He recibido un mail a modo de advertencia y transcribo unos párrafos. Es un ejemplo de cómo opera la trata de jóvenes para la prostitución y agradecería su publicación a modo de difusión y denuncia ya que, cuanto más avance la crisis y la desocupación, mayores serán las posibilidades de engaño con estas falsas ofertas.
(…) “Ella estaba buscando laburo, mandó su currículum por Internet a un cierto mail –como quizás hacemos muchas chicas y chicos cuando buscamos trabajo– y le llegó una propuesta de algo que parecía serio.
Supuestamente tenía la entrevista en un lugar sobre Pueyrredón y Santa Fe. Por precaución (y quizás también por intuición femenina) la madre le pidió al marido que la acompañara a la entrevista. Son de una familia de Lomas de Zamora y la entrevista era en Capital Federal.
Cuestión que cuando se encontraban esperando al supuesto “entrevistador” en un bar, la llaman a la chica diciéndole que “no conseguía estacionamiento” y que se dirigiera a la otra esquina, para otro bar. Al padre ya le sonó medio extraño y cuando acompañaba a su hija, ven una camioneta que se estaciona, sale un tipo rápido y trata de agarrarla. Gracias a Dios el padre logró cazarla de la cintura, evitando que la lleven secuestrada.
Al rato, recibe un mensaje: “Te salvaste por tu viejo, si no esta noche ya estabas trabajando de puta”.
Desde la denuncia del caso de Marita Verón se conoció el método usado por estas redes: atrapar a la víctima e introducirla en un auto. A partir de entonces no se sabe nada de ellas. Las chicas son vendidas a distintos prostíbulos, del país, de América o de Europa.
La desaparición forzada de mujeres para ser explotadas en prostitución constituye el 90% de la trata de personas con diversos fines. En nuestro país, según denuncian las madres de las víctimas, operan con la complicidad de fuerzas policiales, jueces, legisladores y altos funcionarios.
02 de octubre de 2010