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28 de noviembre de 2012

Sobre los piquetes del 20N

Hoy 1447 / Una forma de lucha con larga historia

Al intentar minimizar los alcances que tuvo el paro del 20N en muchos lugares del país, y especialmente en Buenos Aires, el gobierno cerró filas instalando la idea de que el éxito del mismo habría que relacionarlo con el “apriete” y la “extorsión” de los piquetes.

Al intentar minimizar los alcances que tuvo el paro del 20N en muchos lugares del país, y especialmente en Buenos Aires, el gobierno cerró filas instalando la idea de que el éxito del mismo habría que relacionarlo con el “apriete” y la “extorsión” de los piquetes.
En realidad recurre a argumentos reaccionarios, usados históricamente por la derecha argentina para subestimar el grado de conciencia de los trabajadores, ya que los piquetes le dan el carácter de activo a una medida de fuerza. No comenzaron como dijo la presidenta en Cutral Co sino que, como método de organización para la lucha, en el país tienen más de cien años de historia.
El piquete fue la respuesta ideada por los trabajadores para impedir que los “rompehuelgas” o “carneros” marcharan a ocupar los puestos de trabajo de los huelguistas. Se observaron piquetes en las huelgas portuarias de principios del siglo pasado, en el Grito de Alcorta, en los talleres Vasena durante la Semana Trágica o en la gran huelga de la construcción de 1935. Era tal la importancia que le daban los comunistas al piquete que el dirigente Rubén Iscaro decía que “del piquete depende el éxito de la huelga”.
Es impensable que Cristina Fernández, Abal Medina y compañía desconozcan la historia de los piquetes. Sin embargo, salen muy sueltos a denostar a una de las experiencias más avanzadas del movimiento obrero. Sin dudas, expresan el pensamiento de la derecha más reaccionaria.