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10 de abril de 2013

Sobre el general Belgrano

De las memorias del coronel Lugones

Del Archivo de la provincia de Tucumán extraigo estas páginas de las memorias del coronel Lorenzo Lugones, guerrero santiagueño que participó en las cuatro expediciones del Ejército del Norte, convirtiéndose en el oficial más joven en la segunda, conducida por Manuel Belgrano. Escribe: “yo escribo a mi modo, llana y sencillamente los hechos que han pasado ante mis ojos y de los cuales soy actor y testigo”.

Del Archivo de la provincia de Tucumán extraigo estas páginas de las memorias del coronel Lorenzo Lugones, guerrero santiagueño que participó en las cuatro expediciones del Ejército del Norte, convirtiéndose en el oficial más joven en la segunda, conducida por Manuel Belgrano. Escribe: “yo escribo a mi modo, llana y sencillamente los hechos que han pasado ante mis ojos y de los cuales soy actor y testigo”.
Cuando el general Belgrano se hace cargo de los restos derrotados del ejército en Yatasto toma enérgicas medidas que son su sello. Dice Lugones: “Al día siguiente de haber llegado mandó formar el ejército, pasó una revista general, lo proclamó, lo reanimó, y dando sus órdenes relativas a emprender una nueva y gloriosa campaña, contramarchó inmediatamente al situar su cuartel en Jujuy. (…) hombre de orden… restableció muy luego en el ejército la moral, sujetándolo a costa de ejemplares sacrificios, a una estricta subordinación y disciplina. Pudo restablecer en regular forma una provisión y un hospital, una maestranza, una academia práctica, un cuerpo de ingenieros y un tribunal militar”.
Por estas condiciones de mando fue recomendado por San Martín como el mejor general disponible en América. Sigue Lugones: “El General Belgrano, el único indicado para salvar la Patria en aquellas circunstancias, aparecía en todas partes como el ángel tutelar, trabajando sin descanso, rondaba el ejército día y noche… se puede decirse que nada se ocultaba a su celo y vigilancia. (…) Los soldados del ejército, no podían clasificar el mecanismo y escrupulosidad del General que llamarle, el chico majadero, el curioso bomberito de la Patria“. Es decir aquel niño que cuida el rebaño y está siempre dispuesto a acudir aún en las peores circunstancias para salvar a la Patria naciente.
Y continúa Lugones manifestando “el ejército en muy breve tiempo dio notables avances en su moral y disciplina. La Patria podía contar con soldados que habían ya comprendido la profesión militar; un oficial de cualquier graduación que fuese, más quería ser destinado al punto más peligroso que recibir una reconvención del General Belgrano”.
Este relato da por tierra con el discurso instalado por Mitre de que Belgrano era mal militar, y que los revisionistas del kirchnerismo difunden para desacreditarlo y contraponerlo al “Doctor Belgrano”.
Esta semblanza del Coronel Lugones sirve para otro artículo sobre el Éxodo jujeño-salteño, una verdadera proeza militar popular, que me trae a la memoria, salvando las enormes distancias, de “La Larga Marcha“ conducida por Mao, en retroceder combatiendo con el enemigo realista pisándole los talones en la estrategia de tierra arrasada para dificultarle su avance sin dejar un instante de combatir, suenan en el aire todavía los terribles bandos militares de Belgrano llamando al pueblo a seguirlo un poco coercitivamente y un poco apelando a la conciencia de la defensa de La Patria para sacudirse el yugo de los tiranos.