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16 de marzo de 2016

En una zona donde desapareció el 10% de los tambos, las medidas macristas, como antes las kirchneristas, no atacan la monopolización ni la concentración.

Sobre la problemática tambera

Declaración del Frente Social y Popular de Rafaela, Santa Fe

Recientemente Mauricio Macri firmó en la localidad de Venado Tuerto un “acuerdo lechero” a través del cual se otorgará un subsidio de 40 centavos por litro para los primeros 3.000 de cada productor –siempre y cuando posean CUIT– Por otro lado, se entregarán créditos y se propiciará la creación de una mesa de negociación de precios conformada por integrantes de la industria láctea y los productores tamberos. Sin embargo dichos acuerdos no dejan de ser similares a la estrategia del gobierno anterior y, si bien existe un momento de espera o de gracia hacia el gobierno actual, los problemas económicos del sector se agravan paulatinamente con hechos como, por ejemplo, el descenso de los precios internacionales de la leche en polvo (situación en la que se apoyan las empresas monopólicas para definir precios muy bajos para el productor).
Por otro lado, se creará una consignataria de leche provincial -con aval del gobierno provincial- en la cual participarán las cooperativas de diferentes entidades y que sumarían unos 3 millones de litros diarios. Esto permitiría una mejora en la capacidad de negociación del precio con la industria, lo que es un avance interesante. Sin embargo es necesario proponer y activar un precio mínimo sostén y en origen para poder garantizar la rentabilidad al productor, pero al mismo tiempo ese precio debe incluir una mejoría en las condiciones de los trabajadores tamberos para que puedan acceder a derechos universales como vacaciones pagas, obra social, aportes jubilatorios, etc., así como propiciar una reforma en los tipos de contratos para mejorar el porcentaje del obrero.
 
La cuenca láctea más grande de Sudamérica
En nuestra cuenca láctea, la más grande de Sudamérica, no sólo están concentradas siete de las empresas lácteas que más facturan (incluidas SanCor, Ilolay, Milkault y La Paulina) sino que encontramos una situación extra para productores y tamberos, ya que muchas de estas empresas, además de monopólicas, han sido extranjerizadas en los últimos años: la cooperativa corporizada SanCor vendió el 90% de SanCor bebes a la norteamericana Mead Johnson Nutrition  dándole el negocio millonario de la venta de la leche maternizada a China (única leche que compra China); la francesa Groupe Soparind Bongrain  compró en 2011 la totalidad de le empresa Milkault; La Paulina –ex Molfino Hermanos- fue adquirida en 2004 por la canadiense Saputo, una de las principales productoras mundiales de alimentos.
 
Al productor le pagan $2,40 lo que en góndola se paga de $12 a $18
Es tal el poder concentrado de estas empresas que son quienes definen el precio de la leche. Así es como aquello que para el productor ronda los $2.40 podemos encontrarlo en góndola, según la marca, entre $12 y $18 (sabiendo que un litro de leche pura rinde más de dos litros tras su producción, obteniéndose además otros subproductos como la manteca, crema o quesos). Debido a ello durante junio y agosto de 2015 se detona un conflicto lácteo donde queda en evidencia que si bien el precio en los supermercados y almacenes aumentaba de forma constante, el precio por litro al productor se ha mantenido estancado (o incluso disminuido) en los últimos 3 años. Esto es una situación insostenible teniendo en cuenta los índices de inflación que han movido la economía argentina en los últimos tiempos. La concentración económica que poseen las empresas lácteas monopólicas, le dan el poder de decidir y formar los precios, aumentando sus ganancias y, ante la desaparición de las viejas cooperativas lecheras por pueblo, la negociación es totalmente despareja sin la regulación del Estado.
Al existir un mercado netamente dependiente y sin control, la baja en las exportaciones y el aumento de los insumos en dólares hacen caer la rentabilidad de todos los eslabones de la cadena, pero los mayores perjudicados son los más débiles: los productores tamberos y más aún los tamberos propiamente dichos, que son los obreros de los tambos que ponen su fuerza de trabajo todos los días.
 
En 8 años desaparecieron 402 establecimientos
Es necesario entender que en los últimos 8 años, según el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC), desaparecieron el 10% del número de establecimientos tamberos en la provincia, pasando de 4.059 en 2008 a 3.657 en 2015. Es decir 402 establecimientos menos, lo que alerta sobre un proceso de concentración en la actividad, también en la producción primaria, ya que el número de establecimientos tamberos formados por más de una Unidad Productiva aumentó más de un 50%.
El tambo es la actividad agraria que más puestos de trabajo por hectárea genera, pero muchos productores han cambiado de actividad o han abandonado el campo en los últimos años. Las medidas macristas, como así las kirchneristas, no atacan el principal problema que es la monopolización y la concentración. Las grandes empresas lácteas monopólicas siguen siendo subsidiadas en varias ramas por el Estado mientras que el aumento de 30 a 40 centavos por litro no resuelve el repentino aumento de precios de insumos debido a la devaluación y la inflación. Lo que se le viene pagando al productor ya es insostenible y está, al menos, un peso por litro retrasado. La modalidad de pago por CUIT deja a muchos productores con un escaso subsidio ya que, al haber un proceso de concentración, muchos productores se encuentran asociados en un mismo CUIT.
Es necesario avanzar en unir los reclamos de los pequeños y medianos productores lecheros que son los más perjudicados por la situación; promover el debate en relación a un precio mínimo y sostén mediante el cual se pueda garantizar la rentabilidad de los pequeños y medianos productores; avanzar en un proceso de recuperación y nacionalización del comercio exterior y en recuperar las verdaderas cooperativas lácteas de los pueblos, reguladas con ayuda del Estado, que puedan negociar con las empresas pero también produzcan y comercialicen para el mercado interno.