a menudo, de modo que el problema del frente único presenta un cuadro sumamente complicado. Al estudiar las experiencias y lecciones en materia de frente único, debemos tener en cuenta estos tres aspectos indicados por el camarada Mao Tsetung.

 

El campo enemigo

Hablaré en primer lugar sobre el campo enemigo. Los enemigos de la revolución de nueva democracia son el imperialismo y las fuerzas feudales. Esta es una aseveración válida para todo el período de esta revolución. Pero, debido a que el imperialismo no es uno solo, que los grandes terratenientes y la gran burguesía del país se dividen en distintas fracciones y grupos y que, además, estos enemigos carecen a menudo de unidad, el campo enemigo está sujeto a cambios. Por consiguiente, identificar con acierto a los enemigos no es tarea sencilla, sino complicada. (…)

En estos veinticinco años de lucha revolucionaria, se nos han presentado, en lo tocante al frente único, cambios tan numerosos, tan grandes y tan complicados que han exigido de nosotros la cabeza despejada y la capacidad para investigar, estudiar y analizar los problemas surgidos. El pensamiento representado por el camarada Mao Tsetung nos permite conocer correctamente los cambios de las contradicciones en el curso de desarrollo de la historia, identificar y analizar en todo momento al enemigo y formular justas políticas para vencerlo. En cambio, las diversas tendencias oportunistas de “izquierda” y de derecha se caracterizan por su nebulosidad en esos puntos y por los numerosos errores que cometen, antes que nada, en el problema de cómo identificar al enemigo y enfrentarlo. Los errores de derecha consisten generalmente en tomar al enemigo por amigo. (…) Los errores de “izquierda” consisten comúnmente en tomar al amigo por enemigo. (…)

Bajo determinadas condiciones, algunos de los enemigos nuestros tienen doble carácter. Cuando nos unimos con ellos en el frente único, los camaradas imbuidos de puntos de vista de derecha sólo ponen los ojos en su susceptibilidad de ser unidos, echando al olvido su esencia reaccionaria. (…) Los camaradas con conceptos “izquierdistas”, perdiendo de vista los cambios que se operan en la coyuntura de viraje, sólo se fijan en la naturaleza reaccionaria de esos enemigos y pasan por alto su susceptibilidad de ser unidos. (…)

El campo enemigo se presta a cambios. Es idea derechista considerar aún como amigo al que ayer lo era pero que hoy se ha convertido en enemigo. (…) El enfoque “izquierdista”, en cambio, se caracteriza por seguir considerando como enemigos a los que, aunque lo fueron ayer, son hoy susceptibles de ser amigos nuestros. (…)

El campo enemigo es sumamente desunido y desacorde y está sujeto a tremendos cambios. Debemos analizar concienzudamente las circunstancias y aplicar la política del camarada Mao Tsetung de explotar las contradicciones, ganarnos a la mayoría, combatir una minoría y aplastar a los enemigos uno por uno, evitando así los errores tanto de “izquierda” como de derecha.

 

Las filas del frente único

Ahora voy a detenerme en el tema de las filas del frente único. El frente único de nueva democracia está compuesto por el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y la burguesía liberal, y abarca en ocasiones hasta a ciertos sectores de los grandes terratenientes y de la gran burguesía; de ahí que este frente sea un ejército numeroso, tenga una composición muy heterogénea y se distinga por la desigualdad de fuerzas entre sus integrantes y la dificultad de lograr la unidad entre ellos. Es imperativo conocer bien a fondo este ejército, saber analizar las condiciones de sus componentes y conquistar a su mayoría para luchar contra la reducida minoría que dentro de él nos disputa la hegemonía. La ignorancia de este punto conduce a errores.

El proletariado es la columna vertebral de este ejército. Es altamente consciente y de óptima capacidad, pero por otro lado es reducido en número y en fuerza. Para hacer la revolución de nueva democracia, debe apoyarse en su aliado más seguro: el campesinado, que constituye el grueso de dicho ejército, representando, al decir del camarada Mao Tsetung, cuatro de los cinco dedos de la mano.

La pequeña burguesía urbana constituye otra fuerza básica entre las filas de la revolución de nueva democracia. Ahora bien, obtenida la adhesión de esta fuerza, tenemos que unirnos con el campesinado, pues es imposible llevar la revolución a su victoria contando exclusivamente con el respaldo de los obreros y la pequeña burguesía urbana pero sin la unión con el campesinado.

Entre las filas del frente único de nueva democracia figura, además, la burguesía liberal, que calificamos de fuerza intermedia. Esta clase, como nos indica el camarada Mao Tsetung, es una clase débil y vacilante; el proletariado debe ganársela y unirse con ella, o por lo menos, lograr que se mantenga neutral, pero no puede apoyarse en ella. Es errónea la concepción de derecha que implica olvidar a las masas obreras y campesinas para sustentarse en la burguesía liberal. Lo es también la concepción de “izquierda” que niega la necesidad de la unión con ella.

Una parte de los grandes terratenientes y la gran burguesía puede, en ciertas ocasiones, incorporarse también a las filas del frente único, pero reviste un pronunciado carácter dual. Así como la burguesía tiene su carácter dual, así la pequeña burguesía tiene el suyo, pero el de los grandes terratenientes y la gran burguesía es particularmente acusado, siendo bien arraigada su naturaleza reaccionaria. Por lo tanto, al cooperar con estos sectores, debemos estar alerta, combatirlos en todo lo que tienen de reaccionario, y de ninguna manera tomarlos como sostén. (…)

De ahí se desprende que nuestro frente único nacional antijaponés abarca en su seno al proletariado, al campesinado, a la pequeña burguesía y a la burguesía liberal, así como a una parte de la gran burguesía, y que al conducir un ejército tan numeroso, tan heterogéneo, cometeremos errores de “izquierda” o de derecha a menos que tengamos una clara idea de las cosas. (…)

El proletariado juega en este ejército el papel de guía, de dirigente, y difiere en esto de las demás clases. No solamente difiere de los grandes terratenientes, la gran burguesía y la burguesía liberal, sino también de la pequeña burguesía y el campesinado. De ahí la necesidad, señalada por el camarada Mao Tsetung, de preservar la independencia y autodecisión dentro del frente único.

Por independencia y autodecisión se entiende la condición independiente del proletariado, que tiene su política e ideología independientes. Está llamado a aliarse con las demás clases, y no dejarse asimilar por ellas. Diferencia implica lucha. Al unirse con otras clases en el frente único, debe el proletariado hacerlo manteniendo su independencia y autodecisión y resistiendo a las influencias de aquéllas. …

Ahora voy a tratar del problema de la hegemonía. El proletariado, por ser más avanzado que las demás clases, tiene el deber de dirigir a estas últimas o, como lo describe el camarada Mao Tsetung, es el “comandante en jefe”. Pero el proletariado no es el comandante en jefe natural, ni elegido o reconocido con el consenso unánime por las demás clases pasando desde el campesinado hasta la gran burguesía. (…)

La hegemonía se conquista por medio de la lucha, ya que no faltan quienes la disputan al proletariado, al Partido Comunista. No solamente lo hace la gran burguesía, sino también la burguesía liberal y la pequeña burguesía. Siempre aspiran a dirigir las filas del frente único conforme a su propia ideología.

 

Hoy N° 1861 28/04/2021