La asimilación es un problema mucho más complejo de lo que aparentemente pareciera y no son una o dos medidas las que pueden resolverlo.
En primer lugar la asimilación está íntimamente ligada a nuestra labor de masas, a su orientación, contenido y forma. En segundo lugar a la habilidad, que no se resuelve con algunas actividades festivas o recreativas, sino a que en nuestras filas encuentren cabida miles de jóvenes que por su nivel, experiencia o inquietudes, no están a la altura de la militancia de lo que se da en llamar el activo. Para ello tiene fundamental importancia llegar a corregir métodos, ritmo, estilos de trabajo, que solo pueden ser seguidos por un núcleo reducido de camaradas.
En tercer lugar, al concepto que se tiene de lo que es ser un militante. (…) Un compañero que está en el club, es estimado por los socios, trabaja en esa organización ¿podemos considerarlo un pasivo? ¿o debemos realizar un trabajo tendiente a que ese compañero eleve su nivel político, su conciencia y continúe trabajando, mejor que antes, en ese organismo de masas, coloque más prensa, discuta de política, difunda las posiciones e ideas de nuestro Partido, gane a los que lo rodean para nuestras ideas, reclute? (…) ¿Es posible de este modo hacer que en lugar de tener diez camaradas trabajando tengamos cincuenta? Sí, es posible. Pero es necesario cambiar.
José “Pedro” Planes. Extractos de un documento sobre problemas organizativos. FJC. 1962.
Hoy N° 1739 17/10/2018